Serial Killers | COMPLETA |

34

Alguien a quien amaba me dio una vez una caja llena de oscuridad.
Tardé años en comprender que eso también era un regalo.
Mary Oliver

Estoy en un punto de mi vida donde he decidido dejarlo ir todo. Ya no voy a enojarme por nimiedades ni voy a llorar por amores que no pudieron ser. Lo dejaré ir todo, incluso mis ganas de luchar. He aceptado que la vida es así. No siempre es buena para todos. Quizá eso depende de cómo la vemos y decidimos vivir. En lo que a mi respecta, todo eso es una basura. Estoy harto de intentar y no llegar a ningún lugar. Estoy cansado de imaginar que todo puede mejorar, pero lo único que pasa es que la vida empeora, me pone más dificultades que ya no quiero intentar superar. Ya no me voy a engañar. Estoy herido. Estoy sufriendo. Y por más que he intentado cambiar eso, he llegado a la conclusión que yo nací para no ser feliz. Nací para permanecer en la oscuridad, aquella que me brindó alivio en mis penumbras. Me he acostumbrado a vivir de esta manera. Triste, desconsolado y roto. No conozco nada más. No quiero conocer más. Estoy convencido de que estoy bien viviendo así. Soy un día nublado que a veces amenaza con llover. Me he llegado a convertir en diluvio, pero jamás he logrado crear un arcoíris. Esta bien. Estoy conforme con ser una persona gris. Y creo firmemente que la única forma de cambiar es si muero y vuelvo a nacer, olvidando quien fui.

[01 de septiembre 2022]
Jung Hoseok, 26 años.
Park Jimin, 24 años.
Park JungKook, 24 años

Era un día especial, o eso se supone que dice la gente sobre los cumpleaños. Pero ¿qué tiene de especial un día en el que cumples un año más de vida y, a la vez, un año menos? ¿Qué tiene de especial dejar atrás una edad para seguir viviendo la misma vida, pero con otra cifra? JungKook trataba de encontrar el lado positivo de festejar su cumpleaños, pero ya no era como antes y nunca volvería a serlo. Nunca fue importante ni lo mejor, pero le gustaba pasar tiempo con su hermano quien parecía ser el único feliz por ese día. Ya no había viajes espontáneos para alejarse de la realidad ni abrazos de la persona que tanto amaba. Ya no quedaba nada. Los regalos se volvieron una tontería, aún tenía varias cajas sin abrir de cumpleaños pasados. No le interesaba saber qué había dentro y no le importaba saberlo. No le interesaba festejarlo, así que le pidió a su hermano que ese día fuera un día común y corriente como los demás 364 días del año. De esa forma, la vida le dolería un menos. Ya no quería fingir una sonrisa, ya no quería nada mas que estar solo. Así que después del trabajo, caminaría hasta cansarse. Iría sin rumbo por las calles hasta olvidar lo vacío que se sentía. JungKook sólo regresaría a casa siempre y cuando dejara de sentirse perdido, sin embargo, no sabía que se encontraría con una oscuridad aún más penetrante de la que ya conocía.

JungKook caminaba sin prisa por las calles que se encontraban cerca de casa, a pesar de haber pensado en huir varías veces, nunca pudo alejarse lo suficiente para no saber retornar. Él miraba al suelo sin esperanza alguna. Sus tenis estaban sucios, quizá debería limpiarlos al llegar a casa o simplemente tirarlos y comprar otros. Tal vez era tiempo de deshacerse de varias cosas inservibles en su vida y los tenis parecían ser la excusa perfecta para empezar a hacerlo. Soltó un suspiro y negó con la cabeza, estaba comenzando a pensar demasiado y en cosas sin sentido. Siguió caminando sin mirar al frente hasta sentir que chocaba con alguien. Se disculpó y trató de seguir su camino, pero esa persona con la que se había encontrado no tenía las mismas intenciones.

— ¿Acaso piensas irte así sin más? — dijo el chico con el que había chocado.

JungKook no reconoció la voz al instante, pero al dar la vuelta y ver el rostro de la persona que le había hablado, todo su rostro mostró sorpresa. Hace años que no veía a quien algún día llegó a considerar un amigo y quién terminó siendo toda una farsa.

— ¿Acaso el ratón te comió la lengua, JungKookie? — el chico de cabello oscuro lo miró con una sonrisa de lado.

— Han pasado años — habló al fin JungKook —. ¿Cuándo dejarás de llamarme así, Yugyeom?