Capítulo 23

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Blaise y yo hablamos con algunos invitados mientras el profesor Slughorn se metía en las conversaciones y saludaba a todos. Blaise se acerca para susurrar y que solo yo escuchara.

-Ya le he dado el antídoto a Draco, solo queda esperar a que asimile lo que sucedió.

-¿Se lo dijiste luego de que tomara el antídoto? -pregunté recibiendo un asentimiento de cabeza como respuesta- ¿Y cómo se lo tomó?

-Creo que mencionó algo sobre matar a Astoria y Pansy.

Nos reímos en voz baja pero yo volteé la cabeza a un lado por algo que llamó mi atención. Sonreí cuando vi a Hermione escondiéndose de Cormac y Harry encontrándola. Cormac parece ir hacia ellos así que cuando cruzo las cortinas yo abrí la parte de atrás y ayudé a Hermione, la tomé del brazo y miré hacia los chicos.

-No se dio cuenta -mencioné.

-Gracias -respondió aliviada.

-No es nada. Oye, si quieres puedo golpearlo o algo -la hice reír levemente.

-Así está bien, pero te diré si cambio de parecer.

Ambas nos reímos de nuevo pero entonces la puerta se abre y todos vimos a Filch arrastrando a Draco por la camisa.

-Suéltame, maldito squib.

-Profesor Slughorn, acabo de descubrir a este joven merodeando en un pasillo de arriba, afirmó que había sido invitado a su fiesta.

-¡Está bien, está bien! Me invité solo -admitió Draco- ¿Feliz?

Me solté de Hermione y me hice paso entre las personas hasta llamar la atención del rubio cenizo. Pero Snape se acerca a él.

-Yo lo escoltaré afuera...

-Claro. Profesor -dice molesto el ruebio al soltarse de Filch.

Él me mira de reojo, pero con una mueca molesta se da vuelta y sale de la fiesta seguido de Snape.

-Eh... Por favor, que siga la fiesta ¡que siga la fiesta! -dice el profesor Slughorn intentando reanimar el lugar.

Pero yo me apresuré en salir y seguir a Draco y Snape.

-Tal vez hechicé a la chica Bell, tam vez no. ¿Qué le importa?

Vi cuando Snape lo empujó contra la pared así que opté por esconderme en ma esquina del pasillo y observar.

-Yo juré protegerte, hice el juramento inquebrantable -menciona Snape sorpendiéndome por unos segundos.

-No necesito protección. Fui elegido para esto, de entre todos ¡yo! Y no le voy a fallar.

-Tienes miedo, Draco... Tratas de ocultarlo pero es obvio, déjame ayudarte, y así ella estará a salvo...

-¡No! Fui elegido, es mi momento -espeta Draco con terquedad.

Ambos guardan silencio y tomé la decisión de salir de mi escondite y acercarme, tomé la mano de Draco llamando la atención de ambos, miré a Snape a los ojos. Él me observa unos segundos antes de mirar a Draco y alejarse, volteé la mirada hacia Draco e hice que me siguiera por el camino contrario a Snape. No dijimos nada en todo el camino hasta la sala común de Slytherin, miré a todos lados, no había nadie, así que fuimos hasta la habitación de Draco y nos encerramos allí. Lo hice sentarse en su cama y levanté su cabeza para que fuera a mirarme.

-__________... Blaise me contó lo que hice, debes saber que yo no quería hacerlo en verdad. La maldita de Astoria me dio amortentia sin que lo supiera, yo jamás te haría eso.

-Lo sé... -me senté a su lado y acaricié su mano-. Draco, no necesitas explicarme, yo sé lo que hizo Astoria y no te culpo a ti por eso.

Suspiró un poco aliviado, bajó la mirada al suelo y la mantuvo allí, aún estaba muy tenso y estaba segura que es por su charla con Snape.

-Draco, si te pasa algo... sabes que puedes decirme -negó con la cabeza-. Por favor, hurón... no estaré tranquila si algo te ocurre y yo no tengo idea de cómo ayudarte.

-Es que no puedes ayudarme. Y aunque pudieras hacerlo no te lo voy a permitir, no dejaré que tú pases por esto -soltó.

-¿Qué cosa? ¿Qué es lo que ocurre? -Draco resopla apretando sus manos y empezando a tener la respiración agitada.

Es la primera vez que veo a Draco tan indefenso... Me preocupa más ahora por lo que está pasando. Sujeté levemente su barbilla y lo hice mirarme, una lágrima resbala por su mejilla y yo la limpié enseguida.

-Está bien, si no quieres decirme lo que pasa está bien... pero al menos déjame estar contigo ahora, permíteme calmarte aunque sea por las siguientes horas. Puedes soltarte conmigo, pero no es necesario que me cuentes si no quieres, pero me gustaría que algún día lo hicieras.

Draco cierra los ojos, su labio inferior tiembla levemente y entonces me abraza con necesidad. Se aferra a mí mientras intenta evitar los sollozos sin éxito. Acaricié su espalda y lo calmé con palabras. Hice que, para que estuviers más cómodo, nos acostáramos en el medio de su cama, lo seguí abrazando hasta que dejó de llorar, en cambio, jugaba con el anillo que colgaba de mi cuello.

-Aún lo tienes... -murmuró.

-Claro, ¿por qué no lo tendría?

-Por lo que me viste hacer con Astoria, creí que lo tirarías por la ventana -respondió.

-Lo pensé -sonreí acariciando su cabello-. Pero Blaise no me dio tiempo a hacerlo cuando me explicó lo que estaba ocurriendo, que bueno que él lo supo de inmediato.

Asintió estando de acuerdo, dejó el anillo y suspirando profundo escondido su rostro en mi pecho, me abrazó mejor rodeando mi cintura y pegando nuestros cuerpos. Acaricié su brazo izquierdo y traté de moverlo pero él lo apartó y escondió mejor bajo la manga de su camisa.

-¿Qué pasa? -pregunté.

-No es nada. No importa.

Tanto él como yo sabíamos que me estaba mintiendo y yo lo sabía, pero como no quisiera presionarlo solo asentí y me dediqué a abrazarlo por el resto de la noche.

PRINCESA DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora