Capítulo XII

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Los días fueron transcurriendo, y todo estaba regresando a la normalidad, excepto por el hecho de que Jack Smith solía quedarse unos minutos en el burdel luego de que Agnes lo invitara a desayunar esa vez.

Tenía a todas contentas, menos a _______.

Sus colores apenas habían disminuido su intensidad por la molestia que le causaba debido a la costumbre que iba generando su presencia.

Claro, habían días que apenas acompañaba a la joven y días en los que se quedaba a tomar el té. Tenía trabajo que hacer en otros sitios.

Pero en ese lapso de tiempo, ______ no hacía más que ignorarlo o darle monótonas respuestas. Los colores que mostraba a la hora de escuchar un "mi estimada dama" de su parte, denotaban que no era de su agrado, hasta cierto grado.

Había que recalcar algo de todo ello: ese solamente era el color que predominaba, porque había otro que estaba oculto bajo esa densidad, del cuál no se percató antes.

Era una mínima pizca de ilusión.

Quería averiguar al respecto, pero era una roca esa muchacha.

Y eso más despertaba su curiosidad, pese a que tampoco le estaría preguntando a las demás prostitutas sobre ello.

—Hubo otro movimiento.

No alzó la mirada del periódico para pasar de página.

—Eso estaba leyendo.

La fémina de cabellos negros que le daba la espalda en aquella cafetería, alzaba la mano para realizar un pedido.

—Creemos estar cerca de las pistas sólidas así te encargas de esa mierda— comentó cuando la mujer se retiró con su orden.

—Sería interesante ver los colores de un asesino de prostitutas.

Vio su reflejo en el té para dar un sorbo, cerrando por momentos los ojos.

—Mientras, hay un imbécil de alta categoría que trafica drogas hacia el sur del país— tomó el periódico que había en su mesa para fingir que leía —. Tiene un historial de varios "burros de carga" que terminan asesinados cuando cumplieron con su cometido.

—Entiendo.

Abrió un ojo, para ver como un archivo se deslizaba sobre el mueble que tenía enfrente.

—Desaparécelo cuanto antes.

—Yo me encargo.

Terminó su bebida para levantarse, dejar unas cuantas monedas y tomar sus cosas para irse.

Ojeó apenas los papeles por la superficie, logrando sacar uno que otro dato del tipo llamado Reginald Cooper. Lo que no pudo pasar de largo fue el hecho de que frecuentaba varios burdeles.

Sería un sitio perfecto para atraparlo, y había uno en donde tenía acceso libre. Pero eso sería poner en peligro a _______. Arqueó una ceja para guardar los papeles y ver al frente, como si nada pasara.

¿Qué tanto la quería a salvo?

¿Qué tanto la quería a salvo?

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DAMA |Jack el Destripador y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora