Capítulo 6

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24 de julio, 17:53hrs.

Alexander Williams, 19 años, garzón.


Llevaban horas abriéndose camino por la ruta 119. La hierba se elevaba casi dos metros haciendo imposible ver lo que tenían delante, fácilmente podían estar avanzando en círculos todo este tiempo y ellos no tendrían idea. Absol iba delante cortando la hierba con el filo de su cuerno, pero no importaba cuanta cortase, delante siempre había más hierba.

Sarah no dejaba de pensar en cómo se supone que encontraría a la madre de Zorua, si es que realmente estaba en algún lugar de Hoenn en primer lugar. Parecía ser que el pequeño pokémon se había acostumbrado a ella bastante rápido, ya no parecía verse tan afligido como antes, Zangoose había tratado de acercarse a él en un par de ocasiones pero aún se mantenía bastante temeroso, aun así Zangoose era persistente y de vez en cuando trepaba al hombro de Sarah para volver a intentar. Sarah por su parte no podía dejar de sentirse interesada por esta Zangoose, no dejaba de pensar en que sería un excelente caso que investigar cuando empezase sus estudios.

Alex: Apenas se ven pokémon salvajes, ¿A dónde habrán ido todos?

Sarah: Seguramente seguirán ocultos en cuevas o madrigueras resguardándose de la lluvia.

Durante todo el trayecto desde que salieron de Malvalona hasta ahora no habían visto ni un solo pokémon salvaje salvo una que otra parvada de wingulls en el cielo. Incluso el rio, donde era tan frecuente ver magikarps revoloteando, se veía exento de vida salvo por la agitada corriente que hacía que el nivel del agua aumentase lento pero constante.

Sarah: Dijiste que tu madre trabajaba en el centro meteorológico, ¿qué hay de tu padre? Dijiste que era ranger, ¿cierto?

Alex: Hace unos años, ahora es instructor. Ahora está en Almia, ya debe estar al tanto de lo que pasó, pero sin señal telefónica no tengo como contactarlo.

Alex pensó en lo mal que lo debía estar pasando su padre ahora mismo al saber que su hogar había sido arrasado por un terremoto, y peor aún, al ser incapaz de contactar con su esposa e hijos.

Alex: ¿Y qué hay de tus padres?

Sarah: Yo... no hablo mucho con ellos. No les gustó la idea de que quisiera ser profesora pokémon en lugar de seguir el negocio familiar, por eso vivo sola, y unos tíos me ayudan con mis gastos.

La conversación que ambos habían intentado llevar para distraerse un poco resultó incomodarlos y decaerlos aún más, por lo que el viaje continuó en completo silencio. Ignorar el hambre era otra razón por la que habían intentado charlar un poco, habían estado en una tienda llena de alimentos y no se les había ocurrido llevar nada, ahora los cinco debían aguantar el rugido de sus estómagos hasta encontrar algo que pudiesen comer. Por suerte para ellos es segundo de los puentes había logrado aguantar el terremoto y los sismos posteriores, por lo que pudieron cruzar sin problemas más allá del miedo de que este también pudiese venirse abajo como el primero. Después de lo que parecieron ser algunas horas de caminata Absol fue el primero en divisar el centro meteorológico seguido por Alex y Zangoose. A los tres se les paró el corazón al ver como apenas la mitad del edificio estaba en pie mientras la otra yacía en el suelo reducida a una simple pila de escombros gigantesca. La forma en como se había partido en dos el centro meteorológico permitía ver hacia el interior de cada piso desde el exterior. De inmediato corrieron hacia el interior ignorando las advertencias de Sarah de posibles derrumbes, quien no tuvo más que hacer que ir tras ellos. Dentro había algunas luces débilmente encendidas, indicando que la electricidad ya había regresado, o que el lugar contaba con energía de respaldo. Alex y sus hermanos recorrieron habitación por habitación llamando a su madre sin resultados, detrás de cada puerta que abrían solo encontraban un cuarto vacío y por el que parecía haber pasado un huracán, pero sin ni un rastro de vida hasta llegar al segundo piso, donde un hombre de bata blanca y ya entrado en edad los estaba esperando.

Investigador: Debo admitir que no esperaba ver a nadie por aquí.

Sarah: ¿Está usted solo aquí?

Investigador: Así es, los demás decidieron evacuar, yo preferí quedarme para intentar recobrar la energía y rescatar la información de las computadoras.

El hombre, que se identificó como el profesor Edwards, llevó a los cinco hasta la cafetería al notar que estaban hambrientos. No tenía mucho que ofrecerles, pero con todo el cansancio agradecían cualquier alimento aún si eran solo galletas secas y bayas enlatadas.

Prof. Edward: Lamento no poder ofrecerles más, solemos abastecer el centro por estas fechas, pero como podrán ver esta vez no nos fue posible.

Sarah: No se preocupe por eso, ¿Por qué se quedó en lugar de evacuar como el resto?

Prof. Edward: Trabajamos con equipo costoso, perderlo sería perder una enorme inversión tanto monetaria como de tiempo y esfuerzo. Este es el único centro meteorológico en todo Hoenn, aunque sea me gustaría poder respaldar los sistemas operativos, eso nos ahorraría bastante tiempo y recursos a la hora de reconstruir. ¿Y qué hay de ustedes?

Alex: Estamos buscando a Angela Williams, trabaja aquí como meteoróloga.

Investigador: ¿Angela? Salió una hora antes del terremoto, dijo que iba hacia ciudad Calagua para una conferencia.

Había olvidado que su madre le habló sobre eso, significaba que ahora ella debía estar en Calagua. Eso fue un tremendo alivio al menos por ahora, sin embargo el trayecto hasta Calagua no sería corto ni mucho menos fácil, pero Alex y sus hermanos estaban más que dispuestos a hacer ese viaje si eso les permitía ver a su madre de nuevo. Antes de partir luego de descansar una hora ofrecieron ayuda al profesor Edward en su labor de recobrar la energía, sin embargo el meteorólogo la rechazó con educación sabiendo que el grupo tenía su propia misión que cumplir. Antes de irse volvieron a agradecer al profesor por su hospitalidad y este además les entregó un par de paraguas antes de salir del centro meteorológico rumbo a ciudad Calagua. En el camino deberían pasar por ciudad Arborada, aprovecharían de hacer una parada para intentar abastecerse pues el camino hacia Calagua no era corto y necesitarían alimento.

El tercer y último puente estaba más maltratado pero aguantó sin problemas el cruce del grupo, pero cuando se creía que lo peor ya había pasado y que podrían seguir con su camino en relativa calma, un escalofrío recorrería el lomo de Absol a la velocidad de un rayo, el mismo escalofrío seguido de esa misma sensación fría tanto en su cola como en su cuerno, y la misma sensación que tuvo antes de que ocurriese el terremoto. A los pocos minutos empezaría un nuevo sismo que poco a poco iría aumentando en magnitud hasta sentirse muy similar al terremoto del día anterior. El puente, los árboles y todo a su alrededor empezó a sacudirse con violencia. Zangoose se aferró con fuerza a Alex y Sarah abrazó a Zorua mientras lo que quedaba del centro meteorológico acababa colapsando frente a la vista de todos.

Pokemon: Reporte de EmergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora