30

19 2 4
                                    


[Lean la nota del final]

Destrozado

El asesino sobrevive a la víctima para darse cuenta de que era de sí mismo de quien anhelaba deshacerse.
Thornton Wilder.

No puedo verlo. Me hace creer que no existe, pero sé que está ahí. Se que me sigue a todas partes, puedo sentirlo. Hay veces que logro sostenerlo en mis manos y dejo fluir esta crueldad que la vida me da mientras caigo derrotado, solo. Sé que el autodesprecio existe, me invade de vez en cuando aunque no pueda verlo. Se enrolla en mi cuerpo como serpiente y toma control de toda mi mente. No puedo verlo, pero sé que está reflejado en el espejo. Hay días que no logro reconocerme. Me desconozco completamente y me pregunto: ¿Por qué me siento ajeno a mí mismo? He dejado pasar los días que no me di cuenta que se convirtieron en años. He perdido gran parte de mi vida y sé que no podré recuperarla nunca, ni siquiera en el futuro que puedo construir. No veo nada. No veo nada en ese futuro que dicen es prometedor, ni siquiera en el presente en el que digo estar viviendo. El autodesprecio tomó control total de mí y no sé cuando fue que lo permití. ¿Acaso logré vivir en algún momento de mi vida o todo fue mentira? Siento que lo he olvidado todo y es cuando quiero desaparecer. ¿Valdrá la pena? ¿Qué logro con convertirme en lo que no se puede ver, pero se puede extrañar? ¿Seguiré sintiendo ese odio inundar mi ser? ¿Seguiré perdido en la vida que estoy perdiendo? Oh, Dios, he querido tanto deshacerme de mí mismo, pero sólo he desechado mis años, esos que no volverán mientras sigo lamentándome por cosas que no logran matarme.

[03 de junio 2021]
Jung Hoseok, 25 años.
Park Jimin, 23 años.
Park JungKook, 22 años

El día estaba nublado. Había llovido toda la noche y el frío logró mezclarse en el ambiente. A JungKook no le gustaban los días grises, eran deprimentes y él ya tenía suficiente tristeza en su ser como para que el cielo le quisiera hacer compañía. Miró su reflejo en un charco en lo que esperaba al autobús y no lograba reconocerse completamente. ¿Cómo fue que logró sobrevivir a ese terrible año? ¿Cómo fue que los días pasaron tan rápido que no le dieron el consuelo necesario? ¿Cómo es que el cielo se atrevía a ir en contra de la felicidad que quería sentir en ese momento? Aún podía recordar la forma en la que sintió al sostener la mano de Taehyung. Calidez pura. Su corazón comenzaba a latir con emoción mientras se imaginaba en la posibilidad de verlo de nuevo el día de hoy. Tomar su mano y ver su sonrisa podrían calentar un poco su fría vida. Escuchar la voz de aquel apuesto policía que lo hacía sentir un amor temeroso tenía la cura perfecta para ese frío que estaba sintiendo, pero aún no sabía qué tan duradero sería el efecto. ¿Esa enfermedad que lo envolvía era capaz de desaparecer completamente? JungKook no estaba seguro de eso, ya no. Soltó un suspiro que se desvaneció en el aire y subió al autobús. Sabía que llegaría temprano al trabajo, pero al menos ahí podría sentir calidez a diferencia de su casa que a veces se le hacía extraña a pesar de compartirla con su hermano y Hoseok.

Al entrar a la cafetería, SeokJin lo saludó y le cuestionó su temprana llegada. Él le contestó que el día ameritaba una taza de té caliente con un par de sus galletas favoritas. SeokJin sonrió y asintió. Ah, esa calidez era justo lo que necesitaba en ese momento. Poder sentir como el té pasaba por su garganta y lo adentraba a una suave calidez. Era alentador.

— Gracias, Jin — dijo JungKook tras darle una mordida a una galleta —. Es justo lo que necesitaba.

Sus palabras parecían simples en ese momento. Quizá, cualquier otra persona las tomaría como un agradecimiento normal por el gesto de haber preparado té y galletas. Sin embargo, JungKook no sólo le agradecía a SeokJin por eso, él le agradeció por darle un momento en el que su mente y su corazón se sentían en calma. Él agradeció porque lo estaba salvando de sus pensamientos con una simple taza de té y galletas. Algo que no tenía en cuenta es que SeokJin lo entendía. Su jefe entendía bien la intención de sus palabras y la profundidad que llevaba cada letra.

Serial Killers | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora