Capítulo 11

1K 108 2
                                    

Fui a la sala común de Slytherin, estaba completamente vacía pero la chimenea estaba prendida. Me senté frente a esta y usé mi vestido para limpiar el ponche del rostro, al ser lo único que tenía, de todos modos ya estaba sucio. Solté mi cabello y lo limpié poco a poco hasta que sentí algo caer sobre mis hombros, un abrigo.
Aparté la mirada hacia el lado contrario en el que Draco se sentó. Limpié mi lágrimas y suspiré para calmarme.

-¿No estabas con Astoria? -pregunté.

-Ya me tiene harto -respondió-. No me importa ella.

-Parecías divertirte mucho de todas formas -mencioné acariciando mi cabello, aún intentando quitar residuos de ponche.

-Al igual que tú parecías muy cercana a ese tipo de Durmstrang.

-Eso ya no es relevante... de todos modos Daphne consiguió alejarlo. No me importa ese idiota. Me ha salvado, eso sí.

-¿Y tuvo que derramarte ponche encima?

Hice otra mueca frunciendo los labios y cerrando los ojos, sentí otra lágrima caer de uno de estos, así que la limpié de nuevo. Decidí que había tenido suficiente de esta noche, me levanté quitándome su abrigo y entregándoselo.

-Iré a dormir, adiós Draco.

Me di vuelta pero apenas di un par de pasos cuando sujetó mi muñeca y me evitó alejarme. Me hizo girar hacia él para verme y antes de procesarlo bien él limpió algo en mi mejilla, ya no estaba segura si era ponche o lágrimas, pero su tacto fue tan suave que no pude evitar sorprenderme.

-Tu hermana y ese tipo son unos idiotas, no merecen tus lágrimas. No derrames ni una más por esa clase de personas que no valen nada a lado nuestro.

-Todos creen lo contrario.

-Entonces todos están equivocados. Te aseguro que no hay otra chica más hermosa y más perfecta que tú. Porque tu hermana está lejos de serlo, ni siquiera es capaz de llegarte a los talones y lo sabe por eso quiere arruinarte.

-Si eso es lo que piensas... ¿por qué no me invitaste al baile? -pregunté finalmente, él suspira y hace mueca por algún recuerdo molesto.

-No mentiré, iba a hacerlo. Pero entonces te vi hablando con ese estúpido de Durmstrang y luego llegaste y dijiste que habías aceptado ir con él, ya no supe qué hacer.

-¿Querías invitarme? -asintió- ¿Y por qué esperaste tanto? Creí que ya habías invitado a Astoria, eso dijo Daphne que te escuchó decir.

-¿Y le creíste a ella? Por favor, Kingsley -rodó los ojos-. No te invité antes porque no sabía cómo hacerlo, quería que fuera en un buen momento pero Astoria no se separaba de mí, en serio, parecía una garrapata. Y cuando por fin estaba solo contigo... no sabía cómo hablarte, me ponía nervioso.

-¿Draco Malfoy? ¿Nervioso por invitar a una chica al baile? -me reí sin creerlo, él también se ríe pero niega con la cabeza.

-No te burles de mí, solo me ocurre eso contigo. Siempre, de hecho.

-Pues ahora no te ves nervioso -comenté.

-Porque ahora no necesitas a un tipo nervioso. Ahora necesitas a uno que te invite a bailar -me tendió la mano repentinamente.

Lo miré incrédula y lentamente tomé su mano. Draco sonríe y me sujeta con firmeza, saca su varita y apunta a la radio que estaba en la mesa junto a los sofás. Una música lenta comenzó a sonar, ambos sonreímos. Draco posa su mano en mi cintura y me acerca a él, pero rápidamente lo aparté.

-Espera, estoy empapada con ponche, no quiero ensuciarte.

-¿Crees que me importa? Puedo hacer que se lave hasta quedar impecable o comprarme otro, no interesa -volvió a acercarme hasta que nuestros cuerpos se tocaron-. Solo me interesas tú, __________.

Mi corazón latió con fuerza dentro de mi pecho. Draco vuelve a tomar mi mano y empezó a guiar mis pasos con maestría. Nos movimos por el salón sin poder desviar la mirada del otro, incluso cuando tomó mi cintura con ambas manos y me levantó, parecía como si no le forzara nada. Volvió a dejarme en el suelo y apegarnos, nuestras sonrisas se hicieron más amplias mientras nos movíamos con más fluidez y sincronía.

Entonces, la música cada vez era más baja, al menos para mí, el ambiente se tensa entre ambos pero una tensión que nos impulsaba a acercarnos. La mano de Draco en mi cintura hizo más presión en mí, noté que bajó su cabeza lentamente... mientras que la mía se levantaba al igual que poco a poco me paraba en puntillas. Nos acercamos tanto que a pesar de no tocarlo, ya podía distinguir su sabor... Nuestros labios se buscaron, apenas se rozaron, fue una sensación tan extraña para mí pues jamás había sentido esto al besar a alguien, y ni siquiera lo estaba haciendo todavía.

Mis manos se deslizaron por sus hombros hasta rodear su cuello y acariciar el cabello de su nuca. Draco rodea mi cintura con ambas manos y entonces me atrae más a él para finalmente unir nuestros labios, fue como un estallido de emociones, no quería separarme. Pero el aire comenzaba a faltarnos luego de un rato pegados, cuando separamos nuestros labios los suyos se curvaron en una sonrisa.

-Sabes a ponche -mencionó apagando la sensualidad en el ambiente.

-¿Por qué será, Malfoy? -me aparté de él riendo levemente, pero volvió a tomar mi muñeca y a jalarme.

-Está bien, de todas formas de tus labios sabe más delicioso.

Mis mejillas ardieron como nunca. Volvió a besar mis labios por sorpresa pero empezamos a escuchar pasos.

-Tranquila, lo encontraremos y podrán volver al...

-¿Draco? -Astoria se suelta de Pansy que la estaba consolando- ¿Qué haces con ella?

-Draco esto es cruel, se supone que irías con Astoria al baile, no dejarla a mitad del pasillo -dice Pansy.

-Cállense, ambas, ¿quiénes se creen que son para decirme tales cosas? Soy un Malfoy, haré lo que quiera con quien quiera -espeta él dejándome satisfecha-. Y por último, ni siquiera quería invitarte a ti, pero no te me despegabas nunca. Ahora espero que guardes tu distancia o se lo diré a mi padre. Eres molesta.

Astoria parecía asombrada y dolida. Se alejó de aquí casi corriendo para ir hasta su habitación seguida de Pansy, fue cuando estuvimos en completo silencio que me di cuenta de que la música se había detenido. Me giré hacia Draco con una sonrisa.

-Debo irme, ya no tolero tener ponche encima.

-Ven conmigo. Mi habitación tiene baño privado, lo mejor de ser un Malfoy -me guiña un ojo mientras me hace subir las escaleras.

Fuimos hasta su habitación y él me dejó usar su baño, incluso me dio de su ropa para poder cambiarme. Me quedaba grande pero no me molestaba olía a él... a manzanas verdes y sándalo. Suspiré profundo antes de salir y encontrarme con él ya cambiado.

-¿Piensas que me quede? No sería lo correcto -mencioné.

-No permitiré que estés cerca de esas dos, aquí puedo protegerte de sus maldades -respondió dejándome con el corazón a mil.

Bueno, no tengo porqué quejarme.
Draco y yo nos acostamos bajo las mantas de su cama, me miró al rostro y sonrió de lado.

-Ahora te ves mejor -mencionó-. No llorando por idioteces como lo son esos dos.

-Gracias a ti -respondí siendo esta vez yo la que se acercara a Draco y besara sus labios-. Siempre es gracias a ti.

Me tomó por la cintura y me acercó a él para acomodarnos, tenía la cabeza pegada a su pecho, podía escuchar los latidos acelerados de su corazón que a medida que ambos nos quedábamos dormidos los suyos se relentizaban y yo dejaba de escucharlo.

PRINCESA DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora