Capítulo 15

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-¿Qué hace aquí?

-¿Por qué hay alguien de Slytherin? ¿No nos traicionará?

-Estoy seguro que se lo contará a su novio.

Levanté la cabeza y miré de reojo a aquellos que estaban murmurando junto a mí. Aquel grupo parece asustarse porque cierran la boca y apartan la mirada, pero entonces Hermione decide levantarse finalmente.

-Mhm... Hola -saluda-. Ya... saben a qué vinieron, por un maestro, un maestro de verdad. Alguien con experiencia en defensa de las artes oscuras.

-¿Por qué? -pregunta un chico.

-"¿Por qué?" -dice Ron-. Porque quien tú sabes regresó tonto.

-Eso dice él...

-Eso dice Dumbledore -defiende Hermione.

-Y Dumbledore lo dice porque él lo dice. Lo importante es donde está la prueba.

-¿Y si Potter nos dijera más sobre la noche que murió Diggory? -pide otro chico.

Todos lo miran expectantes pero se notaba a kilómetros que no era algo de lo que le gustara hablar.

-No voy a hablar sobre Cedric -dice al levantarse-. Si vinieron a eso váyanse ahora. Vámonos Hermione solo vinieron porque me creen un fenómeno.

-Espera...

-¿De verdad sabes hacer el encantamiento "Patronus"? -todos miramos hacia atrás para ver a la chica a la que todos llaman "lunática".

-Sí, yo lo he visto -confirma Hermione.

Miré a Potter con clara sorpresa, pues he escuchado sobre ese encantamiento, dicen que es difícil de lograr, más en batalla.
Algunos empezaron a halagar las hazañas de Harry para hacerlo ver mas importante, pero él mismo los detuvo.

-Basta, oigan eso suena sencillo cuando lo dicen así, pero... la verdad es que solo fue suerte. Algunas veces no sabía lo que hacía y siempre tuve ayuda.

Me atrajo la atención escucharlo hablar así, pues no es fácil admitir cosas como esa... Al menos no para los de Slytherin y otros que quieren verse importantes de verdad. Potter se estaba ganando mi respeto con sus acciones. Draco se va a enfadar si llegase a saber.

-Es simple modestia.

-No, Hermione. Es la verdad. Enfrentar esas cosas en la vida real no es lo mismo que en la escuela... Si te equivocas en clase lo intentas al día siguiente, pero en la realidad... cuando estás a un segundo de que te maten o de ver a un amigo morir frente a tus ojos... no tienen ni idea de lo que es.

Aquellas palabras les llegaron a varios, algunos bajaron la cabeza y reflexionaron. Harry volvió a tomar asiento y Hermione igual.

-Sí, Harry, es cierto. Por eso te necesitamos, para tener la oportunidad de vencer a... Voldemort -pareció costarle a ella mencionar su nombre por razones obvias.

-¿Él ha vuelto? -pregunta uno de los chicos más jóvenes en el grupo.

Harry asiente con la cabeza haciendo murmurar a los demás. Yo suspiré profundo y me levanté de mi lugar.

-Les creo -Hermione me sonríe.

Me acerqué a la lista frente a ellos y firmé con mi nombre para entrar al grupo de forma definitiva. Volví a mirar a Harry.

-No te preocupes, no se lo diré a Draco. Sé como se pone cuando se trata de ti -hice reír a unos cuantos.

Finalmente se hizo una fila. Todos firmaron recobrando los ánimos de los tres chicos que enseguida se pusieron a buscar un sitio en el que practicar en estos días en el que también, Umbridge puso una nueva regla sobre disolver las organizaciones estudiantiles. Hasta que, por suerte o cosas del destino, Neville había encontrado la sala de menesteres, el lugar perfecto para practicar. Siempre preparada para cualquier necesidad.

Fue así como nuestras prácticas de defensa de verdad contra las artes oscuras comenzaron, a manos de un estudiante. ¿Para qué hay profesores pues?

Aunque... lo difícil no fue practicar hechizos y esas cosas, lo más difícil fue esconderle la verdad a Draco, quien ya se preguntaba porqué no estábamos juntos más seguido como antes.

-Si quiero ser mejor que Daphne tengo que ponerme a estudiar -respondí con una pila de libros en mano.

-Pero ya eres mejor que ella. Princesa.

Mis piernas flaquean de nuevo, ¡adoro que me llame así! Suspiré con una sonrisa.

-Sí, pero tengo que asegurar ser la mejor.

Me alejé de él y cuando no pudo verme hice encoger mis libros, que dicho sea de paso ya me los había memorizado, para ir a la sala de menesteres en donde estaban los demás.

-El aturdidor es uno de los encantamientos más útiles de su arsenal. Es uno de los que más van a usar así que... adelante Nigel, intenta tu mejor tiro.

Harry se posiciona mientras todos vemos al de primer año lanzar su hechizo que los hizo caer a ambos de espaldas. Hermione y Ron igualmente lo intentaron, aunque fue obvio que Hermione fue quien lo tiraría primero al suelo.

-Bien hecho, Granger -le pasé el puño con una sonrisa.

-Gracias, Kingsley -ella golpea su puño con el mío.

-¿Desde cuándo son tan amigas? -pregunta Ginny, aunque tenía una sonrisa amable.

-Ah... la magia de la navidad -mencioné haciendo reír levemente a las chicas.

Entonces fue mi turno contra uno de los chicos. Nos posicionamos, me veía como si fuera a lanzarle un Avada Kedavra o algo así, apenas tragó grueso y movió los labios con temor yo actué.

-Desmayo.

El chico sale volando y cae al suelo como anteriormente los otros. Sonreí de lado y Hermione se me acerca.

-Elegante -mencionó pasando su mano.

-Siempre lo soy -respondí golpeando nuestras palmas.

Todos los días era así, mientras Umbridge colocaba más decretos estudiantiles en la pared nosotros íbamos a la sala de menesteres a romper cada una de sus reglas. No me olvidaba de Draco, tenía que asegurarme de que no sospechara aunque odiaba mentirle. Aunque de todos modos lo felicité cuando recibió una medalla por ser un excelente alumno junto a Crabbe, Goyle, otros... y Daphne.

-Con una medalla te ves muy bien -mencioné acomodándola en el abrigo de Draco, él sonríe y estuvo por besarme de no ser por Umbridge.

-Nada de besos. Vayan a sus salones.

Como aquella vez, rodé los ojos. Tuve que acompañarlo pero apenas estuve libre y con una gran excusa me escabullí hasta la sala de menesteres para practicar. Varios días más fueron así. Incluso ayudaba a distraer a Filch, Draco y los otros para que no nos descubrieran.

Una vez vi a Draco y los otros asomarse por el pasillo para ver a Luna entrar a la sala. Agarré a Draco por la ropa y lo atraje hasta mí para besarlo, Crabbe y Goyle cubrieron sus ojos y se fueron mientras que Filch fue a llamar a umbridge.

-Me gustas mucho, hurón -dije contra sus labios antes de dejarlo allí e ir por otro camino, pero Draco se había quedado como hipnotizado con una sonrisa tonta pegada al rostro.

Me reí levemente mientras me sonrojaba pero entré al salón.
Hasta la última clase antes de las vacaciones por las fiestas.

-¡Expelliarmus! -abrí los ojos de par en par cuando mi varita salió volando gracias a Neville.

Todos se veían sorprendidos y en un segundo estábamos rodeando a Neville quien tampoco podía creerselo.

-Wau, bien hecho, Neville -mencioné.

-G..Gracias, ___________. Lo siento.

-No te disculpes, está bien -le di palmadas en el hombros-. Pero anda, trae mi varita -estuvo por hacerme caso pero lo detuve riendo-. No es en serio, hombre, relájate. Ni que fuera una serpiente de verdad.

Me alejé para buscar mi varita y luego guardarla para la despedida de Harry antes de las fiestas. Todos nos fuimos del salón pero al salir de este suspiré profundo pensando en que... debería de pasar navidad con mi familia.

PRINCESA DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora