Déjame ir (Kookmin)

24

Antes de decir algo, sintió que el príncipe se levantaba y se aclaraba la garganta. El omega se sintió un poco fácil al sentir que el vino tinto se escapaba un poco, no del todo, pero ayudó.

"Antes de comenzar, tengo que contarles algunas cosas principales. No mencionaré todas las cosas ahora, pero continuaré cuando sea necesario. Por ahora, escuche con atención". Jimin solo asintió. No sabía si el príncipe lo vió o no, pero no le importó. Su cerebro no estaba funcionando bien.

"Necesito palabras, no sólo un asentimiento. Ese es el número uno, así que... palabras, señor Park..." la voz del alfa era severa y casi cruel en su sonido. No consideró que el omega no pudiera verlo así que debía tener cuidado con su tono. O simplemente no le importaba.

"Sí... sí, su alteza". -murmuró Jimin. Deseó que el príncipe lo oyera.

"Bien. Dos. De ahora en adelante, te llamaré por tu nombre y el nombre que quiera según la situación. No, señor Park otra vez. ¿Alguna protesta? ¿Podría el omega siquiera protestar? No le importaba ningún nombre excepto... esa palabra. Sabía que la gente lo usaba cuando se trataba de sexo. Si el príncipe alguna vez lo usara con él, no podría dejarlo hacer nada sin llorar. El omega no quería llorar y que le patearan el trasero o que lo arrastraran desde la cama o incluso desde el palacio. Empezó a hurgarse las uñas como siempre hacía. El pobre omega estaba asustado y nervioso. ¿Y si eso sucediera y sus hermanos también fueran expulsados ​​de su casa?

"¿Qué es?" Jungkook notó que el omega se picaba las uñas y no le tomó mucho tiempo darse cuenta de que quería decir algo pero estaba dudando.

"Palabras que dije. No puedo leer tu mente, ¿verdad? El príncipe sonó duro haciendo temblar al omega. El ciego no sabía la necesidad que tenía el alfa de terminar la puta charla y pasar a la puta verdadera.

Pero habló reuniendo todas sus fuerzas.

"...Puta..."

Jungkook miró el rostro del omega cada vez más pálido.

"¿Puta?" preguntó levantando una ceja.

"Por favor, no me llames puta". Jungkook sintió una punzada en su corazón al mirar al omega. Parecía tan indefenso y si fuera otra persona, el príncipe le preguntaría: "¿No eres ya uno de ellos vendiendo tu cuerpo?" pero con Jimin... sabía que él era quien obligaba al omega, el omega también era virgen. No era alguien que abriera las piernas para recibir p.o.l.l.a.s. El príncipe lo sabía.

"De acuerdo. Anotado." Respiró hondo, alejando su cuerpo de la cama y metiendo la mano en los bolsillos de su pantalón deportivo.

"Continuando, tres. Puedes usar lo que quieras en el palacio, ir a cualquier parte pero no solo. Lleva a alguien más contigo, el asistente Jung o la criada Yoonha o alguien de confianza. No queremos que te quedes solo, ¿verdad? Asegúrate de llevar tu móvil contigo. Dondequiera que estés y cuando te llame, tienes que estar aquí en tu cama en 10 minutos". Temblando y tratando de controlar sus escalofríos bajo la orden, Jimin murmuró un "sí, alteza". La sensación de que el príncipe quería f.o.l.l.á.r.s.e.l.o en cualquier momento que quisiera lo asustó.

"Cuatro y último por ahora. Tu palabra de seguridad". ¿El último? Eso hizo que el omega rodeara su cuerpo dándose cuenta de que su virginidad se perdería en cualquier segundo. Además, una palabra de seguridad... significa que el príncipe puede llegar tan lejos como quiera. ¿Bien? Estaba asustado, muy asustado. Jimin no sentía nada por el príncipe, no confiaba en él y, por supuesto, estaba asustado.

"Usaremos luces de colores". ¿Se dió cuenta el príncipe de que mencionar colores sería difícil para el omega ciego? "Verde para seguir, amarillo para hacer una pausa o reducir la velocidad y rojo para detener. ¿De acuerdo?" Los oídos de Jimin ardían y aún así respondió. Si fuera demasiado, realmente podría usarlos, ¿verdad? El príncipe será un caballero como prometió ¿verdad?

"¿Cualquier solicitud?" Cuando el príncipe preguntó, Jimin deseó poder preguntar si podía revertir todo, pero sabía que era ridículo. Entonces preguntó qué era lo que más necesitaba y lo que más le asustó.

"¿Puede- su alteza... por favor- ser amable... con mi... um... primera vez?" El omega quería llorar. ¿Qué tan patético fue eso? ¿Tener que rogarle a alguien que vaya despacio?

Jungkook se tomó un tiempo mirando al omega. No quería ir lento. Estaba tan desesperado y ahora, cuando finalmente tuvo la oportunidad después de perderse unas diez veces del sexo en las últimas semanas, el omega le pedía que fuera despacio. Al príncipe siempre le gustó lo rudo, rápido y salvaje. Vendarle los ojos a su compañero y aplastarlo bajo su peso. Pero respiró hondo y miró a la belleza ciega. Sólo una vez... una vez.

"Bien."

Hubo un silencio por un momento, solo se escuchaban sus respiraciones. Jimin hizo todo lo posible por no pensar más porque cuanto más pensaba, más ansioso se ponía. Se mordió el labio tratando de controlar su nerviosismo. Todo estará bien. Estarás bien.

"Ahora son las 10 de la noche. Yo... enviaré tu cena".  ¿Se perdió la cena? Por supuesto, ¿Quién cena tan tarde? ¿Iba a ser castigado? Pregúntale Jimin.

"Um... su alteza. ¿Hay un horario aquí que tengo que seguir? El príncipe casi se rió entre dientes al ver cómo el omega tropezó con sus palabras.

"No. Sin horarios ni reglas. No eres un prisionero aquí". Sí claro. De acuerdo. Jimin puede entenderlo. Y nuevamente cuando el príncipe habló sobre la cena, Jimin pensó si estaría libre para pasar la noche. ¿No se lo iban a llevar? Entonces... ¿fue porque es el primer día? No lo sabía y ni siquiera podía preguntar.

La cena llegó en unos minutos y fue dispuesta en la mesa de trabajo en la esquina izquierda. Los trabajadores se marcharon después de arreglarlo con agua, pañuelos y todo lo que necesitaba, dejándolo a él y al príncipe solos nuevamente. Sí, el alfa todavía estaba allí. Cuando el omega se sentó en la silla alta oliendo tanta comida en la mesa, todavía sentía que el lado izquierdo de su cara ardía. Años de ser ciego podía sentir cuando alguien lo miraba y la mirada del príncipe era algo más. Era más intenso lo que podía sentir, aburriendo todo su cuerpo.

Ni siquiera podía pensar qué era la comida, ni siquiera podía comer mucho. La comida era como el cielo, sí, muy deliciosa y se derretía en su boca, pero como el príncipe no quitaba los ojos del omega ni por un momento, no podía comer. No. De ninguna manera podría comer.

Él era el que estaba siendo devorado.

Sabía que vendría. Con el ojo del príncipe f.o.l.l.á.n.d.o.l.o todo el tiempo, sabía que estaba a sólo un suspiro de distancia. Cuando le quitaron el resto de la comida y Yoonha lo ayudó a cepillarse los dientes y tener un minuto para lavarse la cara, estaba temblando como la fama de una lámpara vieja abierta al viento.

Escuchó que la puerta principal de su dormitorio se cerraba cuando salió solo al baño, Yoonha se fue hace un tiempo dejándolo solo en el baño. El omega pensó si el príncipe salía de la habitación. El olor persistente a vino tinto no le ayudó a comprender si era por la presencia del príncipe antes o si todavía estaba aquí. Cuando Jimin se lamió los labios dando pequeños pasos en el suelo, con la suave alfombra bajo sus pies indicándole que se estaba acercando a la cama, se sobresaltó con la familiar voz profunda.

"Ven aquí Jimin."

El aliento de Jimin se atascó en su garganta haciéndolo congelarse en el acto. Escuchar su nombre pronunciado nada menos que por el príncipe heredero le hizo sentir nuevamente débiles en sus rodillas, fue como la forma en que reaccionó su cuerpo cuando sintió el olor a vino tinto por primera vez. Estuvo allí de pie hasta que sintió una mano fuerte que lentamente tomó su mano y lo empujó hacia su frente.