Capítulo 7

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Ultimas noticias: Un segundo terremoto ha tenido lugar a las 21:15 del 24 de julio, menos de 24 horas de haberse producido el primero. Según el centro sismológico de la Universidad de Calagua este nuevo evento sísmico se ubicó pocos kilómetros más al norte de donde tuvo lugar el primero y contó una magnitud estimada en 7,6 grados. Varios puentes y la ciclovía de la ruta 110 han colapsado.

Seguimos esperando reportes de Colosalia y Oromar.

25 de julio, 05:32hrs.

Víctor Ionescu, 28 años, ex-convicto.

Víctor y Zoroark escuchaban las noticias por la radio a baterías que habían encontrado en un cajón. Llevaban en vilo toda la noche, el segundo terremoto los tomó por sorpresa mientras intentaban conciliar el sueño, pero luego de eso ambos estaban más despiertos que nunca aunque no lo quisieran. Víctor husmeaba en los muebles buscando algo para comer hasta que encontró algunos paquetes de galletas, en cuanto tomó uno Zoroark lo empujaría quitándole el paquete y empezó a masticarlo con todo y plástico, pronto sin embargo acabaría dándose cuenta de que este no tenía buen sabor y acabaría escupiéndolo sobre la mesa. Víctor tomaría el paquete de galletas lleno de baba con la punta de los dedos y lo abriría con una tijera que sacó de un cajón para luego devolvérselo a Zoroark.

Observando como el pokémon comía las galletas molidas Víctor notó que el comportamiento de este se asemejaba más al de un pokémon salvaje mas no callejero, su actitud tan arisca indicaba que no estaba acostumbrado a los humanos, eso o su entrenador era igual o más malcriado.

Mientras la pequeña radio a pilas transmitía encima de la mesa Víctor mantenía la vista pegada en el artículo sobre el señor Garrison que había en la revista que encontró, centrando todos sus esfuerzos en tratar de recordad donde había visto ese rostro antes. El envejecimiento por el paso de los años en ese rostro le dificultaba el poder hacer funcionar su memoria después de su estadía en prisión. Pensó que quizá podría ser algún viejo superior del Equipo Aqua o quizá incluso del Equipo Magma, pero todos sus esfuerzos eran inútiles y eso empezaba a frustrarlo, pero si de algo estaba seguro es que ese rostro era de alguien que estaba lejos de ser quien dice ser.

La única forma de obtener algo de información era en los archivos policiales, si ese rostro le sonaba tanto entonces era porque seguramente también había pertenecido a algún grupo criminal. Solo cuando esa idea acabó de cruzar su mente se detuvo a pensarlo mejor por un momento. Acababa de salir de la cárcel, ¿y ahora quería ir hasta un cuartel policial solo por una corazonada? Era una estupidez y él lo sabía, debía centrarse más en buscar una forma de salir de Malvalona, luego vería que hacer sobre este asunto si es que le seguía importando.

Cuando Víctor sintió que la lluvia empezaba a aminorar se puso la chaqueta y tomó el paraguas para luego dirigirse hacia la entrada. Al cruzar la puerta se dio cuenta de que el Zoroark venia detrás de él, al principio pensó que al salir a la calle tomarían caminos separados, pero a donde Víctor iba el pokémon lo seguía casi como un niño. No estaba completamente seguro, pero era bastante probable que fuese por haberlo salvado en el rio, si era así y el pokémon de verdad seguiría con él entonces pensó que sería buena idea mantenerlo cerca, después de todo algo de protección extra le vendría bien.

Mientras caminaban por las calles de la arruinada Malvalona Víctor se percató de cómo había cambiado todo, solo los tres años que estuvo encerrado fueron suficientes para que la ciudad se volviese casi irreconocible para él, incluso pese a la devastación de los terremotos, pensó que se vería hermosa de no ser por la lluvia y los propios efectos de los sismos. Ahora Malvalona era casi una ciudad fantasma, donde la única vida además de Víctor y Zoroark eran uno que otro vagabundo y pokémon callejero que husmeaban en la basura, y que más que tenebrosa o tétrica se veía triste. Sus recuerdos sobre las calles y barrios empezaban a volver poco a poco a medida que seguía avanzando hasta que por fin dio con el cuartel general de la policía, no la estación donde lo tenían retenido, sino el enorme edificio en donde se encontraban, entre muchas cosas, los archivos. Como si el destino así lo quisiese, Víctor acabó por rendirse ante sus pensamientos intrusivos y se adentró en la gran estructura.

Pokemon: Reporte de EmergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora