Capítulo 13

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26 de julio, 09:31hrs.

Víctor Ionescu, 28 años, exconvicto.

Víctor empezó a despertar lentamente producto de una sensación incomoda en su brazo derecho. Su mano se sentía húmeda, caliente y como si múltiples agujas se clavesen por toda su mano, adicional a eso, por su brazo recorría una extraña mezcla entre la suavidad y una sensación rasposa que iba desde la base de su muñeca hasta casi llegar al codo. En cuanto abrió los ojos y miró su brazo se encontró a Zoroark al revés de él, aferrada con sus garras a su brazo y mordisqueando su mano mientras aún permanecía profundamente dormida.

Víctor removió su brazo de sus ataduras completamente arañado, mordisqueado y babeado sin que la pokémon despertase o si quiera se inmutase. Tras levantarse y limpiarse el brazo fue a buscar algo para poder desayunar. Al abrir la compuerta donde guardaban lo que habían conseguido el día de ayer y sacar una barra de cereal notó a Sofía haciendo algo en su escritorio, por lo que se dirigió hacia ella para curiosear. Sofía estaba revisando un mapa de la ciudad junto a Taillow, tenía pensado ir a investigar más de cerca el edificio que se vino abajo esperando poder encontrar algo que pudiese decirle algo útil. Sin embargo Víctor se opuso, sabía lo que ella quería hacer y no era una buena idea. El lugar seguramente seguiría repleto de policías, y aunque no sea el caso, tratar de averiguar si el derrumbe fue producto del terremoto o provocado por algún individuo sería imposible, si alguien causo el derrumbe las pruebas estaban reducidas a escombros al igual que el resto del edificio.

Por suerte eso pareció ser suficiente para convencerla, pero no para apaciguar sus ansias detectivescas. Ayer, luego de separarse tras salir del metro, Sofía se dirigió hacia un complejo departamental compuesto de tres edificios, no muy alejado de la editora, y se refugió dentro de uno de los departamentos que no estaba cerrado. Y mientras observaba por una ventana oculta tras la cortina vio a un hombre salir del edificio vecino, vestido completamente de negro por lo que logró observar, y dirigiéndose rumbo al centro. Tuvo que reprimir el impulso de seguirlo pues sabía que iba en dirección contraria de donde ellos venían, y seria arriesgarse a que la policía la viera. Aun así pudo enviar a Taillow para que lo siguiese desde el aire, por lo que él sabía cuál era su ultimo paradero conocido. Ese solitario personaje le pareció lo suficientemente sospechoso como para intentar averiguar lo que pudiese de él, quizá y con algo de suerte esté conectado con su caso.

Víctor: ¿Cómo estas tan segura de que él pueda tener algo que ver? Quizá solo era un vagabundo.

Sofía: Debo considerar todas las posibilidades, además, no puede ser casualidad que se dirigiese al centro poco antes del derrumbe.

Víctor acabó accediendo, de alguna forma era mejor que lo que planeaba antes. Tras despertar a Zoroark luego de múltiples intentos saldrían nuevamente a la calle siguiente a Taillow quien volaba por sobre los edificios. Tenían pensado volver a usar la estación de metro para poder evadir a las posibles patrullas que hubiese vigilando las calles, sin embargo cuando llegaron a la misma estación en la que habían estado antes se encontraron con que el acceso a esta había sido bloqueado, no solamente por la reja metálica, sino también por el hecho de que la estación estaba completamente inundada. La escalera que daba paso al subterráneo tenía el agua hasta arriba haciendo que la única forma de pasar por ahí sea buceando, por lo que decidieron pasar de largo e intentar pasar por el centro sin que nadie los viese. Siguieron a Taillow hasta llegar a la zona del derrumbe. Si antes la cosa se veía mal con los terremotos luego del colapso del centro comercial el lugar parecía prácticamente una zona de guerra, como si una bomba hubiese estallado dejando la calle irreconocible. La posible presencia policías los hizo retomar la marcha hasta avanzar varias calles más abajo y llegar a un edificio de apariencia lúgubre. Taillow volaba en círculos sobre este por lo que era ahí donde debían buscar. La entrada principal no estaba bloqueada, por lo que ingresar al interior fue fácil, ahora, debían buscar en los diez pisos que componían la estructura sin siquiera saber que buscaban en primer lugar. Al hacer una primera revisión rápida se hallaron con que las escaleras hacia el séptimo piso estaban bloqueadas por escombros, por lo que eran cuatro pisos menos que recorrer. Por suerte el olfato de Zoroark les guio de forma más rápida. Tras un rato siguiendo un rastro que a ella le resultó peculiar llegaron hasta un departamento completamente patas arriba, tanto por los temblores como porque alguien había estado ahí antes, como lo evidenciaban las envolturas y latas de comida vacías amontonadas en una esquina, así como una cama desordenada que indicaba que había sido usada. Entre la basura que había por el suelo Sofía encontró un trozo de cordón algo peculiar mientras hurgaba.

Sofía: ¿Qué es esto, hilo? Es demasiado grueso.

Una tormenta fugaz de recuerdos asalto la mente de Víctor al ver lo que Sofía sostenía en las manos, tan terriblemente familiar que no podía evitar helársele la sangre.

Víctor: Eso es mecha. Supongo que puedes tener algo de razón sobre la causa del derrumbe.

La reportera guardó silencio, sin saber que decir o como sentirse al respecto, por un lado estaba la emoción de saber que su investigación estaba yendo por buen camino, y por el otro, había algo que le impedía sentir alegría. Nunca se detuvo a pensar por un momento que fin podría estar detrás de algo que simplemente no tenía nombre. Tras hurgar un poco más Sofía encontró un papel arrugado que llamó su atención por verse más reciente que el resto de la basura. Al abrirlo se dio cuenta de que este era una nota:

"Agente K

Diríjase al cuartel secundario de Ciudad Calagua y manténgase a la espera de nuevas instrucciones."

Era todo lo que estaba escrito en la hoja. No figuraba ningún emisor, y el receptor era aún menos claro. Seguramente había sido enviada por mensajería pokémon, era la única explicación que podían darse en ese momento. Solo por si acaso Sofía se guardaría la nota en un bolsillo. Sea quien sea que hubiese estado aquí, debía haberse ido hace ya unas horas, lo bueno era que sabían hacia donde se dirigía. Eso fue todo lo que pudieron encontrar en el lugar que pareciese ser útil, el resto, de nuevo, solo era basura.

Esa noche, mientras Víctor observaba el desolador paisaje de Malvalona iluminado por la luz de la luna a través de la ventana, el sonido de lápiz sobre papel llamaría su atención en el total silencio del momento. Tras alejarse de la ventana y pasar junto a la mesa sobre la que dormía Zoroark Víctor llegó hasta el pequeño cubículo al que Sofía llamaba oficina. Sofía estaba sentada en su escritorio escribiendo algo en un trozo de papel con Taillow a su lado.

Víctor: ¿Qué haces?

Sofía: Escribo un mensaje, esa nota que encontré me dio una idea, ya que aún no hay teléfono o internet, hay que volver a recurrir al método antiguo. No sé cómo no se me ocurrió antes.

Víctor: ¿Y a quién le escribes?

En el fondo Víctor no acababa de confiar plenamente en ella, así como se ofreció tan fácilmente a ayudarlo, creía también que podía fácilmente entregarlo si ella lo estimaba conveniente.

Sofía: A un viejo conocido en Kanto. Quiero ver si puede ayudarnos a investigar, principalmente sobre esas supuestas constructoras de las que te hablé.

Al terminar enrollaría el papel finamente y lo ataría a una de las patas de Taillow con el alambre de una bolsa de pan. Sofía entonces abriría la ventana y Taillow saldría volando. Ahora solo quedaba esperar, ¿cuánto? Lo que tuviese que tardar, podían ser días o semanas, ella estaba dispuesta a esperar lo que hiciera falta.

Pokemon: Reporte de EmergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora