Hoseok.
"Desde la infancia, no he sido como los demás; ni he visto lo que los demás"
(Edgar Allan Poe)Qué más desearía uno tener una infancia llena de diversión y felicidad. Con nuestros padres tomando nuestras manos y riendo de todo.
Que mal que no siempre es así.
Que mal que la vida de Jung Hoseok no fue así.
Jung Hoseok fue un niño criado sin amor. Su padre era alcohólico y su madre drogadicta. Bueno... si alguien lo ha querido, no ha sido su padre, mucho menos su madre, que a pesar de que Hoseok cuidara de ella en ciertos aspectos, ella nunca demostró amor por él, ni en su último minuto de vida. ¿Por qué su madre no había abortado si tanto se quejaba? Un niño de cinco años no podía entender por qué lo despreciaban sus familiares, pero un chico de catorce por supuesto que sí lo entiende. Y ese fue el caso de Hoseok.
[05 de junio 2012]
Era viernes por la tarde y Hoseok no había llegado de la escuela. Sí, a pesar de sus problemas, él asistía a la escuela, pues no quería estar mucho tiempo en su casa, además de que quería ser mejor que los adultos quienes decidan ser sus padres. Ese día llegó y como todos los días, desde que tiene memoria, encontró a su madre acostada en el sillón de la casa drogada. El chico entró y sin más, se dirigió directo a su recámara y dejó sus cosas para bajar a comer.
Si esa noche no hubieran discutido, si su madre no le hubiera gritado a su padre, tal vez... tal vez seguirían vivos.
Hoseok terminó de comer y lavó sus platos, acomodó un poco la cocina y cuando estuvo a punto de subir a su recámara, pero su madre tenía que fastidiarlo.
— ¡Mocoso! ¿No le vas a dar de comer a tu madre?
— Si mi madre tiene manos para meterse esas cosas y pies para ir a comprarlas — dijo Hoseok señalando las pequeñas bolsas que su madre tenía en la mesa — creo que puede pararse e ir a comer — dijo dando vuelta para subir las escaleras, pero antes de que pudiera subirlas su madre le dijo:
— Cuando venga tu padre, verás lo mal que te has portado.
Al escuchar eso bufó y sonrió, pasó su mano por su cabello y suspiró sin darse vuelta.
— Como si ese señor fuera a hacer algo bien en el estado en que siempre está.
— Somos tus padres y nos tienes que respetar.
— No sabe cuanto hubiera querido que no fueran mis padres — sin más que decir, subió las escaleras y se encerró en su habitación.
Un día más, un día como los demás. Esperaba que todo cambiara, tenía la esperanza de que todo mejoraría. Y si que lo hizo. Pero quien iba a decir que sería de esta manera.
Habían pasado las horas y era hora de que su padre, con olor a alcohol, llegara. Pensaba que sería un viernes normal, como él solía decirles. Un viernes donde su padre llegaba sin decir mucho y luego se azotaba la puerta de la recamara y se quedaba dentro de ella bebiendo, mientras su madre dormía en el sillón. La casa se inundaba de silencio, eso pea bueno, pero no fue así, esta vez empezó a escuchar gritos.
— ¡Tú no puedes reclamarme nada! ¡Ve tu estado! ¡Eres una drogadicta!
— ¿Y qué me dices de ti? Un borrachote de primera que no puede llegar un día sobrio a su casa.
— Cuando dejes tus porquerías, yo dejaré las mías. Mientras tanto, quédate callada como cuando te metes eso por la nariz.
Después de un tiempo comenzaron los insultos y las cosas rotas. Mañana sería un día ajetreado para Hoseok. Tener que limpiar todo eso sería un fastidio.
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Serial Killers | COMPLETA |
FanfictionLos tres querían dejar de sufrir, y sólo había una manera de hacerlo. Matarla era la única opción.