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Amigos.

"No todos los asesinos son psicópatas."

Tres niños con historias similares.

Tres chicos con sentimientos similares.

Tres jóvenes compartiendo vidas.

Tres asesinos en serie.

No es que sus padres les hayan causado un trauma, no es que ellos no sintieran empatía...ellos simplemente querían ser amados, pero le temían tanto a serlo, que terminaban con aquello que les recordaran su pasado. Tal vez, solo necesitaban alguien que se aferrara tanto a ellos, que incluso lastimado, les hiciera saber que ya no era necesario huir, que ya todo estaba bien, que ya estaban siendo amados.

— ¿Y tú por qué estás aquí? — preguntó Jimin.

— Supongo que... — miró a ambos chicos analizándolos y sonrió con un toque de maldad pura, pero no porque quisiera hacerles algo, sino porque sabía perfectamente que ellos habían asesinado a alguien como él lo había hecho con su padre — por lo mismo que ustedes.

— ¿Tus padres murieron? — fue JungKook quién se aventuró a preguntar.

— Dejemos algo en claro, uno — indicó con su dedo índice —, yo nunca tuve padres, ellos nunca fueron mis padres y segundo — indicó con dos de sus dedos —, él mató a esa señora y yo lo asesiné.

Ambos chicos quedaron boquiabiertos, no creían que el joven frente a ellos estuviera contando lo que había sucedido realmente sin temor alguno. Pero extrañamente no sintieron miedo, la vida ya les había arrebatado eso, o eso creían. Ya nada podía intimidarlos, ellos ya habían demostrado que nadie volvería a tratarlos como basura. Ya nadie los lastimaría, ahora les tocaba a ellos. Ahora era su turno de demostrarle al mundo que es lo que una persona puede llegar a sufrir. Pero sólo les esperaba un poco más de sufrimiento para poder terminar con todo lo que habían comenzado.

— Así que, ¿ustedes que fue lo que hicieron? — Hoseok los miró con cierto interés.

— Yo asesiné a nuestra madre — dijo Jimin sin temor, volteando a ver a su joven hermano.

— ¿Y que hizo el pequeño JungKookie? — más interesado aún por su respuesta, colocó sus codos sobre sus piernas y recargó su mentón sobre sus puños esperando una gran respuesta.

— Apuñalé a su amante — dijo JungKook con tranquilidad.

— Hagamos esto — comentó Hoseok —. Ustedes me cuentan su historia y yo la mía, al fin y al cabo estamos solos, no nos dejaran estar con los demás chicos, nunca le contaremos la verdad a la psicóloga y es bueno compartir historias, ¿o no?

Hoseok era un joven muy maduro, hablaba con tanta firmeza y parecía no sentir emoción alguna. Los tres chicos contaron su historia, la verdadera, los detalles no faltaron. Si los hubieran escuchado aquella tarde, los hubieran tachado de locos psicópatas, sin embargo, ellos no lo eran. Ellos sentían, ellos tenían emociones, ellos sentían empatía, pero habían aprendido a demostrar el lado más oscuro de una persona sin tener que perder la cabeza.

Al paso del tiempo, los tres chicos se volvieron mejores amigos, inseparables. En las terapias contaban una versión diferente, nadie sabría lo que realmente había pasado. Nunca nadie lo debía saber, y así fue. Todo quedó como un simple asesinato entre padres y entre una madre y su amante.

Habían logrado hacer amigos con otros chicos en el orfanato, sin embargo, al saber por qué no estaban en las mismas habitaciones, éstos se alejaban.

Otro año más, las sesiones de terapia habían disminuido, ahora eran dos veces por semana, ninguno de los tres chicos parecía haber quedado con trauma y eso le preocupa seriamente a la psicóloga, no podía creer que a pesar de haber pasado por una situación terrible, ninguno de los chicos haya mostrado aún algún efecto secundario ante eso.

Serial Killers | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora