Serial Killers | COMPLETA |

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Eudaimonia.

"La felicidad es cuando lo que piensas,
lo que dices y lo que hace están en armonía."
(Mahatma Gandhi)

Y es que tener todo tu ser en armonía a veces llega a ser sólo una fachada; una mentira que inconscientemente te dices a ti mismo para sentirte bien por primera vez después de mucho tiempo, después de saber que toda tu vida había sido una mierda la mayor parte del tiempo. Sentir que todo va bien es tan agradable y temible a la vez porque eso es un ciclo que has vivido ya muchas veces. Sabes que todo tiene un fin, así como de la tristeza nace la felicidad, de la armonía nace la pugna. Has vivido en carne propia que la risa se acaba y esa armonía a la que creías haber llegado desaparece, como si nunca hubiera existido. Los pensamientos lastimeros regresan, las palabras tajantes aparecen y las acciones se vuelven una rebeldía. La vida se vuelve pesada, difícil, cansada y abrumadora. Cuando sientes que la armonía te abandona, sientes que cada paso que das es más doloroso que una navaja rasgando tu muñeca, sientes que respirar es tan asfixiante como el nudo en la garganta causado por el llanto interminable en las frías noches y tu mente parece no encontrar fin a todo lo que la perturba. ¿Se puede encontrar la armonía una vez que se perdió para ser feliz? Sí, la felicidad siempre será posible de alcanzar. La felicidad que te guiará a la armonía estará en mirar al cielo cuando duela el alma, la felicidad estará en encontrar la belleza en una flor rodeada de espinas, la felicidad será llorar en la solitaria noche para que al siguiente día te veas al espejo y te des ánimos de seguir adelante. Camina al lado de tus emociones, no dejes que ellas caminen delante de ti, no dejes que tus pensamientos en punta te guíen, primero toma aire, así es como encontraras la armonía, La armonía regresará a ti cuando encuentres la belleza en las cosas pequeñas, en los detalles de la vida, aquellos que te darán paz al saber que los tienes, aquellos que te darán un pedazo de luz sin saberlo, pero ten en cuenta que todo podría volver a perder su equilibrio.

[01 de septiembre 2016]
Min YoonGi, 21 años.
Jung Hoseok, 20 años.
Park Jimin, 18 años.
Jeon JungKook, 18 años

Estaban apunto de pasar cuatro meses desde que JungKook conoció a EunJi. Ambos estuvieron saliendo todos los jueves sin falta después de salir de la escuela, habían conectado instantáneamente y se sentían cómodos estando juntos. Normalmente salían junto al grupo de Jugyeom y otras veces sólo ellos dos. JungKook, por primera vez, sintió lo que era ser alguien normal, lo que era tener amigos y disfrutar de salir a casa y llegar con una sonrisa para hablar de su día con su hermano. Por primera vez sentía que su vida había tomado el rumbo adecuado, porque cada que salía con EunJi olvidaba su pasado y eso se sentía tan increíblemente bien. JungKook sentía mucha felicidad, sentía que nadie podía quitársela, se sentía en la cima del mundo, que podía contra todos y todo lo que se osara arruinar aquel bello sentimiento con el que había comenzado a vivir, sin embargo, muy internamente tenía miedo. Tenía miedo que todo se derrumbara y se volviera un caos, tenía miedo de lo que podía llegar a sentir y de lo que sería capaz de hacer si su mundo feliz desaparecía, tenía miedo porque conocía su límite; sabía a qué punto podía llegar si volvía a sentir ese dolor asfixiante que se convertía en odio por ver a quienes ama sufrir.

— ¡Feliz cumpleaños, Kook! — EunJi lo abrazó y le dio un beso en la mejilla — ¿A dónde te gustaría ir hoy?

— Gracias, Eun — sonrió tímidamente —, pero hoy no podremos salir.

— ¿Qué? ¿Por qué? Es nuestro jueves y justo tu cumpleaños... – dijo ella mostrando tristeza.

JungKook sintió calidez en su corazón cuando escucho decir "nuestro jueves". Y es que era cierto, era su jueves, a pesar de estar rodeados de sus amigos de vez en cuando, el día seguía siendo sólo de ellos dos, y eso le fascinaba a él. Amaba sentirse feliz con otra persona que no le diera cariño de familia sino otro, cariño de amigos, cariño de, quizá, algo más.