Capítulo 14

935 79 0
                                    

Todos nos amontonados para ver lo que estaba pasando entre esa vieja bruja rosa de Umbridge y la poderosísima profesora Mcgonagall, pero todo se hizo más tenso cuando Umbridge subió otro escalón para ser más alta y nos miró a nosotros.

-Las cosas en Hogwarts están peor de lo que temía. Cornelius querrá tomar medidas de inmediato.

Ante esas palabras se proclamó a esa mujer como sumainquisidora de Hogwarts, incluso Fudge salió a decir por los medios que ella tendría poderes para arreglar el "deterioro educativo actual" en Hogwarts. Se paseaba por los pasillos haciendo lo que quisiera, pues podía hacerlo.

-¿La ves? -pregunté en cuanto Draco y yo nos escondimos en un rincón oscuro del castillo.

Él niega con la cabeza a la vez que sonríe y se acerca a mí para besarme, pero apenas estábamos a mitad del beso cuando sentí como nos separaban y Umbridge nos miraba.

-Sin muestras de afecto.

Rodé los ojos. Ella se va, Draco y yo nos miramos molestos con esa mujer pero sin mucho qué hacer. Decidimos ir a nuestras clases pero hasta en la de la profesora Trelawney causaba problemas. ¡Incluso a Snape!

-Usted fue el primer candidato para enseñar defensa contra las artes oscuras, ¿no?

-Sí.

-¿Y no le dieron el puesto? -parecía burlesca.

-Es obvio.

Me estaba hartando con aquella actitud y con sus estupidos decretos educacionales. Aunque Draco no se veía muy molesto con todo esto. Pero lo que realmente me hizo querer hacer que se fuera de Hogwarts para dejarnos vivir tranquilos es cuando despidió a la profesora Trelawney.
Me acerqué a todo el tumulto de personas rodeando el patio en donde estaban ambas mujeres. La profesora lloraba mientras Filch sacaba sus maletas.

-Llevo dieciséis años dando clases y viviendo aquí... Hogwarts es mi hogar, por favor... no puede hacerlo -suplica la profesora haciéndome sentir una profunda lástiman por ella.

-De hecho ya lo hice.

-Es en serio detestable -espeté en voz baja haciendo que solo los que escucharon a mi alrededor asintieran.

La profesora Mcgonagall va a ayudar a la profesora Trelawney hasta que Dumbledore apareció llamando la atención de todos.

-Profesora Mcgonagall, ¿puedo pedirle que escoltar de nuevo a Sybill de vuelta al castillo?

La profesora lo hace mientras la otra se lo agradecía pero Umbridge no estaba contenta por eso.

-Tiene derecho para despedir a mis maestros, lo que no tiene es la autoridad para desterrarlos de aquí. Ese poder sigue siendo del director -responde Dumbledore.

-Por ahora -fue lo único que dijo Umbridge que consiguió hacerme sentir tensión.

Tuvimos que regresar a nuestros salones, Draco toma mi mano y me hace caminar para que no me quedara más tiempo de pie, maldiciendo a Umbridge.

Todo lo que ha hecho hasta ahora es empeorar todo y además no nos deja aprender sobre defensa contra las artes oscuras, lo que, irónicamente es de lo que se trata su maldita clase. Si es verdad que Voldemort ha regresado... deberíamos saber defendernos. No quiero quedarme sin hacer nada, realmente no quiero depender de Draco y su familia para sobrevivir. Porque si fuera por la mía, me entregarían para ganar tiempo. Son así de detestables.

Miré por la ventana del pasillo, la nieve comenzaba a caer, el tiempo corría y lo sentía pesado. Suspiré calentando mis manos con mi aliento mientras caminaba de nuevo hasta que escuché pasos rápidos tras de mí.

-¡_________! -me detuve y vi a Hermione acercándose.

-Hermione, ¿qué ocurre? -pregunté cuando consiguió alcanzarme.

-Tengo una pregunta qué hacerte... pero, tiene que ser privado, ven -ella me llevó fuera del castillo, a un lugar apartado en el que Umbridge ni fuera a escuchar-. Primero... prométeme que esto que te diré no se lo mencionarás a Draco ni a ningún otro, por favor.

Arqueé la ceja y me crucé de brazos. No quería mentirle a Draco pero es verdad que me da curiosidad el porqué se ve tan nerviosa. Decidí aceptar, pues de todas formas si no me afecta demasiado no tengo porqué decirle a Draco.

-Está bien, ¿qué pasa?

Ella se ve nerviosa, traga con dificultad mientras busca las palabras adecuadas.

-¿Tú... crees en que ya sabes quien ha regresado? -preguntó- ¿Crees en Harry y Dumbledor?

-Lo he... pensado... -resoplé-. Creo que es una posibilidad que no puedo ignorar. No si es tan peligrosa.

Asintió dándome la razón, parecía más calmada, aliviada más bien.

-Entonces, debes estar de acuerdo con que tenemos que aprender a defendernos -asentí-. Estamos formando un grupo, el ejército de Dumbledore, queremos que Harry nos enseñe a nosotros y otros interesados a defendernos. Ya sabes, porque él ya ha peleado contra ya sabes quien. ¡P..Pero es un secreto! No puedes decirle a nadie, especialmente a... Draco.

Bajé la mirada pensativa. Es verdad que esto es más grande de lo que pensé y también es verdad que cuando se trata de Potter... Draco se vuelve loco. Pero... creo que esta puede ser una gran oportunidad para aprender verdaderos hechizos de defensa. Me sentía acorralada... pero el miedo por Voldemort era más fuerte que lo demás.

-Lo entiendo, ¿me dejas unirme entonces?

-Para eso te lo digo -sonríe ampliamente-. Eres excepcional, y me agradas más que tu hermana.

-Creí que eran amigas.

Negó rápidamente abriendo mucho más los ojos.

-Es tediosa. Ella solo anda con nosotros porque le interesa Harry, o bueno, le interesaba. Ahora que se está rumoreando sobre él y Dumbledor ya no se nos acerca.

Resoplé asintiendo, sabía como es mi hermana y supe que eso es algo que sí haría.

-De verdad estás hablando de mi hermana. Así es ella. Una doble cara.

-Bueno, entonces será mejor que tampoco se entere de esto.

Asentí muy de acuerdo con eso. Ella me da una dirección, hora y fecha para la reunión que tendrá el grupo de interesados en aprender de Potter a cómo defendernos. Se lo agradecí asegurándole de que allí iba a estar, entonces fue tiempo de irme a mi dormitorio pues ya se estaba haciendo de noche.

PRINCESA DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora