Capítulo 30 || FINAL ||

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Esquivé un hechizo más y bloqueé otro. Pero entonces vi a dos mortífagos apuntarnos a la vez. Pude detener uno pero el que iba para Draco no tuve más opción que interponerme, haciendo que mi brazo izquierdo fuera el afectado.

-¡________! -Draco me sostiene al caer sobre él y dispara un hechizo al que me había atacado.

Aguanté el dolor tanto como pude hasta que en ese momento los mortífagos restantes dejan de atacar parecían sorprendidos y sin poder creerlo. Draco también pudo sentirlo... el momento en el que Voldemort habia muerto. Vimos como los restantes empezaron a escapar, huían como cobardes pero no pude prestarle atención a eso.

-¡Mhg... Agh! -solté agarrándome del hombro y retorciéndome del dolor.

-Estarás bien, lo prometo -Draco estaba preocupado. Me cargó en brazos y me llevó con los demás.

-¡________!

Muchos se amontonan, la señora Pomfrey se apresura a traer de sus medicinas para curarme, Draco me acuesta sobre unas telas en el suelo. Me destaparon el brazo, la tela incluida y derramaron la medicina sobre mí.

-¡J..Joder! ¡Duele! -apreté la mano de Draco.

-Pues claro, ¿qué esperabas? ¿Unas caricias? -responde Pomfrey.

-Tu brazo, donde tenías la marca... sigue sangrando -menciona Hermione.

-No es una herida normal, te quedará una cicatriz que no podrás borrar -me dice la enfermera.

-Ya no importa... de todos modos... Se acabó -sonreí mirando a Draco aunque el dolor continuaba.

Pomfrey se encargó de mis heridas lo mejor posible para dejarme descansar ahora. Draco se sentó a mi lado, me dejó apoyar mi cabeza en su regazo y no me dejó para nada, salvo por si le decía que tenía hambre o sed. Acariciaba mi cabello, incluso no dejó de hacerlo cuando vimos a Harry, lo saludé pero me sorprendió que Draco por lo menos le haya saludado con la cabeza... ¡Por fin! ¡Avances!

-¿Qué? -dice Draco al verme observándolo.

-Oh nada... solo pienso que eres tierno. Aunque extraño al Draco hurón.

-De nuevo con eso, me harás enfadar, Kingsley.

-Pues enfádate -lo atraje hacia mí al agarrar su camisa-. A ver cuánto duras sin besarme.

-Silencio -sonríe y besa mis labios-. Sabes que no duraría nada.

-Lo sé -volví a besarlo-. Yo tampoco duraría.

-Ustedes dos son demasiado cursis -Volteamos a ver a Blaise llegar con algunos otros compañeros.

-Ahá, y tú sin novia -me vengué haciendo levantar las manos a modo de paz a Blaise.

Draco se burla riendo entre dientes, yo me removí para acomodarme... olvidándome de mi brazo. Solté quejidos de dolor que preocuparon a los demás.

-Eres tan distraída -dice Draco.

-Y tú un hurón, cállate -lloriqueé por el dolor.

Él volvió a reír pero continuó acariciándo mi cabello. Los chicos, al ya saber que estaba en buenas manos, decidieron irse.
Draco y yo nos mantuvimos allí el tiempo necesario para curarme del todo, nos tomó unos pocos días pero cuando mi brazo había sanado, también decidimos encontrarnos con sus padres en la mansión Malfoy.

-Draco... ________... -Narcissa se acerca a nosotros y abraza a Draco haciéndome soltar su mano.

Entonces, cuando se separa para mirarme a mí, pensé que por lo que pasó no quería que estuviera con su hijo... me sentía nerviosa, hasta que repentinamente ella me abraza.

-Que bueno es verte bien -comentó.

Suspiré aliviada y abracé a Narcissa también. Me separé y Draco me sonríe volviendo a tomar mi mano. Lucius no hizo nada tan especial, solo saludó y sin más opción me aceptó como novia de su hijo. Narcissa me invia a pasar con ella al salón, nos sentamos en uno de los sofás mientras los elfos nos traían algo de comida y bebidas.
Narcissa me hizo sentir como si estuviera en familia, una mejor y más cariñosa. Me tomó como si de una nueva hija se tratara. Draco permanecía a mi lado e igualmente me abrazaba y hacía que me sintiera bien en su casa, Lucius es el único que no muestra mucho cariño ni con Draco pero aún así hizo su esfuerzo.

Pero pasados los días que se volvieron meses en un instante, finalmente la herencia en la que le habían dejado todo a mi hermana, terminó siendo completamente mía. Lo primero que hice fue comprar mi propia casa, una en la que mi habitación no tuviera recuerdos de los castigos de mi padre. Una totalmente diferente a la anterior.
Pero lo mejor de todo cue cuando Draco y yo decidimos vivir juntos en aquella casa y sus padres estuvieron de acuerdo.

-Mm... La casa se siente muy sola -mencioné con una sonrisa mientras me acercaba a él que estaba sentado en el sofá- ¿Qué opinas de una mascota?

-¿Una mascota? -asentí sentándome sobre su regazo con las rodillas a sus lados y él tomándome por la cintura- ¿Qué tienes en mente?

-Se me ha ocurrido... Estuve pensando... en... Un hurón -mi sonrisa se ensancha mientras que él deja escapar una leve risa.

-No tendremos un hurón, puedes olvidarlo.

-Pff... Bien, entonces tú olvídate de que tienes novia, Malfoy.

Me levanté del lugar y me alejé, pero enseguida lo escuché perseguirme.

-No, espera -me atrapó la cintura desde atrás-. Un hurón suena bien.

-¡Excelente! Que sea albino.

Draco rueda los ojos pero yo me reí y me di vuelta para pararme en puntas de pie y alcanzar sus labios con los míos. Sus manos presionaron mi cintura cubierta por su camisa, únicamente su camisa. El beso se profundizó y Draco me hizo enredar mis piernas en su cintura mientras me sostenía.

-¿Qué te parece si estrenamos arriba? -preguntó.

-¿Estrenar por centésima vez? -arqueé una ceja.

-No me molestaría.

Volví a reír y besar sus labios mientras sentía cuando empezó a caminar para llegar a la habitación. Me depositó con cuidado en la cama y continuó besándome.

-Te amo, ________.

-Te amo, Draco.

Fin

PRINCESA DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora