Bad for business- Coriolanus Snow

9

Lindsay estaba durmiendo con la cabeza apoyada en la camilla de hospital.

Luego del bombardeo de la arena y que Lucy rescatará a Coriolanus ella lo llevo hasta las ambulancias que había afuera y se ha quedado con el desde entonces.

En el cuarto también estaban Tigris y la abuelatriz.

Se llevaba muy bien con la abuela de ellos. La adoraba.

Coriolanus se despertó y la vio durmiendo en esa forma tan incomoda que le lleno de ternura.

La abuelatriz y Tigris lo había visto despertar pero el estaba con la vista fija en la castaña así que las dos mujeres de su familia decidieron ver que iba a hacer.

Coryo apoyó una mano suavemente en su cabeza y comenzó a acariciarla. Lindsay giró la cabeza dejándo que Coriolanus pudiera verle la cara mientras dormía y en su rostro se dibujó una sonrisa enorme.

Hasta que de pronto salta del lugar asustada.

- Oh Dios mío, me asustaste. No sabía que me estaba tocando - pero tan pronto como se asusto se recompuso - hola - lo saluda tiernamente - nos tenías preocupadas.

Y es ahí cuando dirige una mirada a su familia que lo veían enternecidas.

- No sabía que estaban ahí - el sueltan con vergüenza.

- No queríamos interrumpir - le dijo abuelatriz.

Si en vez de Lindsay hubiera estado Lucy a la abuelatriz no le hubiera gustado para nada.

- ¿Qué pasó? - estaba desorientado con lo que había pasado.

- Rebeldes - Tigris le comenta las noticias. Lindsay mira hacia otro lado cuando Coriolanus la observa después de la palabra rebelde.

Ella no era una ni nunca lo sería pero que simpatice por su causa no le agradaba a Coriolanus.

- ¿Hay alguien lastimado? - Coriolanus pregunta y Linny se secó una lagrima que le corría por las mejillas - ¿Qué pasa, cariño?

- Hay mentores y tributos muertos - le responde Tigris.

Le dan el informe de quién vive y quien muere.

- Lucy Gray me salvó - miró a las tres y la castaña aparta la mirada.

- No, Coriolanus. Te salvó Lindsay - le decía la abuelatriz incapaz de creer que alguien de un distrito era más que un animal.

- Pero... pero - quiso refutar pero Linny lo cortó.

- Ya intenté hacerla entender, no quiere aceptarlo.

Coryo suspira y frunce el seño, ya conocía a su abuela y lo mejor era cambiar de tema.

- Las entrevistas son hoy, deberíamos estar allá.

Coriolanus mira exasperado a Linny sin entender que hacia ahí con el.

- Yo no pienso ir a ningún lado - le respondió brusca y el chico no entendía porqué pero se lo dejó pasar.

Coriolanus no sabía de los celos que sentía la castaña hacia su tributo. No iba a ir a las entrevistas solo para verla a ella ni aunque se lo pida el.

- Deben estar por empezar de todas formas - Tigris sabía de sus celos y por eso desvió la conversación.

Apenas terminó la oración Coryo prendió la televisión y ahí estaba, parada con una guitarra.

Lindsay lo miró sin entender cuando o cómo consiguió el instrumento pero se acordó de Plurius y todo tuvo sentido.

Lucy Gray se empezó a presentar y con eso Coriolanus se empezó a acercar al aparato, junto a el iban Tigris y abueltriz.

Lindsay se quedo sentada en la silla que estaba.

Toda esta situación la frustraba.

Comenzó a cantar y verdaderamente tenía una voz increíble. Estaba dejando hipnotizados a todos excepto a Linny que ella estaban mirando la reacción de Coryo.

El comenzó a percatarse de la hipnotización de todos y miró a los lados. Todos estaban iguales, congelados e impresionados por su talento y ahí se dio cuenta que podían ganar. El solo tenía que dar un empujoncito.

Su vista se clavó en Lindsay, ella no miraba a la tele. Lo miraba a él.

En sus ojos veía una mezcla de tristeza y otro sentimiento que no lograba descifrar.

Ella trató de disimularlo pero el la conocía demasiado bien.

Ninguno de los dos dijo nada después de eso.

Tigris y abuelatriz se fueron.

Lindsay se quedo para estar con el.

- Tengo que contarte qué pasó hoy con Clemencia, Lindsay - que le dijiera su nombre y no su apodo la asusataba.

- Puedes contarme lo que sea Coryo - el se sentó en la cama y la miró seriamente.

Se lo contó con todos los detalles, como la doctora Gaul los había engañado, como desde el principio sabía que solo el la había escrito y que su amiga no tenía nada que ver con sus ideas. Como la obligo y lo obligo a meter el brazo en un tanque repleto de serpientes y que a su compañera la mordieron haciendo que supurara pus de varios colores. La habían atendido de inmediato pero estaba seguro que eso tendría repercusiones y otra cosa era segura, Gaul era peligrosa.

- Oh, Coryo - la castaña sacó un pañuelo del bolsillo, un pañuelo bordado con sus iniciales LZ y le secó una lagrima que amenazaba salir - hay que estar lo más lejos posible de esa mujer - Coryo agarro el pañuelo y se lo guardo en el bolsillo .

Ambos concordaron mantenerse perfil bajo a lo que ella respecte y siguieron su noche habalndo de cosas superficiales.

A las horas le dieron el alta. Ella ofreció llevarlo pero el no acepto, necesitaba un poco de aire para despejarse.

Ella lo dejó ir pero a Tony le dijo que fuera al zoológico. Conocía muy bien al rubio.

Tony estacionó el auto a varios metros de la puerta.

Lindsay observó y esperó hasta que el apreció.

Cuando lo hizo espero unos segundos, agradeció haberse puesto sus zapatos deportivos en este moento. Era lo único que no hacía sonido y así podía caminar sin que la escuchara.

Lo siguió hasta la jaula de monos donde ella se escondió.

Coriolanus llamo a Lucy Gray y ella fue a su llamado.

- Estaba muy preocupada. No sabía si te había pasado algo - Lucy le dice mientras se acerca a la reja.

Estaban demasiado cerca.

- Gracias a ti estoy bien, me salvaste.

- Tu amiga, la castaña también me ayudó - Lindsay sonríe cuando la tributo dice eso.

La conversación se empieza a desviar más a los juegos que empezarán mañana.

- Vas a ganar, Lucy Gray - la determinación en la voz de Coryo la asustaba - no importa lo que pase.

Coriolanus empezó a sacar algo de su bolsillo, algo que reconoció con la polvera de su madre.

El corazón de Lindsay cayo al suelo. Le está regalando algo muy importante.

- Pon tus polvos aquí, nadie va a saberlo - ella mira al costado y la otra chica también.

Ahí había un paquete de veneno para ratas en polvo.

Coriolanus estaba haciendo trampa, Lindsay sabía que era capaz de eso pero lo que vino a continuación no se lo esperaba.