DAMA |Jack el Destripador y tú|

Capítulo VI

Dio un sorbo al té que acababan de llevarle, saboreando su exquisito sabor. Estaba siendo una mañana demasiado tranquila.

Entreabrió un ojo al escuchar unos tacones que le resultaban familiares. La mujer de cabellos negros pasó hasta sentarse en la mesa que había a un lado, dándole la espalda y tomando el periódico para echarle una rápida ojeada.

—Estamos investigando un futuro caso para ti, rata inmunda.

—Me alegra saber que me tengan en consideración. ¿Va a ordenar algo? ¿Desea que le llame a la mesera?

—No te hagas el caballero— dijo seriamente —. Solo mantente alerta. Hoy hubo un segundo cadáver de una trabajadora sexual.

—Hmm, entiendo— asintió para bajar la taza hasta la mesa, con delicadeza.

—Ya tenemos un pronóstico de cómo serán sus víctimas. Luego de la noticia que se publicará en menos de una hora, hará que las mujeres piensen más de dos veces antes de salir solas— cambió la página del diario, sin siquiera prestarle demasiada atención debido a que eran noticias del día anterior.

—¿Y usted no tiene miedo?

—No te tengo miedo a ti, basura, menos se lo tendré a un imbécil que anda matando prostitutas— dejó las hojas a un lado para ponerse de pie —. Con mis propias manos acabaría yo contigo.

Fueron las últimas palabras de Red Widow antes de marcharse.

—A veces hay piedras demasiado duras...

Volteó a un lado, topándose con la tienda de telas en la que se encontró a la muchacha del burdel. En cierta parte, le había agradado. Dejaba ver sus verdaderas emociones y no andaba con una falsa sonrisa como la mayoría de personas con las que se había topado. Más si provenía del mismo sitio en la cual la conoció.

Sus colores opacos llaman la atención sobre esa dama.

No deseaba su muerte. Esperaba que hubiera un caballero por ahí que la acompañara y la protegiera.

—¡Mujeres! ¡Ya cálmense!

Pedía a gritos la madam, mientras veía como las prostitutas se movían de un lado a otro tras leer el periódico que Agnes había llevado.

Todas estaban pálidas, sin aliento o agitadas.

Estaba claro que había un asesino de prostitutas.

Mientras tanto, ______ se mantenía parada a un lado de Agnes, mostrando en su mirada el temor que le transmitían. La mayor la abrazó por los hombros, tratando de tranquilizarla.

—¡Ustedes no trabajan en la calle! ¡No permitiré que ningún asesino ingrese aquí!— seguía hablando en voz alta —¡Solo permitiré el ingreso de clientes que ya conozcamos! ¡A ninguna le sucederá nada!

—¿Y si es uno de los que nos frecuenta?— exclamó Charlotte —¡No tenemos la identidad de este tipo, menos su rostro!

—¡No quiero quedarme sin dinero!— lloraba Lydia, arrodillada en el suelo y con la cabeza echada hacia atrás.

—¡Tengo que seguir llevándole dinero a mi familia! ¡No deseo mi muerte!— habló esta vez Eliza.

—No sean imbéciles. Debemos escuchar a la madam— indicaba Isabella, ya irritada de la situación, ocultado el temor que también sentía.

—Escúchenme, putas— se tomó del punte de la nariz, logrando que todas se callaran —. Contactaré a mis dos hijos para que vengan a hacerles custodia. Si necesitan salir, saldrán de una a la vez, siendo acompañadas por uno de ellos mientras que el otro queda de guardia.

—Agh, necesito salir de aquí...— balbuceó ______ a Agnes que asintió para que ambas salieran de esa habitación.

De todos modos, la tensión en el aire se esparció por todo el edificio.

Llegaron a la cocina, en donde tomaron asiento en las únicas dos sillas que habían. La joven se desplomó mientras que la mayor procedía a apoyarse en la mesa.

—Apenas han pasado días desde que Lydia comentó lo de ese asesinato.

—Es todo un desastre...— suspiró echando su cabeza hacia atrás _______.

—La policía ya atrapará a este tipo. Ojalá que sea pronto— mencionó Agnes, mostrando un claro tono de preocupación —. Yo siempre ando yendo y viniendo del prostíbulo, lo cuál pueden llegar a pensar que soy una prostituta... No quisiera morir y hacerle mal a mis hijos...

Vio a la mujer con pesar, para sentarse bien y tomar una de sus manos, acariciando con el pulgar el dorso de una de ellas.

—Agnes, no luces como una prostituta de aquí— intentó tranquilizarla —. Tú y yo somos las que menos encajamos.

—Ya sé que es un burdel de un poco más de prestigio, pero sí llegamos a parecer que pertenecemos a otro— su volumen fue disminuyendo, bajando la cabeza —. Si me matan, también habrán matado a una prostituta...

—Agnes... Ya no lo eres desde hace años...

No hubo más comentario luego de eso.

Desde hacía más de una década, Agnes había dejado ese trabajo cuando conoció a su marido y quedó embarazada de su primer hijo. Y optó quedarse allí limpiando para ganar dinero y llevarlo a su nueva familia. La madam se lo permitió.

Incluso cuando no conseguía que nadie le cuidara al niño, lo llevaba allí en donde _______ lo sostenía hasta que se quedaba dormido e iba a todos lados con él como si fuese un bebote de porcelana, a pesar de nunca tener uno.

—Yo te acompañaré a casa y te iré a buscar por las mañanas, así no tienes miedo— mencionó la muchacha, haciendo que la mayor la viera mal.

—¿No entiendes que tú andarás sola de todos modos? Y a una hora muy tarde.

—No tengo miedo. No soy una prostituta y puedo brindar un buen puñetazo en la nariz. Ya lo hice a uno que otro cliente que no quería pagar o se quería propasar— e hizo un puño —. Tengo la mano entrenada.

—No es lo mismo que estar acompañada, mocosa— su tono volvió a cambiar al de preocupación —. Mujer que salga de este burdel, mujer que será considerara prostituta.

_______ siguió tratando de convencerla de que todo estaría bien y que ella se encargaría de llevarla e irla a buscar. No se preocupaba por sí misma ya que no era una prostituta, pero sí por las demás mujeres que seguían en otra habitación charlando de las medidas que comenzarían a implementarse.

Lo único que pedía es que aquello se solucionara pronto.

¡Feliz año nuevo! ¿Cómo han iniciado este nuevo año, mis amores? ¿Gustan un capítulo más hoy? Jj

Besos ♥