Serial Killers | COMPLETA |

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Algo nuevo

Un hermano puede ser el guardián de tu identidad,
la única persona con las llaves
a tu ser más profundo sin restricción alguna.
(Marian Sandmaier)

La confianza es algo que no se da a la ligera ni a cualquiera. Toma tiempo para decidir a quien le contaremos nuestros más grandes secretos o nuestros peores miedos. No siempre existe una persona en la que se pueda confiar tan intensamente. No todos podrán saber de nuestro dolor ni trataran de buscarle cura. Es por eso que es muy importante conocer a la gente en la que confiamos. Es importante saber que esa persona daría lo mismo que nosotros daríamos por ellos. Y eso es lo que un verdadero hermano hace. Te procura porque te quiere. Te pone atención porque le importas. Sabe cuando algo anda mal porque te conoce. Un hermano conoce tus gestos y tus reacciones. Un hermano conoce el verdadero significado de las palabras dichas y del silencio. No siempre se comparte una cadena de ADN para decir que hay una hermandad entre las personas, hay lazos que suelen ser mucho más fuertes que la sangre y eso es lo más impresionante porque esa persona se convierte en confidente, un mejor amigo, familia y la caja de seguridad de todos tus secretos o, al menos, la mayoría de ellos. Esa persona a la que llamamos hermano puede ser nuestro mejor aliado y, a la vez, nuestro peor enemigo. Esa persona puede conocernos mejor de lo que creemos conocernos. Un hermano daría la vida sin pensarlo y haría lo posible por verte sonreír, pero de esa misma forma puede hacerte miserable. Puede arruinarte convirtiendo todas tus pesadillas en realidad.

[13 de mayo 2021]
Jung Hoseok, 25 años.
Park Jimin, 23 años.
Jeon JungKook, 22 años

La casa estaba en completo silencio. El mayor de todos se encontraba acostado en el sillón de la sala, mirando su celular sin ninguna preocupación mientras que Jimin se encontraba en el jardín trasero, regando las plantas y podando las que tuvieran hojas secas. Era algo que le traía paz a su turbulenta mente. Al menos las plantas no gritaban cuando las cortaban, aunque era claro que había una gran diferencia entre cortar a un ser vivo para que pudiera florecer aún mejor que cortar el brazo de una persona para infringirle dolor. Las plantas no sangran ni merecen sentir dolor, mientras que las personas están llenas de ese líquido rojo y merecen todo tipo de tortura, pero es bastante desagradable cuando sus voces son imposibles de enmudecer, peor que un animal a punto de ser asesinado violentamente. Y es lo que todos, dentro de esa casa, odiaban. Los gritos siempre rompen la paz y tranquilidad que se quiere mantener dentro de uno mismo. Esos gritos de dolor vuelven a una persona en un animal.

— ¿Sabes cuándo llegará JungKook? — preguntó Jimin al entrar a la casa — Debe darle de comer a EunJi.

— Deberías darle tú — Hoseok bloqueó la pantalla de su celular y se levantó del sillón —. Sabes que JungKook se ha negado a darle siquiera una galleta por cinco días y se molesta cuando nosotros pensamos darle algo. No sé qué tiene en mente, pero no pienso ir en contra de lo que quiere hacer.

— No eres YoonGi para permitirle hacer lo que se le venga en gana, Hoseok. Debes dejar de permitirle hacer sus caprichos.

— No trato de ser YoonGi, Jimin, pero tampoco haré lo que él no quería que hiciera con tu hermano. YoonGi quería que JungKook fuera libre de hacer lo que quisiera sin ningún tipo de límite, pero en caso de que quieras imponerle algo, hazlo, tú eres su hermano.

— Tú también lo eres — exclamó Jimin —. Eres la persona que él ve como un padre, no puedes simplemente hacerle creer que puede hacer lo que le venga en gana. Es más, esto no era el plan. Debimos deshacernos de ella hace días y la seguimos teniendo en nuestra casa como si la policía no la estuviera buscando. Tuvimos suerte cuando vinieron a buscar a JungKook y él se encontraba trabajando y yo estaba de salida. ¿Sabes qué hubiera sido de nosotros si entraban y ella comenzaba a gritar?