Capítulo XVI

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Cuando comenzaba a amanecer logró pegar el ojo, mientras que Agnes se quedaba dormida al tiempo en que la abrazaba de forma protectora. Junto con Isabella, habían logrado dar con un caño y otra escoba para ir a ayudarla, pero tardaron en llegar a ella debido a que otras prostitutas, del primer piso, le decían que debían de preocuparse más por sí mismas y las intentaban retener.

Al momento de llegar, encontraron a Jack cargando con el cliente de Isabella en el hombro, mientras ayudaba con su mano libre a _____ a levantarse.

Terminó de barrer a las afueras del burdel, para pasar una mano por su frente y tratar de acomodar sus cabellos sueltos. Luego alzó la mirada a todos lados, en espera de la llegada de Jack: él le había prometido que al día siguiente regresaría para darle una explicación.

Además, unas horas atrás se puso a recordar lo que sucedió después del golpe que le había dado al hombre, y logró ver en sus recuerdos, sangre en uno de los brazos del de cabellos grises. Quería saber cómo se hallaba.

Tenía muchas preguntas.

—¿Quieres un té, mocosa?

Regresó a ver a Agnes al tiempo en que se apoyaba ligeramente sobre la escoba.

—¿Cómo te encuentras?

—Bien, más tranquila...— mencionó, colocando el mentón en sus manos.

—Por lo que veo, estás llevando demasiado bien todo lo que sucedió anoche.

Se recargó en el umbral, sin despegar la vista de la muchacha.

—Sí... También me sorprende... Es que, me puse a pensar, y no se trataba de nada personal conmigo o algo por el estilo... Y Jack estaba allí, así que estoy bien...

—¿Se lo agradeciste anoche?

Apenas sacudió la cabeza en forma de negación, teniendo la mirada perdida en el suelo. Esta vez si se sentía agradecida con él.

—Se lo agradeceré cuando lo vea— se apresuró a hablar, parándose bien para ir a guardar el objeto —. Iré a comprar comida.

—Voy contigo.

—No, estaré bien— dejó en una pequeña habitación la escoba, al tiempo en que Agnes había volteado a ella —. Con lo de anoche, creo no tenerle miedo a un asesino de prostitutas. Y es de día, así que no sucederá nada.

—Mocosa.

—Regresaré antes de que anochezca. No te preocupes.

Le regaló una sonrisa con el fin de tranquilizarla. Pero hubo otro cruce de palabras antes de que la mayor acabara cesando.

Tomó unas cuantas monedas y una canasta para partir.

Tomó unas cuantas monedas y una canasta para partir

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—Gracias por su compra, señorita.

Asintió con la cabeza mientras se alejaba lentamente, con la vista en las demás cosas que vendía. Y acabó regresando al frente para emprender camino al burdel. ¿Jack ya se habría aparecido por allí?

DAMA |Jack el Destripador y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora