5. Jueves de tertulia. (parte 2).

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Uno a uno fueron pasando amigos, amigas, exnovios, exnovias (la señora Pohn prefirió saltarse ese mal rato y salió a tomar aire)., compañeros de escuela, alumnos, exalumnos, excompañeros de trabajo...

Las sobrinas de Sam estaban con la boca abierta mientras escuchaban historias acerca de su tía, de viva voz, de testigos propios en las que se relataban hazañas, lugares, locuras y actos increíbles de etapas de su tía como rescatista, vaquera, bombera, maestra, mochilera, profesionista, motociclista, rompecorazones, fiestera, deportista, peleonera, pero... por muy desastrosas o sorprendentes, siempre, o casi siempre, la historia terminaba dejando a Sam muy bien parada, reconociendo su calidad humana, generosidad, gran corazón, empatía y carácter. En otras no la bajaban de maldita perra desgraciada, pero la historia contada era digna de hacer sacar a quien la contaba, justo por exagerada y por ese evidente dejo de rencor o envidia. Igual, Sam tampoco había sido una santa, y mientras más escuchaban sus sobrinas, sobrinos y hermanos, menos creían que le hubiese dado tiempo de hacer tantas diabluras... -Vivió demasiado-, dijo Irin basrante sorprendida antes de irse a comer.

- Mamá, ¿puedo yo pasar a decir algo de mi tía?-. Irin abrió los ojos sin saber qué esperar.
- Se breve Chompoo, y recuerda que algunas cosas son personales.-
- Gracias mamá- La abrazó y fue hacia el micrófono.

- Me da gusto saber que mi tía Sam vivió mucho, la vi pocas veces y siempre me dijo que era bueno equivocarse, aprender de ello y vivir, nunca darse por vencido, y aunque la muy ... (empezaron a rodar algunas lágrimas por las mejillas de Chompoo), la muy... me prometió ir conmigo a tirarnos en paracaídas cuando yo cumpmiera 18 años, sé qye no va a estar ahí, pero sé que si ella pudiera, no fallaría, no me fallaría, y yo cumpliré mi parte, tía, y te prometo vivir y tratar de ser buena y hacer muchas cosas como tú!-

Seng se retorció, Irin lloró, Richie le dio un abrazo y le quitó el micrófono mientras limpiaba sus lágrimas y las de Irin, Rose, Lisa y Jenie asintieron dando un aplauso a su prima. La señora Pohn guardó silencio mientras rogaba que sus nietas no fuesen tan extremas como Sam, pero su corazón se apretó al ver que todas ellas la adoraban, y ahora, después de ver y escuchar muchas cosas que no sabían de ella, se había convertido casi en una leyenda para ellas.

- Yo no diré mucho, ya que podría ir a la carcel y si ella se libró, me conviene callar- dijo Richie y varias risas sonaron en el salón.
- Esa mujer fue mi compañera, mi cómplice, mi madre, mi amiga, mi hermana, y me enseñó a ser un caballero, a tener palabra, a ser caliente enfrentar mis miedos, también me enseñó a forjar mi carácter, a ser independiente, a decir groserías, a llevarme bien y estar en ambiente en cualquier tipo de ambiente, a respetar al prójimo, a defenderme y cuidar de mi mismo, a ser un perro callejero y un divo, pero sobre todo, me enseñó a cuidar mi corazón para cuando ella no estuviera. Nos faltó mucho hermana, pero te dejo ir en paz, nada nos debemos, y con todo y tus defectos, ¡fuiste la mejor!, hasta siempre Sam.-

La dinámica terminó y muchos se fueron, otros se quedaron a comer la botana que estaban dando en la funeraria a los que estaban bebiendo.

Billy tuvo que ser enviado a descansar por que ya había robado o "tomado prestadas" cuatro botellas de la barra y seguía con sus amigos que invitó por que sí. Todo estaba tan previsto que ni siquiera hubo alboroto. Se le dió una botella más y fue enviado a casa, advirtiéndole que sería recibido hasta el viernes en el picnic.

- Ni quién quiera estar celebrando o lo que sea a mi tía, sólo espero que me haya incluido en su testamento. Vámonos amigos-

Su padre se puso de mil colores, su madre lo disculpó y entre ellos planearon evitar que su hijo estuviese más ahí, al menos si no estaba sobrio.

Por la tarde, varias fotografías fueron proyectadas en la pantalla, mientras los menores de edad recorrían la exhibición de objetos personales de Sam mientras Engfa y Nam, amigas cercanas de Sam, explicaban y narraban algunas historias que explicaban cómo se habían raspado algunos cascos y roto algunas prendas, apoyadas de las fotos proyectadas.

La misma Pohn escuchó el recorrido y no podía creer cuando entre las historias se narraban algunas veces en las que la vida de Sam estuvo en verdadero riesgo, y descubrió fotos que desconocía que existiesen, como aquellas en las que se veía a Sam descender colgada a rappel por una cascada, o volando por los aires después de ser golpeada por una vaca de cuatrocientos kilos, o aquella donde se le veía conducir un montacarga dentro de una caja de tráiler, o bien, vestida de bombero como la única mujer en el equipo, o arrastrando a un paciente inconsciente entre llamas y tubos retorcidos, ahora comprendía de donde habían salido algunas cicatrices nuevas que notaba en su hija cuando por descuido y por el calor, usaba short y camisetas sin mangas que dejaban al descubierto no sólo algunos tatuajes, también cicatrices, como esa, de 20 centímetros en su muslo izquierdo, esa que, a pesar de usar vestidos cortos raras veces, nunca ocultó o maquilló.

La zona de barra libre tenía una lista colgando en la entrada del privado, y dos tipos enormes cuidando la entrada. Dentro, había un pequeño bar, música, una mesa de billar, mesas pequeñas, sillones confortables, luces de colores y un ambiente demasiado ameno para un funeral. Richie estaba en la lista, pero decidió no estar mucho tiempo ahí cuando comenzó a ser atacado con preguntas acerca de ¿a quién amó más Sam? Mientras un pequeño grupo de mujeres lloraban y competían por ese puesto. Algunos tipos presumían de haber sido novios de ella también, aunque ninguno pudo decir que logró llevarla a la cama, todos coincidieron en que besaba como una diosa, y que era una verdadera fiera cuando se enojaba.

Ahí mismo estaba Engfa, brindando con Nam después de las 9 de la noche, ya bañadas y cambiadas, intercambiando detalles que la otra desconocía, asombrándose y brindando por la "perra cabrona", que parecía mustia pero resultó ser un terremoto.

Cuando la sala quedó casi vacía, nuevamente fueron unos cuantos los que quedaron acompañando a Sam durante la noche. Se les repartieron frazadas a todos, se ambientó la temperatura y se puso a disposición café suficiente, y bebidas por igual.

La misma persona que se ausentó durante el día, de nuevo en su rincón, con su whisky y en silencio en su rincón.

El funeral de la tía Sam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora