PRINCESA DE SLYTHERIN

Capítulo 24

No sé si sea el universo ayudándome finalmente o mi gran suerte apareciendo, pues en las vacaciones de navidad nuestros padres tuvieron que hacer un viaje así que nos permitieron quedarnos en Hogwarts aquellos días.
Aunque, a pesar de tener la libertad de no estar con mis padres, Draco sí tuvo que ir con su familia, así que estuve algo aburrida en navidad. No importaba, después de todo lo mejor que podía pasarme era estar tranquila.

Aquellos días habían pasado muy rápido. Pronto todos regresaron, no ocurrió nada interesante, pero lo que sí pasaba era Draco y aquella sombra en sus ojos era cada vez más oscura. Intenté que me dijera algo, aunque sea algo pequeño, pero no conseguía nada, lo único que sé... es que quiere protegerme, pero no me dice de qué.

-Tengo que irme -dice Draco levantándose de la mesa.

Suspiré mirando como se levantaba pero entonces concentró su vista en alguien al frente, noté que se trataba de Harry hablando con Katy, la chica que fue embrujada al tocar un collar maldito. Draco pronto se vio un poco alterado, me miró de reojo antes de darse vuelta y salir.

-Draco... -me levanté de la mesa pero vi que Harry iba tras él.

Tardé un poco en reaccionar pero al final fui tras ellos. Los perdí por un momento, haciéndome desesperar en encontrarlos. Entonces escuché una pelea en los baños, entré sin importarme nada y me acerqué hasta el lugar donde los escuchaba.

-¡Sectumsempra! -lanza Harry y solo pude escuchar los quejidos de Draco antes de que cayera.

Corrí hacia Harry y vi la sangre empezando a esparcirse por el suelo, rápidamente me espanté.

-¡¿Qué le hiciste?! -aparté a Harry y corrí a un lado de Draco-. Hey... Hurón, está bien, estarás bien... en serio.

La sangre se hacia cada vez más abundante en el suelo y en su ropa. No había cortes de tela pero debajo de esta estaba segura que tenía grandes heridas. Sujeté su mano. Snape apareció rápidamente y corrió al otro lado de Draco, Harry se fue, Snape saca su varita y usa un hechizo se sanación.

-Draco... -besé su mano mientras su respiración se estabilizaba.

Draco quedó inconsciente en cuanto Snape termina de sanarlo. Suspiré aliviada y acaricié su mejilla.

-Usted, señorita Kingsley debería regresar con sus amigos -dice Snape-. Yo me haré cargo de Draco.

-Pero...

-No fue precisamente una recomendación.

Miré a Snape y luego a Draco con preocupación. Me levanté del suelo mojado y salí del baño, dejándo las cosas en manos del profesor. Fui a mi habitación para cambiarme y pasar el resto del día allí antes de saber sobre Draco, quería ir a buscarlo.
Las horas pasaban al igual que los días y yo no sabía nada de él. Estaba entrando en pánico, así que una noche me levanté de la cama y fui a buscarlo, pero apenas salí de mi habitación me topé con un hombre... alto, tenebroso.

-Te recomendaría... no moverte -de repente Bellatrix Lestrange aparece junto a mí.

Quise sacar mi varita pero ella me desarma rápidamente y apoya la punta de la suya contra mi cuello.

-Pobrecita... no sabe seguir órdenes. Ahora aprenderás. Atrápala.

El hombre de en frente me sujeta por los brazos tras mi espalda y coloca su varita en mi cuello en lugar de Lestrange. Ellos me arrastran por los pasillos hasta llegar a un lugar en donde podía escuchar voces. Abrieron la puerta y me empujaron dentro.

-¡No quiero su ayuda! -Draco...- ¿Qué no lo entiende? ¡Debo hacer esto! Debo matarlo... O él la matará.

Bellatrix se apresura a aparecer en donde Dumbledore y Draco estaban, este último apuntaba al profesor con su varita, aún no podía verme porque me mantenían de última en la oscuridad.

-Vaya... ¿qué tenemos aquí? -ella se le acerca por la espalda para felicitarlo.

-Buenas noches, Bellatrix. Esto amerita presentaciones, ¿no crees? -dice el profesor.

-Me gustaría, Albus. Pero... no tenemos tiempo ¡hazlo! -le ordena a Draco.

-No tiene las agallas -dice otro-. Igual que su madre. Déjame hacerlo a mí manera.

-¡No! El señor tenebroso dijo que el niño debe hacerlo. Solo necesita de una buena motivación.

Forcejeé para soltarme del agarre del hombre tras de mí pero este aprieta más su varita contra mi cuello y nos hace avanzar.

-__________... -Draco parece querer bajar la varita.

-Draco... -solté intentando que no me temblara la voz pero el hombre agarra mi cabello y levanta mi cabeza aún más para amenazar mi cuello.

-Dijeron que no iban a hacerle nada -menciona Draco.

-Eso es... si haces lo que se te ordenó. Adelante Draco ¡Ahora! -canturrea Bellatrix ansiosa. Draco temblaba mientras sostenía su varita contra Dumbledore.

-No.

Todos miramos hacia Snape cuando este apareció tras de Draco.

-Severus... -murmura Dumbledore-. Por favor...

-Avada Kedavra.

Abrí los ojos de par en par al ver a Dumbledore caer por el borde. No podía creerlo... de verdad Snape lo había matado.

-¡Sí! -Bellatrix crea la marca tenebrosa en el cielo.

Me empujaron para que empezara a caminar con ellos escaleras abajo agarrándome por el brazo. Cruzamos por el gran comedor donde Bellatrix destroza el lugar al salir. Ella era la más emocionada y feliz de todo lo que estaba pasando, me arrastraron con ellos.

-Draco -lo llamé pero Bellatrix me apunta con su varita.

-No... le hables -me amenaza-. Déjalo tranquilo.

Draco me mira confundido y asustado, Bellatrix lo agarra del brazo y lo hace caminar de nuevo por el bosque en el que íbamos. Me empujaron de nuevo, llegamos hasta la casa de Hagrid en ese momento.

-¡Hagrid! -llama Bellatrix.

-¡Snape!

Todos nos dimos vuelta para ver a Harry venir hacia nosotros. Traté de zafarme del agarre en el que aún estaba presa.

-¡Él confiaba en usted!

Aterrada miré hacia atrás cuando la casa de Hagrid ardió en llamas.

-Draco -lo llama Snape haciendo que este reaccionara.

Harry le lanza un hechizo al que me sostenía haciendo que me suelte y cayera al suelo, Draco se apresura en levantarme pero al ver su brazo lo sujeté por ver la marca tenebrosa en él.

-Draco. Esto... -él me mira con pesar pero me ayuda a levantarme y me abraza buscando consuelo.

-Lo siento... en serio, lo siento.

Suspiré sin saber qué decirle, solo podía abrazarlo pero él tuvo que hacerme caminar. Me tomó por los hombros con un brazo y me llevó junto a los demás mientras Snape se encargaba de Harry.