2. Mamá.

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Irin, Seng y Chompoo llegaron a la funeraria y mientras buscaba con la mirada al responsable, una edecán de unos veinte años, alta, muy guapa, curvilínea cual escultura viviente, con maquillaje sobrio y sutil a juego con su vestuario, un perfume embriagantemente delicioso mezcla de citricos y madera, y su piel clara, con un vestido escotado, muuuuuy escotado por la espalda, negro largo (definitivamente de festejo, a todas luces), se acercó a Irin, le dió un beso en la mejilla y un abrazo breve en señal de condolencia, Irin, al ver a la guapa edecán y ante tal recibimiento, quedó estática, abriendo un poco los ojos y la boca sin poder emitir palabra. La edecán dió un beso en la mejilla de Chompoo, mientras tomaba ambas manos de la "niña" de 1.60 de estatura (levemente más pequeña que su madre, de 1.70, que aún quedaba unos centímetros mas baja que la edecán, por los tacones negros que usaba esta).
- Señorita Chompoo, su tía se ha quedado corta al hablarnos de ti, es un grato placer conocerte, bienvenida-. Chompoo sonrió a la edecán y agradeció el gesto, igual o más confundida que su madre.

- Buenas noches, Irin Anuntrakul, ¿cierto?, bienvenida sea usted y su familia, acompáñenme por aquí, por favor.-

La cara de fastidio de Seng se adornó de una mueca agria al escuchar a su esposa ser bombrada con su apellido de soltera. "Hasta muerta me fastidias, ¿nunca te cansas, verdad?" Pensó para sí mismo.

- Por favor, sean tan amables de firmar el libro de visitas, pueden agregar comentarios y despedida si desean, el mismo será colocado en la cripta, en memoria-. Dijo la edecán, mientras con un gesto llamaba a un hombre de unos 55 años, vestido con un traje negro, corbata gris de seda, cabello grisáceo, pulcramente afeitado y con una colonia sutil pero masculina y elegante y con sonrisa amable.

- Buenas noches y bienvenidos, mi nombre es Gary y estoy para servirles, Si gustan pueden firmar después, el libro seguirá aquí y será llevado al evento del viernes, por ahora, pueden acompañarme al restaurante, donde se encuentran algunos de sus familiares, deben tener hambre y estar cansados por el viaje- dijo amablemente el hombre.

- ¡Siiiii!- dijo Chompoo alzando un poco la voz.
- Cariño, baja la voz-, dijo Irin y mirando hacia todos lados le dió a entender que había que mostrar respeto.
- No se preocupe señora Irin, de hecho, las indicaciones de la señorita Sam fueron claras: "Este evento no debe ser de tristeza, y sus personas favoritas tienen derecho a libre expresión, inclusive si esta es de festejo, y la señorita Chompoo y usted están en esa breve lista de personas-. Dijo Gary, sonriendo a Chompoo.

El lugar no parecía fúnebre, al contrario, piso de elegante duela de madera fina se extendía por todo el salón, las luces tenues alrededor brindaban cierto aire de complicidad, al fondo, estaba la urna con las cenizas de Sam, sobre una mesita de madera, tallada delicadamente. Al pie de la mesita había una foto de Sam, una que muy pocos habían tenido oportunidad de admirar: en la foto podía verse a Sam de cuerpo completo, posando como profesional, en un vestido fabuloso, negro, largo con abertura en el muslo, escote pronunciado en la espalda, de hombros descubiertos, cabello suelto, largo, ondulado, perféctamente peinado, maquillaje que resaltaba esa mirada felina y esos labios carnosos sin rayar en la vulgaridad, tacones altos (que, aunque casi nunca usaba, los manejaba con maestría y elegancia, algunos sabían eso). Las luces en esa área eran más intensas, alrededor de la urna había inciensos de su aroma preferido, velas aromáticas, algunos de los uniformes y artículos que Sam usó y una caja de madera en una mesa pequeña, además de una pantalla que proyectaba fotos de Sam. En ella había varios sobres con el nombre de cada persona a quien iban dirigidos.
Sonaba música que ella escuchaba en un volúmen agradable, había sillones mullidos color negro de tacto piel junto a la pared, y en una esquina, del otro extremo a la urna, había una cantina de madera, una barra (algunos borrachos y borrachas incluídos ya, y vestidos de colores no muy alegres, pero parecía que la temática era: noche de cocktel).

Irin empezó a temblar cuando iban entrando al restaurante. Richie, el hermano menor la abrazó entre lágrimas y sonrió, sus cuñadas Risa, Yuki y Yah la abrazaron igual y mientras se sentaban, el menú llegó, justo como le habían comentado: incluía su platillo favorito, incluido el vino y sus cervezas predilectas. No pudo evitar una sonrisa amarga. "Vieja cabrona, detallista hasta el fin y aún después", pensó.

- ¿y mamá?-, preguntó Irin a Richie y sus cuñadas.

- Ya se fue a dormir, más bien, la llevamos- dijo Richie soltando una risita breve. -Llevaba despierta un día completo, del cual lloró medio, 6 horas lanzó maldiciones a diestra y siniestra, bendito clonazepam, eso pudo ser peor- dijo abriendo las manos y alzando los hombros- , dos horas dedicó a comer y las otras cuatro en la funeraria... al final, tomó medio vaso de cerveza y se durmió-.

- Pero ¿Cómo está?- insistió Irin.
- Pues ya sabes, enojada por cómo pasó, triste, es natural, pero, al parecer Sam hizo magia o "terapia de impacto" para prepararla para este día-, dijo el castaño mientras alzaba la cabeza y saludaba con la mano a Seng.

- Buenas noches- Se escuchó, y al voltear todos, nuevamente estaba ahí la señora Pohn, de la mano de Nop, su hijo mayor, y viendo a Irin se lanzó con fuerza a sus brazos.

- ¡Hija!, llegaste al fin-.
- Madre, ¡claro que vine!. ¿Qué haces despierta? Debes descansar.-
- Descansar... Lo haré pronto como tu hermana, o espero que lo esté haciendo- dijo volteando la mirada hacia la calle.

Una hora pasó, y mientras Chompoo, Lisa, Rose, y Jenie (todas sobrinas de Sam), platicaban poniéndose al día, esperaron a sus padres que habían dado otro medio vaso de cerveza a la abuela Pohn, y la habían llevado a dormir nuevamente.

- ¿Dónde está Billy?- preguntó Chompoo por su primo, el mayor de todos.
- En la funeraria, invitó a algunos de sus amigos y está ahí socializando- dijo su hermana Rose con un gesto de desdén.
- Cuéntanos Chompoo, ¿cómo es vivir en Bangkok?, cuando crezca le diré a papá que quiero estudiar allá.- dijo Jenie.
- Es grande, sofisticada y tiene mucho movimiento la ciudad, todo corre muy deprisa allá. Cuando gustes, sabes que mamá desea que estén en casa cuando vayan.-
- ¿Saben si la tía Mee traerá a nuestro primo Babe?- volvió a preguntar Chompoo.
- Llega mañana-, dijo Rose. - La tía dice que él aún es pequeño y no debe estar en ciertos lugares- torció los ojos al igual que sus primas.

En el hotel, la abuela Pohn platicaba con Irin antes que el sueño la venciera.
- Sólo me quedas tú, hija-.
- Aún tienes hijos y nietos, mamá-.
- Ella nunca acató las normas, sienpre fue en mi contra-
- Y viviste con ella seis años, mamá, ella hizo lo mejor que pudo-.
- ¡Siempre estuve en contra de su manera de vivir!, si se hubiese casado con el prometido que le escogí...-
- Las cosas son lo mejor que pueden ser, mamá, si se hubiese casado hubiese sido amargamente infeliz, ahora probablemente tendrían un par de nietos huérfanos y un yerno viudo que soportar-.(¡nietos huérfanos! Pensó Irin y el pas de gatitas de Sam vinieron a su mente y decidió preguntar por ellas lo antes posible).
- En cambio le soporté a dos o tres mujeres que eran todos unos personajes, y sólo la buscaron por interés.-
- Y le soportaste pocas, mamá- (una carcajada breve se le escapó a Irin, al igual que el comentario que acababa de soltar, del cual se arrepintió al ver la cara de molestia de su madre).
- Tienes razón, hizo bien en no casarse, ¡imagínate la "nuera" que me iba a dejar!.-
- Busca a mis muchachas, espero poder recuperarlas o al menos saber que quedarán bien-. Le dijo Pohn a Irin, refiriéndose a las gatitas que habían robado su corazón el tiempo qye vivió con Sam.
- Lo haré mamá, también me preocupan-.
- Y desde hoy mi voluntad es que, ¡si beben, borrachos insolentes, prohibido usar escaleras y sandalias!, yo no crié pendejos para morir por una tontería de descuido estúpido así.-
- Ok mamá, haré saber eso ahora mismo-.
Pohn se durmió y Nop se quedó con ella, Irin salió del hotel hacia el restaurante, para ir por la familia y estar un rato en la funeraria antes de ir a descansar. Una risa involuntaria la atacó mientras caminaba sola: El papá de Pohn había muerto a causa de un resbalón mientras usaba sandalias mojadas y pensó en la cara que hubiese puesto su madre si le recordaba dicho descuido mientras ella los llamaba borrachos chancludos... Aunque el abuelo lo estaba ebrio, sí solía ser muy imprudente. Sonrió y suspiró, deseando que su madre no lo pasara tan mal y se estabilizara pronto.

El funeral de la tía Sam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora