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Cayendo en lo mismo.

"Cuando hay dolor, no hay palabras. Todo el dolor es igual."
(Toni Morrison)

Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sentido dolor por alguna razón. Ya sea porque nos hemos caído o golpeado con alguien, porque dijimos algo hiriente o lo escuchamos. Estas cosas nos van a doler, pero con el tiempo dejaran de hacerlo porque las heridas sanan. El dolor sana. Es parte de la vida sentirlo y superarlo, pero ¿qué sucede cuando comenzamos a querer sentir dolor porque algo nos está torturando y queremos que ese algo pare? Para entenderlo un poco mejor, ¿qué pasa cuando una persona decide cambiar el sufrimiento por dolor?

Esto pasa mucho en la vida cotidiana, pero para entenderlo mejor hay que saber la diferencia  que existe entre dolor y sufrimiento. Son dos palabras que nos explican esta disparidad:  físico y mental. El dolor es algo que se puede sentir en el cuerpo, ya sea interno o externo. Es una sensación que puede llegar a ser de corta duración si lo dejamos sentir adecuadamente y lo utilizamos para crecer y madurar en la vida, hablando de el dolor que deja una pérdida. Mientras que el sufrimiento no se siente en el cuerpo, se siente en el alma.  Es algo tormentoso y desgastante, una tortura y una carga que estruja a la mente. Cuando una persona se aferra a  una idea o pensamiento, se deprime, se opaca el alma. Todo lo que pasa por su mente lo destroza. Eso es sufrimiento. Es el manejo inadecuado del dolor, es la extensión del tiempo de éste. Así que cuando se siente una asfixia inundar tu ser, lo primero que se busca es sentir algo que pueda quitarse y ahí es donde entra el dolor.

[24 de diciembre 2015]
Min YoonGi, 20 años.
Jung Hoseok, 19 años.
Park Jimin, 18 años.
Jeon JungKook, 17 años.

Los días habían pasado, así como el cumpleaños de Jimin que habían celebrado en casa con pastel y mucha comida. Los exámenes finales habían terminado y eso indicaba vacaciones de invierno y, además, la entrada a un nuevo semestre. Todo iba de maravilla, o parecía que así era, pero hay que tener en la mente lo siguiente: Si todo va marchando bien, hay algo que estás pasando por alto.

No es como si de la nada todo su pasado fuera a desaparecer y lo fueran a superar. No es como si de un día a otro ya no sintieran ese vacío que asfixiaba a más no poder. No, por supuesto que eso no ocurre de esa manera. Todo tiene un proceso largo y complicado el cual, no cualquiera está dispuesto a enfrentar

— YoonGi, deberíamos salir a algún lado, ¿no crees? — preguntó Hoseok desde la puerta, mirando a su novio sentado en la cama mirando al suelo.

— No tengo ganas de salir, Hoseok — dijo el mayor después de un profundo supiro.

— Vamos, Yoon. Es algo nuevo para nosotros — se adentró a la habitación tomando asiento en la cama.

Hoseok tomó del mentón a YoonGi para que éste lo mirara, pero cuando lo hizo, algo dentro de él se congeló. Esa mirada la había visto antes. Aquella mirada apagada y vacía, como si estuviera perdida entre la nada, como si el sentido de la vida no existiera. Hoseok bajó su mirada a los labios lastimados de YoonGi que había estado mordiendo por su nerviosismo y lo volvió a mirar mientras tomaba sus manos y las protegías con las propias.

— Dime que estoy equivocado, YoonGi — dijo sin dejar de mirarlo fijamente —. Dime que no lo hiciste de nuevo.

— No lo hice de nuevo — dijo en un hilo de voz, pero estaba mintiendo. Sus ojos, que ahora brillaban por las lágrimas que amenazaban con salir, lo delataban.

Hoseok respiró hondo antes bajar la mirada a las manos de YoonGi y exhaló lentamente mientras arremangaba las mangas de la playera que traía puesta el mayor. Al mirar, una lágrima, la cual limpió rápidamente, se deslizó por su mejilla cuando vio las cortadas que YoonGi tenía en su antebrazo. Las observó por un momento y con delicadeza bajó las mangas para cubrirlas. Se levantó de la cama sin decir nada y se dirigió a la puerta para cerrarla con seguro.

Serial Killers | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora