🪽​❤️‍🔥CAPÍTULO 24 - LA PRINCESA Y EL ÁNGEL CAÍDO🪽​❤️‍🔥

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Las nubes sangraban nieve

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Las nubes sangraban nieve. Sus caricias gélidas erizaban el vello de mi piel, tan pálida como el manto que cubría la tierra. Cada año que pasó desde la masacre de mi familia, solía experimentar las Navidades con cierta nostalgia. Echaba de menos la magia que envolvía la mansión Asmodeus. Me daban una luz que ya no tenía. Las memorias son herramientas frágiles y si no se usan con cuidado pueden romperse.

Bajé del vehículo con nerviosismo. Paseaba por los bosques con precaución, consciente del lugar en el que habíamos acordado reunirnos Lucifer y yo. Apartaba de mi mente los pensamientos dolorosos con cada rama que pisaba. Sus chasquidos me permitían distraerme. Pero el destino era el mismo, pretendiera encontrarlo o no.

Al alzar la vista, mi antiguo hogar se hallaba ante mis ojos. Estaba reconstruido, nuevo, pero lo único que yo veía era un cielo escarlata infernal y llamas devorando sus cimientos. Era el recuerdo que destruí como un espejo roto durante el paso del tiempo culpándome por lo ocurrido a cada minuto.

Si de verdad iba a tomar la decisión de entrar, lo haría sola. Ya nada me frenaba. Mi corazón latía con fuerza, pero yo lo protegía. Lo abrazaba con sonrisas y lágrimas para asegurarle que todo iría bien. Saldría de aquella casa renacida como la princesa de rojo y negro. Se lo prometí a mi hermano.

Cogí fuerzas y respiré aire puro. Expulsé vaho por la boca. Mis pasos se convirtieron en zancadas y estas a su vez en una carrera. No quería demorar la espera. Tenía que enfrentarme a mis demonios de una vez por todas.

Abrí la puerta de madera con un chirrido familiar. Cada mueble y cada cuadro ocupaba su lugar. Nada cambió. Sus paredes se fundían entre sí, firmes como antaño. Sus pasillos, sus estancias, su esencia fúnebre volvieron a invadir ese hueco que me faltaba. Me deslizaba por mi casa como un fantasma que bailaba con las almas que perdió en el pasado.

Ellos me sonreían desde la intimidad de los dormitorios, desde los fragmentos de una adolescencia que se alteró por el trauma. Buscaba una paz en los rostros que imaginaba que nadie más me podría ofrecer. Quería. No. Anhelaba reencontrarme con una Cassandra Asmodeus más pequeña para poder abrazarla y darle la calidez que no llegó a recibir.

La ópera de la soberbia [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora