Capítulo 58

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Capítulo 58: Rarezas.

A las cinco de la mañana cuando Kakashi apareció en su puerta, Sasuke apenas pudo seguir las palabras del hombre. Este invadió la casa a pesar de las amenazas de Sasuke por presentar una demanda por allanamiento de morada, cosa que el hombre no comprendió.

Lo siguió a la cocina, envuelto en la manta mientras lo veía hacer el desayuno. Extraño, pensó. Pero debe haber una razón. Y no se negó a la idea de que Kakashi le hiciera algo de comer.

Siempre y cuando estuviera bueno.

—¿Quieres sellar el sharingan?—preguntó Sasuke confundido y adormilado—. ¿Por qué?

—Consume demasiado chakra.

Sasuke frunció el entrecejo, con la cabeza echada contra la mesa de la cocina, la manta alrededor de la cabeza y los hombros; se removió y se hizo pequeño contra la mesa.

Lo que Sasuke menos esperaba para ese día fue que Kakashi apareciera de repente preguntando sobre el sello de clan Uchiha.

Se preguntó quién le había hablado de dicha técnica. El nombre de Obito flotó en su mente de forma momentánea antes de alejar ese pensamiento. No había forma de que Obito dejara escapar esa información así como así frente a Kakashi, porque este no necesitaba saberlo. Y fue principalmente por el sharingan que Kakashi tampoco pudo saberlo de otros miembros del clan que exigían que el ojo fuera devuelto. Tal vez Shisui o Itachi, tiene entendido que los tres llegaron a conocerse.

—Lamento informarte que la oportunidad de trabajar para obtener una gran cantidad de chakra es en la adolescencia, pelos de escoba—murmuró Sasuke—. Debiste hacerlo antes.

—Lo sé— Kakashi se rió entre dientes—. Sé que debí hacerlo. Pero esa no es mi intención.

Sasuke levantó ambas cejas mientras abría los ojos y miraba a Kakashi con ojos caídos pero interesados. Neptuno entró maullando, moviendo la cola mientras se enrollaba en las piernas de Sasuke, y Kakashi alzó una ceja.

—¿Y este es...?—quiso saber Kakashi.

—Neptuno—respondió Sasuke, siguiendo los movimientos del hombre mientras dejaba frente a él un plato huevos con tocino que despertó su hambre—. Entonces, ¿qué decías?

Kakashi se sentó del otro lado de la mesa, frente a Sasuke pero con el cuerpo inclinado hacia otro lado, dándole privacidad para comer.

—Err... Pensé en enseñarte un par de cosas y aprovechar para indagar un poco acerca de lo que sucedió el otro día—explicó Kakashi de forma indolente—. ¿Cómo estás? ¿Mucho mejor?

Sasuke se tensó, incómodo mientras comía con lentitud. El asunto de Gaara. Aunque los demás no saben quién es este tal Gaara. Sasuke no se detuvo a preguntar el nombre como en el canon.

Le ponía mal del estómago pensar en eso.

En las últimas palabras del intercambio.

De repente su ánimo había caído y tuvo fiebre por un par de horas. Yoshino insistió en hablar con Kakashi o visitar el hospital. Y Sasuke eligió contarle a Kakashi con tal de no tener que realizar la segunda opción, y así funcionó.

—Sí... Yoshino vendrá hoy con Shikamaru, creo. Para revisar la herida—respondió con desgana.

Kakashi no comentó nada.

Sasuke se encontró deseando que lo hiciera.

Comió en silencio, pensando en lo mal que había dormido. Estuvo dando muchas vueltas en la cama por lo visto, fue un desastre. Mas no pudo recordar con qué estuvo soñando.

—Eh, Sasuke—dijo Kakashi de repente, como si hubiera recién recordado algo. Pero luego dudó y bajó la mirada—... No es nada. Come.

Sasuke parpadeó, tratando de no sentirse frustrado ante lo que sea que haya sido eso.

—Bueno, no. Insisto, ¿qué ibas a decir?

Kakashi tardó en responder, pero lo hizo.

—¿Tienes algún guardia o escolta siguiéndote?

—La única vez que el Hogake considero que yo estaba en peligro fue con Itachi apareciendo por aquí y por allá...—respondió Sasuke, encogiéndose de hombros—. Tampoco lo he solicitado. Nadie viene por aquí. ¿Por qué?

—Bueno, la seguridad de un niño que vive solo en un antiguo clan a las afueras de la aldea no debería tomarse a la ligera— Kakashi frunció las cejas, dando un golpecito en la mesa con la punta de los dedos y súbitamente se alegró—. Bueno, voy a conseguirte un escolta. Que sean varios, ¿qué tal? Soy un buen maestro, ¿no?

Sasuke entrecerró los ojos con sospecha.

—¿Te estás haciendo el chistoso?

Kakashi comenzó a reír entre pausas, de una manera casi robótica. Sasuke pudo distinguir los matices nerviosos de la risa, pero antes de que pudiera indagar, escuchó golpes en la puerta. Rápidamente se comió el desayuno y corrió a lavarse muy bien las manos mientras Kakashi abría la puerta. Pudo escuchar la voz sorprendida de Yoshino y la de Shikamaru.

No habia forma de que el día fuera más extraño de lo que ya era, ¿verdad...?

Sí lo fue.

Cuando Shikamaru entró dando tumbos y lo agarró del cuello, Sasuke pegó un grito al cielo para nada varonil mientras lo arrastraba fuera de la cocina hacia su habitación.

—¿Qué es eso del 'entrenamiento con Sasuke-kun' de lo que Ino y Sakura andan alardeando?—cuestionó el Nara tan pronto como hubo cerrado la puerta del dormitorio.

Sasuke se encontró imitando la risa robótica de Kakashi mientras retrocedía hasta estar del otro lado de la cama. Pensando en saludar y desviar el tema de la conversación, se aclaró la garganta, pero fue traicionado por su propia boca: —¿Una ingeniosa forma que se me ocurrió para que las dos puedan volver a ser amigas?

La respuesta dudosa enunciada con voz entrecortada mientras el azabache se escondía, desde la perspectiva de Shikamaru, ridículamente detrás de una almohada lo hizo resoplar y poner los ojos en blanco.

—No hay forma de que esas dos puedan ser amigas nuevamente—dijo Shikamaru con ironía—. En especial porque tienes la culpa.

—¿Yo?—Inquirió Sasuke, ofendido.

—Indirectamente hablando—continuó el Nara—. Mira, no conozco muy bien el asunto. Pero creo que es más delicado que solo una pelea infantil de rivales amorosos. Sin embargo, no cabe duda de que eres la excusa perfecta para que se griten y te zarandeen de un lado a otro. Por lo que no me parece bien ponerlas en el mismo lugar con la manzana de la discordia entre ellas, solas.

Sasuke abrió y cerró la palabra sin palabras para argüir contra el argumento. Parpadeó con incredulidad mientras la intensa mirada de Shikamaru permaneció firme y sin vacilar.

—B... bueno—inició Sasuke teniendo que volver a aclararse la voz—, ese un punto muy válido. ¿Qué tal si me acompañas, entonces?

Shikamaru parpadeó, relajándose y sonrió.

—Perfecto.

Sasuke tuvo la impresión de que había caído en una especie de trampa sin darse cuenta.

¡Convoco una votación!

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¿Qué haces, Sasuke? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora