Capítulo 4

1.1K 101 0
                                    

El profesor Snape entró de golpe a la clase en la que debería de darla el profesor Lupin, cerró todas las ventanas y nos dijo directamente la página en la que deberíamos estar. Agarré el libro y la abrí, notando que se trataba del capítulo sobre hombres lobo, siendo que no deberíamos estar en ese capítulo en este momento, pero eso a Snape no le importa en lo absoluto.

-¿Alguien puede decirme la diferencia entre un animago y un hombre lobo? -Hermione, Daphne y yo levantamos la mano pero por nuestra rivalidad entre hermanas y por no soportar a Granger, Snape nos ignora a las tres- ¿Nadie? ¿Qué decepción?

-Yo profesor. Un animago se transforma a voluntad, el hombre lobo no lo decide, se transforma con la luna llena y hasta olvida quien es él, podría matar a su mejor amigo -responde Hermione tontamente-. Además, solo responde al llamado de los suyos.

Draco aúlla haciendo reír a varios, incluyéndome. Volteé a verlo, pues esta vez estaba unos asientos adelante de él, Draco me sonríe con diversión.

-Gracias señor Malfoy... Es la segunda vez que habla sin permiso, ¿no puede contenerse o se siente orgullosa de ser la insoportable sabelotodo? Cinco puntos menos Gryffindor.

Hermione baja la cabeza.
He de admitir que me ha sentado mal, me dio lástima pues Hermione no es como si me cayera tan mal, a veces hasta a mí me parecían doloroso e incómodos los comentarios del profesor Snape, pero tampoco podría decirle algo a un profesor.
Ignoré aquello solamente pero entonces una bola de papel llega hasta mi cabeza, molesta miré a Daphne que se estaba burlando de mí. Ni siquiera quise ver lo que decía el papel, solo lo lancé sin que Snape se enterase.

Pero entonces fue el turno de una mariposa de papel volar hasta mi mesa. Miré hacia Daphne pero ella ya no me estaba prestando atención, entonces mi vista se desvió a Draco quien me sonríe de lado. Abrí la mariposa y leí lo escrito.

"Solo ignórala, me copia porque no tiene nada de original. Pdte. ¿Vamos por comida?"

Sonreí levemente y respondí en el papel antes de soplarlo y que volara de regreso a Draco. Él lo leyó y su sonrisa se ensanchó, volví la mirada al frente

***

***

Soplé mis manos aunque mi aliento se viera por el frío que hacía, caminé sobre la nieve hasta que escuché unas voces conocidas y vi a Ron Wesley con Hermione Granger, pero Draco y dos amigos estaban con ellos.

-Cierra la boca, Malfoy.

-Uy lo que dices no es muy amigable. Muchachos... Es momento de enseñar a Wesley a respetar a sus superiores.

-Debe ser una broma -salta Hermione a la defensiva de Ron.

-¿A ti quien te llamó? Sangre sucia inmunda.

-Draco -solté. Odiaba cuando se refería así de la gente... pues ese ya es un termino más agresivo de lo que prefiero usar.

Draco me vio pero entonces recibe una bola de nieve en el rostro, aunque nadie estaba aquí. Aún así recibió más bolas de nieve al igual que los otros dos y luego a Crabbe le bajaron los pantalones y al segundo lo arrastraron con la bufanda. Draco al retroceder choca con Crabbe y cae al suelo, entonces algo lo agarra de los pies y se lo lleva arrastrando. No pude evitarlo y me empecé a reír a carcajadas.

-¡Quítate! -Draco empuja a Crabbe cuando huye con ellos.

Escuché pasos acercarse a mis espaldas así que levanté la mano extendida y la capa de Harry se le cayó.

-Ni se te ocurra, Potter. Ya sabía que eras tú -reí-. He de admitir, que fue divertido.

Me alejé de él quien se reúne con sus amigos pero yo me detuve y me giré hacia Hermione.

-Lo siento por lo que ese tarado dijo. Lo de "sangre sucia" y eso... -mencioné sorprendiéndolos-. Es todo. Adiós.

-¡Chicos! -justo a tiempo Daphne se reúne con ellos.

Suspiré alejándome para ir a buscar a esos tres, los encontré caminando para alejarse de vuelta al castillo, aún molestos por lo que pasó.

-Me las pagarán, esos malditos Gryffindor -dice Draco-. Ya verán, se lo diré a mi padre.

-Que niño de papi -me burlé llamando su atención-. Deberías calmarte un poco, Draco, después de todo tú empezaste.

-¿De qué lado estás, _______?

-Del tuyo rubio, pero solo cuando tienes la razón -le quité la gorra.

-Oye.

-Si la quieres de vuelta, tendrás que alcanzarla.

Se la tendí, cuando intentó agarrarla la lancé hacia atrás y cayó sobre mi cabeza. Sonreí acomodándola, Draco deja escapar una sonrisa ladina preparado para perseguirme, por lo que salí corriendo con él detrás. Corrí por todos lados mientras él me gritaba.

-¡________! ¡Dámela!

-¡No se me antoja... wou!

Me resbalé por algo de camino congelado y caí al suelo, Draco no pudo frenar, chocó contra mí y cayó encima de mi cuerpo pero consiguiendo apoyar sus manos para no aplastarme del todo.

-Eso te pasa por tonta -se burla.

-Y tú me sigues. Tarado.

-Dame esto -me arrebató la gorra y se la puso en la cabeza.

Entonces me miró al rostro y nos dimos cuenta de la tensión que comenzaba a formarse por la cercanía entre ambos. Vi sus mejillas empezando a ponerse más rojas que por el frío. Corté con esto cuando le cubrí los ojos con la gorra y lo aparté de encima.

-¡Ay! ¡oye! -se queja.

-Aparta, pesas.

-Es por puro músculo -ríe haciéndome rodar los ojos.

Me levanté del suelo sacudiendo mi ropa para quitarle la nieve. Draco se levanta junto a mí y decidimos regresar al calor de la sala común de Slytherin. Aunque estando allí, Pansy apenas lo ve y se lanza sobre él para llevarlo hasta la chimenea. Rodé los ojos de nuevo, no quería quedarme aquí así que decidí irme a mi habitación. Quería un momento de paz y calidez.

PRINCESA DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora