Capítulo 1

82 5 1
                                    

Ultimas noticias: Las lluvias continúan intensificándose y las autoridades se ven preocupadas por el aumento del caudal del río que recorre las rutas 118 y 119 temiendo que pueda descontrolarse, mientras que los habitantes de Pueblo Oromar ya han reportado complicaciones con filtraciones de agua en sus hogares.

En otras noticias, la ceremonia de inauguración de la nueva extensión del centro comercial de Ciudad Malvalona procede según lo previsto pese a las complicaciones climáticas y a la alerta preventiva emitida por las autoridades.


23 de julio, 19:20hrs

Alexander Williams, 19 años, garzón.

Había estado lloviendo ininterrumpidamente por días, era por mucho la peor tormenta que se había experimentado en años, las calles vacías de peatones rebosaban de agua haciendo casi imposible transitar de otra forma que no fuese en un vehículo, no había pokémon en el aire, todos estaban refugiados en sus nidos o madrigueras mientras el cielo permanecía de un gris opaco dándole a Ciudad Malvalona un aspecto lúgubre que contrastaba con lo colorida y movida que era normalmente. Sin embargo, ese ambiente no se repetía al interior del enorme centro comercial, donde desde temprano se había estado desarrollando la ceremonia de inauguración de una nueva área subterránea de la ya de por si colosal estructura. Había estado casi un año en construcción, y pese a que aún quedaban trabajos menores por hacer, se había preferido adelantar la inauguración para que esta calzase con el aniversario de la ciudad. Se trataba de un ambicioso proyecto que ampliaba el centro comercial añadiendo una sección subterránea compuesta de tres pisos, y que prometía ser solo el primer paso en un gigantesco proyecto de modernización de Malvalona y toda Hoenn, junto a la instalación de puentes nuevos más grandes y resistentes en la Ruta 119, así como la construcción de la colosal Torre Portual y un sistema de metro subterráneo que prometía conectar toda la región. Todo esto estaba siendo posible gracias a un hombre, James Garrison, quien gracias a su dedicación y amor por Hoenn, se ha convertido en la razón de ser de esta región.

Mientras la rueda de prensa se llevaba a cabo, apartado de las cámaras y los flashes de las cámaras, Alex se preparaba para volver a su turno como garzón atendiendo a los invitados llevando bandejas de un lado a otro. Podía parecer simple pero la verdad era agotador estar horas de pie. Mientras revisaba los últimos detalles de su uniforme Alex hablaba por teléfono con su madre, interesada en saber cómo iban las cosas para sus niños.

Alex: Todo va bien, hay bastante gente pero nos las arreglamos.

Mamá: Que bueno, ¿y tus "hermanos"?

Alex: Ellos no tienen que hacer nada, soy yo el que se está entumiendo las piernas aquí.

Mamá: Jeje, de acuerdo, espero que no acabes muy tarde, según este aparato el temporal no va a disminuir en un buen tiempo, así que tengan cuidado cuando vuelvan a casa. Recuerda que mañana tengo una conferencia en Calagua, partiré hoy después de acabar mi turno, así que estarán solos un par de días, cuídense.

Alex se despediría y acabaría la llamada para volver a guardar el teléfono en su mochila dentro de su casillero, algo desganado pues a su descanso solo le restaban diez minutos, y también aliviado ya que este era el último turno, luego podría irse a casa y tumbarse en el sofá frente a la televisión sin que nadie lo molestase. Antes de volver al salón donde se estaba realizando la celebración por la inauguración Alex quiso ir a ver como estaban sus "hermanos", no los había visto las últimas horas y quería asegurarse de que no estén haciendo algo por lo que él podría meterse en problemas. Tras salir de la sala de descanso del personal Alex bajó por las escaleras de emergencia hacia el segundo piso subterráneo, pues el ascensor estaba reservado para los invitados y las escaleras mecánicas aun no funcionaban. Tras pasar por un área aun en construcción y saludar a algunos obreros con los que se había amistado anteriormente se dirigió hacia el área donde se cuidaba a los pokémon que los invitados traían consigo, y en donde había personal designado específicamente para cuidar de estos. A Alex le hubiese encantado que lo hubiesen puesto aquí, era comparativamente un trabajo menos pesado que atender a la gente. Ahí pudo ver a sus "hermanos", como los llamaba su madre. En cuanto se vieron fueron a reunirse y una Zangoose de inmediato saltaría hacia sus brazos trepando hasta su hombro, mientras a paso lento llegó por detrás un Absol de temple más serio.

Pokemon: Reporte de EmergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora