Capítulo 6

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Daphne estaba emocionada junto a mis padres por ver el gran partido de quidditch, ellos iban al frente, los tres parecían una familia, mientras yo iba atrás, de brazos cruzados y pareciendo una extraña. Llegamos hasta el palco de ministros pues mi padre fue invitado por Cornelius Fudge. Estaba aburrida con ellos, miré a todos lados pero entonces alguien toca mi hombro.

-¿Draco? -sonreí ampliamente y lo abracé como saludo-. Hey, me olvidaba que podrías estar aquí. Vaya... te ves bien con traje.

Le arreglé el abrigo negro que traía por haberlo movido un poco cuando lo abracé, él no dejaba de sonreír.

-También fuimos invitados por el señor Fudge, aunque tampoco esperaba verte aquí, creí que no ibas a venir con tu familia.

-Me obligaron, dicen que debemos vernos presentables frente al ministro -rodé los ojos.

-Lo entiendo -respondió-. Estaba pensando en lo de nuestra salida durante las vacaciones, quería saber cuándo estaría bien para ti.

-Mira, si es para sacarme de mi casa y estar lejos de mi familia... puedo a cualquier hora -lo hice reír levemente.

-Draco -ambos miramos a un lado, su padre lo llama con la mirada.

-Debo ir con él, pero te veré luego.

-Seguro -asentí, miré al señor Malfoy y lo saludé educadamente. Él le dijo algo a Draco y se lo llevó.

-________, por Dios, deja de distraerte -mi madre aparece y me jala del brazo-. Debemos vernos todos juntos o parecerás una desconocida.

-Preferiría serlo -murmuré.

Ella me regaña pero decidí ignorarla. Nos acercamos a nuestros lugares para ver las presentaciones de los equipos y algunos jugadores estrella como aquel tal Krum. Suspiré profundo pero entonces alguien se sienta a mi lado y sonreí al ver a Draco.

-¿Y tu padre no se molesta? -pregunté.

-Está más ocupado hablando con los dem ministerio, no se dará cuenta, al menos no por ahora.

Miré a mi otro lado, mi familia intentaba disimular sus reacciones aunque Daphne era muy expresiva con su molestia. Sonreí y me acerqué más a él.

-Está bien -respondí sin más.

Fudge da inicio al partido. Draco y yo nos concentramos en aquello por un tiempo hasta que decidimos irnos con la excusa de... estar aburridos. No me importaba en realidad lo que dirían mis padres y a ellos de verdad no les importaba yo, así que no tuvimos tantos problemas, solo teníamos que escabullirnos del señor Malfoy.

-Hey, mira esto -le señalé con la cabeza hacia un lado.

Nix regresa junto a mí y me entrega un montón de billetes que escondí en mi bolso.

-Algo de cosas extra nunca viene mal -mencioné.

-¿Cómo hiciste que haga eso?

-Soy buena entrenándola. Hasta me dio billeteras, ¿no es genial?

-Lo es bastante.

-Vamos, yo invito los bocadillos. Oh bueno, los extraños invitan.

Ambos reímos mientras buscamos el lugar de donde venden las comidas y refrescos. Pedimos para nosotros y caminamos por allí comiendo y charlando.

-Este año es el torneo de los tres magos -recordé-. Suena interesante pero no me gustaría participar.

-Es igual para mí, no me llama la atención -respondió Draco.

-Oye... ¿Pansy y tú no se han visto en estos días de vacaciones? -pregunté intentando no sonar tan obvia.

-No. ¿Por qué la pregunta? -cuestionó de todas formas.

-P..Por nada.

-¿Huh? -me mira fijo pero yo apartaba la vista-. No puedo creerlo, ¿estás celosa Kingsley? Aunque, sí puedo creerlo en realidad, ¿quién no se resistiría a mí?

-Ya quisieras, Malfoy. Jamás estaría celosa.

Me adelanté a paso rápido mientras él se burlaba y me seguía.

-Lo estás. Pero un segundo, eso significaría que tú...

-¡Definitivamente, no! ¡Déjame en paz!

-Pero si no tiene nada de malo.

Huí de él hasta el palco del ministerio otra vez, pues debíamos regresar antes de que el partido de Quidditch terminara.

-Será mejor que vuelvas con tu padre o te meterás en problemas -comenté.

-Pero si esto aún no lo terminamos -tomó mi muñeca.

-Yo digo que termina aquí y ahora. Adiós, Malfoy.

Me aparté y fui a sentarme, aunque fui capaz de escuchar su risa burlesca aún antes de ir donde su padre quien sí lo regañó por irse como si nada. Draco me mira con una sonrisa y una ceja arqueada, aparté la mirada pero lo vi de nuevo de reojo, estaba riendo por lo bajo aunque luego volvió a prestar atención al frente. Sonreí teniendo el rostro completamente sonrojado, pero tenía suerte de que habían demasiadas luces por todos lados que cubrían el rojo de mi rostro.

PRINCESA DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora