Capítulo 49

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Capítulo 49: Hormonas.

Sólo han transcurrido un par de días desde que el Equipo Siete obtuvo su primera misión fuera de la aldea: acompañar a un constructor de puentes hasta el País de las Olas.

Sasuke se había mantenido a raya, si bien insinuó y señaló un par de cosas que estaban mal, no fue suficiente para intervenir en la línea original. Pues ese evento era inevitable, él necesita una excusa para poder mostrar su sharingan frente a los demás y también un buen empujón para Naruto, Sakura y Kakashi.

Él evitó pensar en Zabuza y ese muchacho llamado Haku y la inminente muerte que no quiere evitar. Después de todo, esos dos son criminales sin importar que tan buenos sean.

Eso lo dejó con la cabeza vacía, intentaba concentrarse en los ejercicios que Kakashi les había impuesto, pero eran demasiado fáciles. No se jactó, porque a diferencia de él, Sakura lo había logrado con verdadera facilidad. Y no él que tuvo que humillarse frente a Itachi y Shisui en el pasado. Pasado que... Bueno, no salió bien. Tener la cabeza vacía le hacía cuestionarse muchas cosas que suele evitar pensar, y es así como terminó pensando en cierto Nara.

Esa noche, Sasuke se removió en la cama, con las cejas ligeramente fruncidas y sin emitir ningún ruido más allá de una respiración un poco irregular. En sus sueños, las tonalidades rosas y rojas fueron sumamente agradables, pero a su vez tediosas. No había nada que él odiara más que el calor, y en sus sueños la habitación era pequeña y caliente que sintió asfixia. Ese embriagador olor a miel que hizo que se le secara la boca y mirara con ojos temblorosos la escena frente a él, y tragara seco. Se produjo un estallido de luz naranja y Sasuke se despertó, temblando y empapado en sudor.

Se llevó una mano temblorosa hacia el pecho, con los ojos muy abiertos y el cuerpo tenso.

Joder... Él pensó, sintiendo que el calor subía hasta sus mejillas. ¿En qué estoy pensando?

Se dio la vuelta y intentó volverse a dormir, pero su corazón se removió con fuertes latidos de emoción y miedo. Él miró a Sakura y Naruto dormidos un poco más allá, cada uno en sus propios futones. Pero no vio a Kakashi.

¿Dónde está? Se preguntó a sí mismo con una pizca silenciosa de curiosidad. Entonces, él se sentó con cuidado y trató de salir de la manta, pero se detuvo cuando sintió algo vergonzoso.

¿Por qué tiene que pasarme esto a mi? Justo cuando no está en casa y duerme en la misma habitación que otros, con un ninja que puede escucharlo desde donde sea que esté. Sasuke se quejó, tapándose la mitad del rostro por el profundo remordimiento que inundó su piel tras ver el bulto en sus pantalones. ¡Maldición!

Tras varios intentos de calmarse, Sasuke se aseguró de calmar primero su mente y luego las reacciones de su cuerpo. Salió de la cama y se cambió la pijama por su traje habitual y sus cosas ninjas. Se dirigió hacia la puerta y salió.

—Todavía es noche— dijo una voz a unos metros de él y Sasuke resistió el impulso de saltar lejos. Kakashi está afuera, sentando en el borde de un muro con una postura muy tranquila y el Icha Icha Paradise en sus manos.

—Ya dormí lo suficiente— él respondió en voz baja. Su voz sonó ronca y rasposa, con la de alguien que necesita urgentemente tomar algo de agua. —No iré muy lejos— le avisó.

Con eso, Sasuke se fue y desapareció dentro del espeso bosque en el que han estado entrenando durante los últimos días. Se subió a un árbol y dejó un clon. Él era consciente de que no podía engañar a Kakashi, aún no, pero nunca estaba demás en señuelo bondadoso.

Se adentró aún más en el bosque y se detuvo en la rama de un árbol, recostándose con un suspiro agotado. Recordó su sueño y se sintió nuevamente con esa presión en el estómago.

Llévame contigo Hashirama Pensó con desesperación y dramatismo. Pero es que, ese sueño, lo había dejado colgado de una cuerda floja. ¿Por qué me afecta tanto un sueño? Y en el fondo, Sasuke sabe la razón, pero no quiere verlo. Si lo acepta, comenzará a ser lo que él no quiere ser. Sin embargo, con el pasar de los minutos, le fue imposible controlar su cuerpo.

¿Qué haces, Sasuke? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora