Capítulo 21

777 91 0
                                    

Caminé por los pasillos luego de salir del gran comedor, todo comenzó a vaciarse, sabía que estaba llegando un poco tarde pero no importa. Fui hasta mi siguiente clase, la de pociones con el nuevo profesor Slughorn. Cuando entré al salón este profesor se da cuenta y voltea a verme.

-Ah, _________ Kingsley, ¿no? Adelante, adelante, llegas en buen momento -dice el profesor.

-Lamento la demora -mencioné mientras me acercaraba.

-Te la perdonaré si puedes decirme, qué es esta poción -se ríe levemente mientras apunta a la Caldera humeante.

Me acerqué y observé el humo levemente rosa que aparecía, tuve mis dudas y me acerqué para oler un poco de esta.

-Es amortentia -respondí.

-¡Correcto! Dime, ¿cómo lo supiste?

-Pues verá, la amortentia es una poción muy fuerte, además de ser rosada y... porque puedo oler... sándalo y manzanas verdes... -murmura lo último hipnotizada por el aroma, miré de reojo hacia el frente, encontrándome con Draco mirándome fijamente. Tragué con dificultad y me forcé a separarme.

-Bien hecho, muy bien hecho señorita Kingsley. Al primer intento. Espera mi lechuza, tú también estás invitada a mi cena especial.

El profesor explica lo que es la amortentia mientras yo me colocaba del otro lado de los estudiantes para alejarme de Draco... porque Daphne estaba aquí. Evité verlo aunque sintiera que estuviera mirándome, esperando a que le devolviera la mirada.
No lo hice y solo observé al profesor mostrando la pequeña poción de suerte líquida. Diciendo que se la dará a quien pudiera recrear la poción de filtro de muertos en vida perfectamente en lo que quedara de la hora. No estaba muy interesada, la única suerte que aceptaría sería si a Daphne le cayera Voldemort encima y con un Avada Kedavra en la manga.

Nos acomodamos en las mesas para empezar a preparar la poción. Abrí mi libro y como todos seguí las instrucciones, pero... no salió tan bien como lo esperaba. Olí mi poción y de inmediato quise vomitar, pero una sonrisa se asoma por mi rostro y miré a Daphne frente a mí.

-Oye, tú que eres muy buena en esto hermana... ¿Crees que me ha salido? -cuestioné.

-Estoy segura de que no -dice frustrada porque no podía recrear la pócima.

-Por favor, compruébalo.

Le di lugar, ella me mira molesta y deja el cuchillo en la mesa. Se acerca a mi lado y observa mi caldero, se acerca un poco y huele profundamente. Se cubre la boca por las arcadas y sale corriendo para ir a vomitar. En cambio, yo cubrí mi boca para aguantar la risa.

-Veo que la compañera no se siente muy bien -menciona el profesor.

-Se le pasará, está en sus días -respondí.

-Ya veo, en ese caso está bien. Continúen.

Asentimos. Volví a mirar las instrucciones sin entender qué es lo que salió mal. Observé de nuevo mis ingredientes y me pregunté... si cortarlo no funciona ¿qué tal aplastarlo? Decidí empezar se nuevo, seguí la receta hasta cierto punto, creí que estaba yendo bien pero entonces la hora acaba antes de que yo pudiera hacerlo y Harry es quien se lleva la poción de suerte líquida.

-Buen trabajo Potter -sonreí a su lado cuando todos se fueron a excepción de nosotros, Hermione y Wesley.

-Gracias, _________.

-Oye, ¿por qué no has respondido mis cartas? Te envié unas cuantas -dijo Hermione abrazándome.

-Ah, lo siento. Es que fui de viaje con mi familia y no recibí nada, lo siento -respondí.

-Oh, bueno.

-Sí, lo siento chicos, debo irme. Pero Ron, escuché que harás las pruebas para entrar en el equipo de quidditch, suerte.

-Gracias.

Me alejé de ellos sonriendo hasta salir de la clase pero apenas lo hice vi a Draco esperando contra una pared, al verme salir se endereza. Mi sonrisa desaparece, aparté la mirada e intenté pasar por su lado más alejada pero claro que no iba a servir. Me tomó de la muñeca y me apartó hasta acorralarme contra un pasillo solitario.

-Desde que volviste estás distante, esto no puede seguir así -comentó directo.

-No sé de qué hablas. Draco -aparté la vista pero él me toma por las mejillas de nuevo y me hace observarlo.

-Sabes muy bien de lo que hablo. _________. Sé que te aterra tu padre y que tu maldita hermana se lo diga pero si tan solo me dejaras ayudarte... lo que pasó en las vacaciones no se repetiría.

-Espera... -abrí los ojos de par en par- ¿No fue un sueño? ¿Realmente viste eso?

Draco me observa antes de simplemente asentir una vez en respuesta. Cubrí mi rostro y agaché la cabeza por la vergüenza, me dejé deslizar por la pared hasta estar cerca del suelo.

-Mierda... No tuviste que ver eso, no tuviste que ir.

-¿Cómo quieres que no lo haga? Cuando Nix me dio esa carta con sangre y sin terminar, ¿cómo piensas que no iría por ti?

-Draco, yo... -él se agacha y me toma por los hombros.

-Sé que te molesta pedir ayuda y que odias cuando alguien te ve llorando o necesitando de alguien. Lo sé, pero no tienes que ser así conmigo. Eres mi novia, __________, me preocupa todo lo que te hace mal.

Resoplé pensativa. Miraba a Draco a los ojos, estaba desesperado por ayudarme, lo veía en él. Pero también noté una sombra oscura en su mirada, algo que no tenía que ver conmigo, algo... que le estaba ocurriendo a él.

-¿Qué ocurre? -pregunté acercando mi mano a su mejilla- ¿En qué te has metido, Draco?

Él parece sorprendido por pocos segundo, apoya su mano sobre la mía en su mejilla y suspira.

-No es de eso de lo que estamos hablando -se levanta y me ayuda a hacer lo mismo-. Pero te diré... que aunque ocurriera algo, siempre estaré pendiente de ti. Quiero mantenerte a salvo, __________, incluso de tu familia.

Sus palabras consiguieron ablandar mi corazón, me dejé caer sobre su pecho siendo recibida por él al instante, me abrazó con firmeza y cariño mientras yo sentía que podría conseguirlo todo en sus brazos. Levanté la mirada y acuné su rostro con ambas manos, acariciando sus mejillas con mis pulgares.

-Me gustaría pedirte ayuda pero no hay nada que hacer. Mis padres, a pesar de odiarme, no me dejarán escapar jamás. Pero mientras esté contigo no me importa cuántas veces usen el cruciatus conmigo, lo soportaré para verte después.

-¿Eso hicieron? -acarició mi mejilla colocando un mechón de cabello tras mi oreja. Asentí una vez-. Haré que se arrepientan de haberte lastimado.

Me tomó por la barbilla y acercó su rostro al mío hasta que unió nuestros labios con intensidad, me dejó sin aliento tan rápido que tuve que rogar por aire mientras él no quería soltarme. Me acorraló de nuevo contra la pared y profundizó el beso hasta quedar jadeantes los dos. Sentí una de sus manos acariciar mi pierna hasta elevar levemente mi falda del uniforme. Me aferré a su ropa hasta que no pudiera aguantar mucho más.

Nos separamos finalmente, esto era algo que necesitaba desde hace meses. Juntamos nuestras frentes aún con la respiración agitada. Levanté una mano y arreglé su cabello que se había despeinado un poco.

-Tenemos que irnos -murmuré.

Draco asiente estando de acuerdo, toma mi mano y me nos lleva por el pasillo sin importarle que alguien nos viera.

PRINCESA DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora