Capítulo XI

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—¿Habrá llegado anoche al burdel?

Preguntó ansiosa Agnes, con un dedo entre sus labios, mientras que su marido terminaba el desayuno. Iba y venía frente a la mesa que tenían.

—Debe de estar camino aquí. No te preocupes, querida— mencionó para darle el último sorbo a su bebida y ponerse de pie.

—Las veces que vino fueron más temprano, incluso ya está amaneciendo— se detuvo para tomar la taza e irla a lavar.

—Te acompañaría, pero deben de estar viniendo hacia aquí los muchachos para ir a trabajar.

—No, no, Jasper. Tú céntrate en lo tuyo y yo en lo mío— habló rápido de los nervios, a pesar de que su esposo se había marchado a la habitación de sus hijos para darles un beso en la cabeza antes de irse —. Me sacará canas verdes esta niña...

¿Cómo no iba a estar preocupada por ella? Más con las últimas noticias de los asesinatos, estaba con los nervios de punta.

Secó sus manos con su falda para dirigirse a la ventana, para ver si ya estaba llegando. Pero nada.

—Ay, santo cielo... Por favor, Dios... Cuida de mi niña... Que no le haya sucedido nada...— entrecruzó sus dedos, dirigiendo las manos contra su pecho y luego se persignó.

Sintió como su marido le dejaba un beso en la cabeza.

—Debe estar todo bien. No dudo de que se halla defendido si algo hubiese sucedido.

—Ya cállate que no me ayudas— dijo molesta para darle un rápido beso —. Mejor me voy y veo si la encuentro en el camino.

—Ve con cuidado, cielo.

—Recuerda de avisarle a tu mamá de que venga esta vez a cuidar a los ni-...

Al abrir la puerta, quedó sin habla.

Miró de arriba hacia abajo a ese desconocido que estaba del otro lado.

—¿Qué quiere?— habló desconfiada, provocando que Jasper se asomara a observar qué sucedía.

—Buenos días, señora— se quitó el sombrero para inclinarse, como si se tratase de un caballero.

—Hola. ¿Qué quiere?— reiteró la pregunta.

—Vengo a buscarla para ir al burdel.

Se enderezó para volver a colocar el sombrero sobre su cabeza, ofreciendo una pequeña sonrisa.

—¿Disculpe?— interrumpió el marido de Agnes, abrazando con un brazo a su mujer.

—Vengo por parte de la señorita ______, quien se encuentra dormida en estos momentos.

La pareja frunció el semblante al mismo tiempo, pero la mujer mucho más.

—¡¿Cómo que te manda _______ si dices que duerme?!— se apresuró, alzando la voz y adelantándose un paso al tiempo en que su esposo la retenía, intentando calmarla —¡Degenerado!

En efecto, Jack había ido temprano al prostíbulo para vigilar que la fémina llegará bien a lo de esa señora, pero debido a que se tardaba, se atrevió a preguntar por ella a una prostituta que estaba afuera fumando, llevándose la noticia de que seguía durmiendo.

No quiso molestar demasiado ya que debía de estar muy agotada.

Así que optó por realizar su tarea por ella, así descansaba más tiempo. Pero los colores de enojo y desconfianza desbordaban de la mujer.

—Perdone mis malos modales, no me he presentado— realizó una reverencia, interrumpiendo a Agnes en todas las groserías que le decía —. Me llamo Jack Smith y soy conocido de la señorita _______.

DAMA |Jack el Destripador y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora