Pokemon: Reporte de Emergencia

Capítulo 5

24 de julio, 13:37hrs.

Víctor Ionescu, 28 años, ex-convicto.

Las esperanzas de Víctor se desvanecieron cuando vio que el puente, su única ruta viable, había sido completamente arrasado y en su lugar solo quedaban escombros de cemento que aún no habían sido arrastrados por la brutal corriente. ¿Todo había sido en vano? La desilusión podía más que cualquier otra emoción en ese momento, pensó en rendirse, volver a Malvalona y simplemente entregarse al primer policía que viese, pero mientras observaba el desolador paisaje barajando sus opciones algo llamó su atención, entre los restos del puente que aún se sujetaban quien sabe cómo, una silueta oscura se aferraba con fuerza para evitar ser arrastrada por la corriente. Víctor no supo cómo reaccionar ante lo que veía, no sabía que debía hacer, ¿darse la vuelta e irse dejando a quien sea que estuviese ahí a su suerte, o arriesgar su vida con tal de intentar un rescate suicida? Ninguna opción le agradaba, no le gustaba la idea de morir ahogado, pero le gustaba mucho menos la idea de ver a alguien más hacerlo sabiendo que él puede hacer algo. ¿pero que podía hacer él contra la brutal ira de la naturaleza? Junto a la orilla vio una caseta que aún se mantenía en pie y en cuyo interior encontró una cuerda, no tenía certeza alguna que lo que intentaría fuese a funcionar, pero solo con tomar la cuerda ya había llegado bastante lejos como para echarse atrás. Víctor ataría un extremo de la cuerda a un poste de luz y el otro extremo a su cintura, y tras un profundo respiro entró al rio sujetándose de los escombros para evitar ser arrastrado. El agua estaba terriblemente helada, cubriéndolo hasta el pecho y golpeándolo fuertemente haciendo que avanzar requiriese un esfuerzo titánico de su parte, sintiendo cada paso como si llevase concreto en los zapatos.

Después de lo que pareció ser una eternidad logró llegar hasta la silueta, muerto por el cansancio. La silueta resultó ser un pokémon, poco más bajo que él, cubierto de un pelaje grisáceo y cabellera rojiza. Completamente inmóvil contra la corriente, Víctor intentaría sujetar al pokémon pero este de inmediato intentaría atacarlo con sus garras. Víctor no tenía el tiempo ni la paciencia como para tratar de explicarle al animal que solo quería ayudarlo, por lo que pese a los intentos por parte del pokémon de arañarlo y morderlo Víctor lo sujetaría por la cintura con un solo brazo y con el otro sujetó la cuerda y empezó el camino de regreso. El aumento en el peso, las pataletas del pokémon y el hecho de que ahora solo dependía de un brazo hizo todo más duro que en el primer tramo, con cada metro sentía que la fuerza de sus brazos lo abandonada un poco más. Sentía que en cualquier momento una de sus manos acabaría cediendo por lo que se enrolló la cuerda alrededor del brazo con el que la sujetaba para tener más agarre. Ya por la mitad del trayecto el pokémon pareció darse cuenta de lo que intentaba el humano y decidió colaborar. Con un último esfuerzo Víctor sacó al pokémon del agua y lo dejó en la orilla mientras el trepaba para salir. Nunca se había sentido tan agotado en su vida, los brazos le temblaban y no podía dejar de jadear. Dirigió la vista hacia el pokémon para tratar de ver si podía estar herido, pero este de inmediato se pondría de pie y se alejaría varios pasos de él. Víctor permaneció en el suelo mientras el pokémon se quedó estático unos segundos antes de salir corriendo. Un simple gracias no habría estado de más.

Después de descansar unos minutos Víctor se pondría de pie y se volvería hacia el rio. El puente era su única vía de escape, sin este estaba atrapado, no tenía otra ruta que pudiese usar sin arriesgarse a ser atrapado. Tras otro par de minutos escuchó un paso firme y un martilleo metálico detrás de él, lo primero le indicaban que su perseguidor había logrado alcanzarlo, y lo segundo que le estaba apuntando con un arma.

Malcolm: No des ni un paso.

Lo que le faltaba, ni siquiera tenía fuerza para levantar las manos.