27 de julio, 07:37hrs.
Víctor Ionescu, 28 años, exconvicto
Desde muy temprano en la madrugada habían estado experimentando múltiples replicas, algunas casi imperceptibles y otras que en más de una ocasión les hizo levantarse de la silla. La idea de que el suelo no dejase de sacudirse los tenía más nerviosos que la posibilidad de ser arrestados. Era un constante temor de que lo que comenzara como un suave movimiento empezase a escalar hasta alcanzar fuerza suficiente para tirar abajo el edificio con ellos dentro.
Solo cuando pasó una hora entera sin replicas Sofía empezó a recuperar el apetito al recordad que ninguno había desayunado. Víctor, por su parte, no se sentía con ganas de querer comer algo, el hecho de que Zoroark había salido hace ya unas horas y aún no había vuelto lo tenía lo bastante preocupado como para no pensar en otra cosa. Ni siquiera sabía por qué razón había decidido salir por la ventana y descender trepando hasta la calle en primer lugar. En su mente Sofía también intentaba descifrar el actuar del pokémon con el mismo nulo éxito mientras ponía a funcionar un hervidor eléctrico que había sacado del piso de abajo. Luego de que Sofía le acercase una taza de café Víctor este se quedaría mirando el líquido caliente un par de minutos hasta que el sonido de una ventana abriéndose llamaría la atención de ambos. Así como se había ido de la nada, ahora Zoroark regresaba con una expresión animada en su rostro que Víctor no había visto antes en ella. En cuanto se acercó a la mesa en donde estaban Víctor y Sofía sacaría de entre su cabellera tres huevos y los pondría sobre la mesa con un rostro de orgullo.
Víctor: Entonces por eso saliste tan temprano.
Sofia: Hasta ella sabe que solo trajimos chatarra en lugar de comida de verdad.
Sofía tomaría los huevos y tras acariciar el cabello de Zoroark, que haría aumentar el brillo en los ojos del pokémon, iría hacia la cocina del periódico un piso más abajo para buscar una forma de cocinarlos. Necesitaban proteína y no iban a rechazarla ahora que la tenían en frente. El cambio en la personalidad de Zoroark en los últimos días, pasar de intentar morderlos a dejarse mimar de esa forma, era una transformación que a Víctor se le hacía curiosa como mínimo, pero era un cambio que a él le ponía feliz. Mientras disfrutaban de un desayuno en condiciones por primera vez en días Sofía pensaba en cuál sería su siguiente paso a partir de ahora. Tenían la nota que habían encontrado como claro indicativo de que los derrumbes eran provocados, la pregunta ahora era como proseguir a partir de eso.
Víctor: ¿De dónde habrá sacado los huevos?
Sofía: Pues no creo que los haya sacado de un supermercado, viendo que son de diferentes tamaños es posible que haya buscado en varios nidos para conseguirlos.
Víctor: No estoy familiarizado con esta especie, de hecho es la primera vez que veo uno en persona.
Sofía: Hace varios años, cuando aún era una practicante, asistí en la filmación de un documental sobre los zoroark. Estuvimos sesenta días observando varias manadas repartidas por toda Unova.
Víctor: ¿Y que descubrieron?
Sofía: Bastante sobre sus hábitos alimenticios más que nada. Honestamente me aburrí como nunca, pero si saqué un par de cosas interesantes. Valoran mucho el alimento, sobre todo los huevos. Suelen robárselos a otros pokémon, y si la comida escasea, pueden llegar a comerse sus propios huevos.
Eso sin duda lo tomó desprevenido mientras que Zoroark en ningún momento despegó la atención de su desayuno. Volviendo al asunto que más le aquejaba, el de la nota, había varias incógnitas que le llamaban la atención al respecto, desde las obvias como quién escribió la nota o hacia quien iba dirigida, pero aún más que eso, le intrigaba saber cómo encajaba Ciudad Calagua en la ecuación. Si el sospechoso estaba relacionado con los derrumbes, entonces iría hacia Calagua por la misma razón por la que estuvo aquí en Malvalona. Pensando un poco recordó que el Centro Sismológico de ciudad Calagua recibe financiación del señor Garrison, por lo que podría ser un próximo objetivo. Sofía llegó a la conclusión de que la única forma de averiguarlo era viajando hacia Calagua. Pero era un viaje que ella no podía realizar, al menos no hasta que Taillow regresara, y aun así se le complicaría un viaje así pues tenía todo su material aquí en su oficina. Pero ese era un problema del que Víctor no debía preocuparse, por lo que él era el indicado.
Sofía: La policía tiene un pequeño puerto con algunas lanchas en la entrada por la ruta 110, si consigues una podrás llegar a Calagua en aproximadamente un día de viaje.
Víctor: ¿Qué, como era del Equipo Aqua automáticamente se conducir un bote?
Sofía: Bueno honestamente yo pensé que...
Víctor: Si, puedo hacerlo, se lo enseñaban a todos los reclutas.
Sofía: Sabía que tenías sentido del humor.
Por un lado salir de Malvalona le beneficiaba a Víctor, creyendo que eso disminuiría la presión policial sobre él, pero al mismo tiempo el método empleado no le convencía para nada. Robar un vehículo policial solo le daría más años de prisión si lo atrapaban de nuevo, aun mas de los que ya tendría por fugarse. Era como lanzar un dado, o mejor dicho una moneda, con aun menos opciones. Entre ambas, la opción de alejarse lo más posible de Malvalona era la que más atracción le causaba, por lo que irían rumbo a la entrada sur de la ciudad donde debían estar las lanchas. La pregunta del millón de pokedolares era como se suponía que iban a entrar. Sabían que sería una tarea titánica en cuanto, desde la protección de la distancia en el escondite desde el que observaban, vieron al detective Malcolm entre los pocos policías que había en el puerto. La solución se le ocurriría a Sofía en cuanto recordó lo que aprendió sobre los zoroark durante sus años de practicante en Unova, cuando observaba de primera mano cómo usaban su capacidad de crear ilusiones para robar huevos con más facilidad.
...
La pareja de oficiales conversaba amistosamente mientras cuidaban la entrada a la estación y fumaban su tercer par de cigarrillos en lo que iba del día. Podía notarse en sus tonos de voz el agotamiento mental de los últimos días. Por fortuna el saber que sus familiares se encontraban a salvo evitaba que el caos de la situación afectase también su estado anímico. El detective a cargo era bastante estricto, por lo que ambos agradecían el turno de guardia sabiendo que no había prácticamente nadie en la zona aparte de ellos. Uno de ellos expresaba sus intenciones de solicitar el retiro una vez la catástrofe acabase y todo volviese a la normalidad, "demasiada acción para mí", le decía a su compañero, quien aún no tenía intenciones de colgar el uniforme, pero si pensaría en solicitar un puesto en un área más tranquila como contabilidad. La conversación les ayudaba a mantenerse ocupados en otra cosa que no fuese la devastación que les rodeaba, y es que la imagen de la ciclovía completamente derrumbada sobre el agua a pocos metros de ellos podía acabar con el ánimo de cualquiera. El momento de relajo se vería momentáneamente interrumpido cuando un oficial volvería de su patrulla trayendo consigo a una pareja con los brazos levantados tras la cabeza. Medio confundidos, uno de los policías iría a buscar a su supervisor ante la inesperada situación. Tras unos minutos el mismo policía volvería acompañado del detective que veía con satisfacción y complacencia la imagen de Víctor apresado. Pese a que le hubiese gustado ser él mismo quien hubiese realizado la hazaña el trabajo estaba echo y eso era suficiente. Sería el mismo Malcolm, acompañado del oficial que los trajo, quien llevaría a ambos hasta la única celda con la que contaba el simple puesto policial. En el momento en que Malcolm se volteó para abrir la celda el policía lo golpearía por la espalda y el detective caería inconsciente al suelo. Entonces Zoroark desharía la ilusión.
Sofía: Espero que esto funcione, no quiero que me encarcelen por atacar a oficiales de policía.
Víctor: El plan fue tuyo, además, no pueden encarcelarte si no saben que fuiste tu.
Sofía: ¿Se supone que eso es un consuelo?
Víctor: Es más bien un consejo, lo digo por experiencia.
Sofía tomaría una de las llaves de ignición que había colgadas frente a un escritorio y se la lanzó a Víctor, con eso podría encender una de las lanchas. Luego entre ambos metieron al detective inconsciente dentro de la celda y la cerraron, eso les daría algo de tiempo en caso de que despertase.
Sofia: Cuando llegues a Calagua busca una sucursal del periódico y úsenla como refugio. Enviaré a Taillow con la información que reciba cuando vuelva. Distraeré a los que quedan afuera para que puedan tomar una lancha, buena suerte a ambos.
Sofía saldría de la estación y empezaría a correr haciendo que los dos policías que vigilaban la entrada fueran tras ella, dándole a Víctor y a Zoroark la oportunidad. Tras llegar hasta el muelle subirían a una lancha y Víctor la pondría en marcha alejándose de Ciudad Malvalona.
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Pokemon: Reporte de Emergencia
FanfictionDos historias paralelas se desarrollan durante una de las mayores catástrofes que han azotado la región de Hoenn. Por un lado, un par de jóvenes hacen lo que pueden con tal de mantenerse con vida en su camino lejos de la catástrofe; por el otro lado...