Lindsay llegó e inmediatamente vió las carencias del distrito, era feo. Muy feo. Lo podía describir perfectamente con una palabra: Gris.
Coriolanus ese día estaba muy ansioso, se había corrido la voz que alguien del Capitolio venía a quedarse en el cuartel y el tenía el presentimiento que era ella, su chica.
Los agentes de paz la guiaron hacia el su cuarto y apenas dejó sus cosas en la cama la llevaron hasta donde estaba Sejanus.
- Oh, S - se acercó a la Carcel donde lo tenían.
El moreno al escuchar una voz familiar giró inmediatamente.
- Lindsay - estaba sorprendido - ¿qué haces aquí?
- Trabajo con la doctora Gaul y se enteró de lo que iba a pasar, yo lo escuché y le supliqué que me dejase venir - Lindsay toca la mano de Sejanus en modo de caricia - tus padres, ellos no lo saben.
- ¿Podrías decirle tú al regresar? Prefiero que se enteren de esa forma - la castaña asintió y el muchacho siguió habalndo - hice todo mal, Linn. No supe cómo hacer las cosas bien, lo lamento muchísimo.
- Sejanus, fuiste valiente. Siempre defendiste tus ideales y siempre te voy a recordar así. Vivimos en un mundo injusto y estoy orgullosa de haber sido tu amiga, no se encuentran muchas personas como tú en la vida - ambos estaban llorando juntos y sosteniendo la mano del otro - ¿recuerdas cuando... cuando Livia solía molestar a todos en la escuela y nadie se animaba a detenerla? Pero llegaste tu y lo hiciste, siempre fuiste así incluso desde niños.
- Sigue peleando por un mundo mejor, Lindsay. Pero hazlo mejor que yo, pelea desde dentro - Sejanus le susurró y ella se lo prometió en medio de un mar de lagrimas. Esperanzada de poder hacerlo pero insegura de lograrlo.
Pasaron más de 40 minutos hablando sobre recuerdos y un mundo idealista hasta que llegaron los agentes paz para indicarle que debía irse, los amigos se dieron un último abrazo y siguieron llorando.
Mientras los hombres la guiaban a su cuarto otra vez ella se cruzó con unos ojos conocidos.
Ignoró todo instinto que le decía que no se acercase, ese momento necesitaba un abrazo y a alguien que entienda su dolor y el era el único que podía hacerlo. Ambos sellaron el destino de Sejanus.
Coriolanus la había visto apenas había entrado al cuartel pero estaba decidiendo que debía hacer y fue demasiado tarde, ella ya se había ido con Sejanus. Una hora más tarde la ve salir y no pudo sacar sus ojos de ella.
Lindsay ignoro a los agentes de paz que la rodeaban y corrió hacia el, trataron de detenerla pero no pudieron.
Corrió hasta el y dio un pequeño salto para que el la abrazara y así lo hizo, la apretó fuertemente contra ella y le hizo gestos para que se fueron los demás agentes, por suerte eran los agentes que entraron con el y los podía llamar amigos, ellos entendieron y se retiraron.
Ella rompió en llanto y el trataba de consolarla pero también se había puesto a llorar. Estuvieron minutos abrazados hasta que se separaron y Coriolanus le tomó la cara entre sus manos, analizó su mirada y su cara. Ambos extrañaban muchísimo al otro.
- Tus rizos - Lindsay le tocó el pelo y soltó unas lagrimas - ya no están.
Le dedico una sonrisa triste. Las cosas estaban cambiando.
Se mantuvieron en silencio mirándose y analizándose uno al hmotro. Coriolanus encontró que había algo en Lindsay pero no sabía que era.
Luego de un rato la castaña asintió y el rubio supo leer su mirada. Le daba permiso para ir a visitarla más tarde y el asiento de igual manera.
Ella se limpió las lágrimas e hizo lo mismo con el. Se separaron y ella siguió su camino al cuarto y el hacia el comedor.
Lindsay no quería comer esa noche así que fue directo a acostarse. A la hora escucho como golpeaban su puerta y se levantó a abrir.
Coriolanus se metió al cuarto, nadie debía verlo.
Ambos se sentaron en la cama con las manos entrelazadas.
- ¿Solos malas personas? - fue lo primero que le preguntó Lindsay.
- Oh no, cariño - algo dentro de la chica se sintió completo al escuchar el apodo - solo... hicimos lo que teníamos que hacer. Esto iba a suceder en algún momento.
Lindsay no pudo contener más las lágrimas.
- Es que... Coryo... no me reconozco más, no era esta persona y tu no eras esa persona. Nunca, jamás, me traicionarías y lo haz hecho - su llanto cada vez era más fuerte.
- Linny - suspiró - estaba cegado por el poder, quería ganar a toda costa y te perdí. - el rubio se arrodilló frente a ella - por favor Lindsay, perdóname.
La castaña miró hacia otro lado.
- Coriolanus, si te voy a perdonar hay cosas que hay que cambiar.
El asiente y le asegura que hará todo lo que ella quiera.
La chica promete hacerle saber por carta porque en persona ya no se verán o muy difícilmente lo hagan después del día siguiente.
Mientras hablaban ambos se acercaron sin darse cuenta.
Lindsay dio el primer paso, cerró la distancia que los separaba.
Lo besó y ambos estaban famélicos por el otro.
- Una ultima vez antes de que me vaya - el no respondió simplemente comenzó a besar su cuello.
La chica suspiraba y disfrutaba cada vez más.
El rubio succionaba su cuello mientras pasaba su mano por el cuerpo de la morocha.
Hizo que ella se sentara a horcajadas sobre el mientras la agarraba de la cintura.
Ella tiraba su cabeza hacia atrás mientras frotaba sus partes más íntimas con las de el.
Coriolanus le sacó la remera que ella usaba dejando ver sus hermosos pechos. El se acercó y se llevó uno a su boca mientras ella se seguía moviendo.
La chica lo tiro hacia atrás obligándolo a que se acueste y ahora era ella que besaba su cuello. Lindsay lo besó tan fuerte que le dejó una gran marca morada a la vista.
Ella le sacó la remera y el pantalón mientras bajaba a agarrar su enorme miembro. Lo lamió y jugó con el hasta ponerlo en su boca donde hizo movimientos con su lengua mientras hacía que entrara y saliera de ella.
Coriolanus agarraba su cabeza, necesitando cada vez más y más de ella.
El rápidamente sacó su boca de esa zona y la beso, en un movimiento rápido la acostó. El también quería hacerla disfrutar.
La desnudó por completo y besó cada parte de su cuerpo. Jugó con su lengua en su punto más sensible mientras metía un par de dedos dentro de ella, desando que fuera su miembro y no sus dedos, ella no podía contenerse más y acabó en la boca del rubio.
- Te necesito - le dijo en un susurro y fue lo único que el necesitó para hacerlo.
Metía todo dentro de ella mientras Lindsay tiraba la cabeza hacia atrás del placer.
Siguió moviéndose, entrando y saliendo. Besándola y mordiéndola. Necesitándola entera.
Cuando sintió que sus paredes se apretaban fue más rápido y el empezó a tensarse.
Miró a Lindsay y ella estaba soltando lágrimas. El se las seco sabiendo lo que ella sentía.
Lindsay lo había extrañado y lo seguiría extrañando toda la vida. Lo amaba y no podía imaginar una vida sin el.
Ahora los unirían dos cosas para siempre, su culpa por Sejanus y algo que todavía ninguno de los dos había descubierto.
Coriolanus se movía más y más rápido hasta que juntos llegaron al orgasmo. El la abrazo y quedaron así unos minutos, regulando su respiración y deseando que ese momento durara toda la vida.
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Bad for business- Coriolanus Snow
FanfictionLindsay Zital es hija de un empresario muy reconocido en el Capitolio, Oliver Zital, durante los días oscuros su riqueza no se vio afectada por lo cual era una de las familias más poderosas de Panem. Oliver Zital era muy buen amigo de Crassus Snow h...