Capítulo XIV

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—______— llamó a la puerta Isabella de nuevo —. Hay un cliente.

Sintió que el corazón llegó a subirle a la boca ante sus palabras.

—Ay, ya me voy— agarró un par de cosas Agnes —. Estate tranquila. Suerte— y tomó rumbo a irse, apagando la luz y dejando la de la mesita del lado de la cama encendida.

Escuchó unas voces fuera conversando, pero tampoco comprendía de lo que hablaban. Su mente estaba en otra cosa.

Esta vez sí se trataba de su primer cliente.

Respiró profundo para ponerse de pie, luciendo un delicado camisón, como el que usó la primera vez, el cual era de uso común entre las prostitutas de ese burdel. Era casi un uniforme.

Cuando oyó la puerta cerrarse, tragó saliva, sin atreverse a ver al hombre.

Tenía que hablar, coquetear y mirar a los ojos a la misma vez. Tenía que animarse. Debía de colaborar para ese lugar que le brindó un hogar a pesar de todo lo que conllevó su existencia.

Sino ganaban nada, no podía asegurarse otro trabajo en el que fuese aceptada por sus orígenes.

—"La alegría del encuentro compensa los dolores de la ausencia."

Esa voz.

—Buenas noches, mi estimada dama.

Ese cortés tono de voz.

—¿Qué mierda contigo, infeliz?

Se volteó a verlo para encararlo, descubriendo que estaba más cerca de lo que esperaba.

—Solo vengo a pasar un rato con usted, mi estimada dama-...

—¿Qué te dije sobre "dama"?— murmuró entredientes.

—... pero no de la forma en la que usted piensa.

Continuó hablando como si no la hubiese escuchado, provocando que sus colores de molestia se intensificaran y la vergüenza se notase por igual.

—Usted me dijo la última vez que estuvimos en una situación así que le dijera desde un inicio mis intenciones.

Sonrió provocando que ______ se cruzara de brazos.

—¿Entonces? ¿No te dijo Isabella que te fueras a la mierda de mi parte?

—Recibí sus palabras de parte de su amiga, no se preocupe. Solo deseo lo que ya le dije.

Se dirigió a sentar mientras que era seguido por la mirada de la joven. Algo que llamó su atención, era que no se había quitado su abrigo y sombrero.

—¿Qué? ¿Vienes por un trabajo secreto como mencionaste esa noche? ¿En qué consiste? ¿En joderme?

—Le ha acertado, pero no puedo decirle nada al respecto. ¿Quiere que conversemos un poco?

—No.

Acabó apoyándose en una pared, sin quitarle la vista de encima. ¿Qué ocurría por su cabeza?

—Puedo notar en usted cierta curiosidad.

—¿Comiste una bola de cristal de desayuno?

Jack rio, haciendo que ______ se confundiera por su reacción para acabar rodando los ojos con fastidio.

—Tiene sentido del humor, mi estimada dama. Me agrada eso— hizo como si se secase una lágrima, ya tranquilizándose —. Dígame, ¿de qué tiene curiosidad que yo pueda saciar, sin que sea mi motivo de estar aquí?

—¿Hay algo más que me importe además de eso?— arqueó una ceja, hablando con obviedad.

—No lo sé. Usted dígamelo.

Y no dijo nada. Permitió que el silencio se apoderara del ambiente por un par de segundos.

—¿No te sientes extraño en estar en un burdel?

Provocó que su mirada regresara a ella con tranquilidad, descubriendo pena en sus colores por hacer tal pregunta o por el simple hecho de mostrar curiosidad por él.

—Digo...— comenzó su intento de justificarse —, no parece que te moleste el que la gente hable de ti por caminar junto a las personas de un burdel y pasarte algunos días por aquí como si fuese tu propia casa.

La falta de respuesta inmediata de Jack provocó que se pusiera nerviosa. ¿Para qué había hablado?

—Es que soy hijo de una prostituta.

Los ojos de ______ se abrieron de a par, relajando poco a poco cada uno de sus músculos. Pestañeó reiteradas veces, sin creer aquello. No tenía ninguna pinta de serlo.

—Mis primeros años fueron en un burdel que descubrí que cerró hace pocos años.

La muchacha bajó la mirada cuando la del hombre de cabellos grises regresó a ella.

—Mi madre solamente me tuvo para estar ligada al hombre que amó.

Se reacomodó en su asiento, como si estuviese recordando todo.

—Sino, me hubiese abortado como a sus cinco hijos anteriores.

No podía creer que estaba sintiendo lástima por él. Y Jack lo notaba en sus colores que se habían ablandado.

—Pero sigo aquí, mi estimada dama— sonrió y se puso de pie para intentar ver la hora en el reloj que había en ese cuarto —. Ya he de marcharme.

La había dejado sin palabras.

Creía que lo juzgó mal. Después de todo, sus historias eran similares aunque ahora comenzaran a surgirle muchas más preguntas luego de esa.

Oyó como dejaba algo sobre la mesa para descubrir que se trataba de una bolsita con monedas.

—Llévatelas... No hice nada para que me pagues...— apenas habló.

—Usted es de mandarme mucho a la mierda— comentó con gracia —, así que me sorprende que decidiera preguntar y escuchar. A veces, nadie se detiene a oír la historia de un bastardo, como muchos llamarían.

Realizó una reverencia mientras tomaba su sombrero.

—¿No saltará por la ventana?— preguntó de la nada al verlo dirigirse a la puerta.

Jack se detuvo para sonreír por sus palabras.

—¿Regresó a verme a penas salió esa vez?— parecía que aguantaba el reírse por su pregunta —Oh, no sabe cuánto me alegra que le genere preguntas.

—Agh...— bufó y se volvió a cruzar de brazos, para hacer que se expandiera más la sonrisa del hombre.

—Le puedo asegurar que saldré por la puerta— tomó la manija —. Y si escucha algo, por su propio bien, quédese aquí dentro, mi estimada dama.

—¿Qué?

Al regresar a verlo, la puerta se hallaba cerrada y sin señales de él por ningún lado.

¿Qué acababa de decir?

¿Notaron el nerf en apariencia que recibió Jack en el anime? Re random lo que digo

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¿Notaron el nerf en apariencia que recibió Jack en el anime? Re random lo que digo... Pero bue jajjsjah

¿Cómo están?
¿Para cuándo quisieran el próximo capítulo?

Besos ♥

DAMA |Jack el Destripador y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora