7. Picnic.

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El viernes de picnic llegó y algunas carpas estaban colocadas en el parque que por años fué el lugar favorito de Sam para ejercitarse. Había ya asadores echando humo, carnes marinadas, aguas frescas de sabor, un par de bocinas con micrófonos y pantallas para karaoke, y por supuesto, mucho, mucho alcohol.

El parque entero fue cerrado para el evento, y ahí estaba la urna, Sam no quería perderse el festejo, así que pidió que sus restos fuesen llevados de paseo ahí también.

El día empezó tranquilo y muy familiar, Seng insistía en que debía viajar ya y que se llevaría a su hija, pero Irin se opuso, además de que, la presencia de Chompoo era requerida para el día sábado por la tarde.

- Cuídate Seng, buen viaje y nos vemos el domingo-.
- Adios papá, no olvides  pasar por Tesla.-
- No pases por Tesla, con que te cuides tú solo me doy por satisfecha- dijo Irin en tono preocupado.
- Procuren no tardar, y viajen con cuidado amor.-

- Nadie va a extrañar a ese divo- dijo uno de los guardaespaldas.
- Me estaba cayendo mal desde que llegó- contestó otro.

Hubo carreras de go-karts y bicicletas  para los niños, golosinas y regalos, retas de futbol, volibol y en otras áreas, karaoke, competencias de comida y bebida, algunos juegos de mesa, y hasta pista de baile.

A lo lejos, entre los árboles, esa persona misteriosa que había estado desde el inicio del funeral hacía una llamada telefónica.

- Parece que Engfa no vendrá, señor-
- ¿Qué hay de la familia?-
- La madre y hermanos no eran muy allegados a ella, los sobrinos desconocían muchas cosas de esa infeliz-
- No tiene caso que sigas ahí, necesito datos y lo que logres averiguar de la lectura del testamento, no puedo creer que esa maldita haya acabado así, debe haber algo, su muerte fue demasiado sencilla-
- Lo que sepa se lo haré saber, señor-
- Entendido, espero noticias-

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El picnic resultó ser un evento muy alegre y divertido, un equipo demasiado organizado se encargó de mantener una atención impecable, hubo hasta servicio médico, por si algún niño se accidentaba al jugar, o algún adulto con resaca sufría un repentino colapso. La mañana transcurrió sin incidentes mayores, y Brisa, la edecán que ahora vestía ropa deportiva al igual que Gary, permanecía pendiente de notar cualquier anomalía cerca de la familia real. Gary por su parte, se mantenía concentrado en los comentarios que escuchaba por el audífono del radio que cada guardaespaldas portaba. Charlotte hacía de "señuelo" para intentar detectar a cualquiera que preguntase por Engfa y a la vez averiguar qué tanto la relacionaban con ella.

Bajo la ropa deportiva Charlotte, Gary y Brisa portaban sus armas y sus placas de oficiales, con la mayor discreción posible y sin interactuar entre ellos tan directamente. Cuando Brisa hizo una seña con la cabeza a Gary, éste se disculpó, poniendo de pretexto que aprovecharía para caminar un poco y tomar aire de la naturaleza, acto seguido, desapareció entre los árboles para dar seguimiento al tipo sospechoso que ya habían detectado desde la funeraria.

Logró verlo de muy cerca, pero no podía descubrir su identidad para no llamar la atención de nadie en el evento, o quedar revelado ante la banda de Kiangpiang como oficial encubierto.

- Diablos Sam, ¿cómo hacías para ser indetectable?- lanzaba la pregunta al aire mientras recordaba el plan a seguir: aprovechar el funeral de Sam para intentar atrapar nuevamente a Kiangpiang, en parte, por ese motivo Sam había diseñado un evento tan largo.

Regresó al picnic sin éxito, el tipo misterioso huyó en cuanto lo vió a veinte metros de distancia y se esfumó como si se lo hubiera tragado la tierra.

- Lo perdimos- dijo por radio para que quien estuviese en los alrededores estuviese atento por si lograba verlo.

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Por la tarde, la señora Pohn se fue a descansar, todo fue retirado y ya los pocos que aún soportaban el maratónico funeral, fueron transportados a un salón pequeño en donde la fiesta se alargó hasta el amanecer. El sábado por la mañana se llevaría la urna a la cripta y ahí acabaría el evento, se repartirían souvenirs como botellas conmemorativas, cascos de motocicleta, llaveros de lujo, etc. Y por la tarde, las personas convocadas estarían en la lectura del testamento.

No faltaron algunas lágrimas al llegar a la cripta, un par de empujones de algunas mujeres que intentaban despedirse de Sam, amigos ebrios y exalumnos se dieron cita para acompañar a las cenizas de Sam a su última morada.

- ¡Ridículas!- La señora Pohn, apoyada del brazo de Irin y con gafas obscuras, miraba a varios realmente sufrir y llorar al cerrarse las puertas mientras sonaba música de variados géneros, otros dejaban flores a montones y otros más contaban chistes y anécdotas de días anteriores donde más de uno perdió el estilo en completo estado etílico haciendo el ridículo.

Se llegó la hora de comida y solamente la familia real y los convocados esperaban para la cita de lectura de testamento.

El funeral de la tía Sam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora