¿Qué haces, Sasuke?

Capítulo 46

Capítulo 46: Efecto Naruto.

Hay algunas cosas que, como hermano menor, no quieres saber sobre tus hermanos mayores.

Kakashi se aclaró la garganta.

—Bueno... eso fue interesante.—fue lo que comentó, los miró a los tres y por último a Sakura, la más emocionada y radiante de todos.

—Ya Naruto— dijo la niña, cruzándose de brazos. El rubio la miró con lágrimas. —Deja de llorar, te volverán a crecer en un mes. Además, eso fue porque te estuviste moviendo demasiado.

—¡Un mes!— chilló Naruto, en pánico.

Sasuke miró hacia otro lado, poniéndose rojo.

¿Por cuánto tiempo más tendría que evitar reírse? Él miró a Naruto, pero apartó la mirada tan pronto como vio a lo que Sakura se refería. Por otro lado, se le escapó un poco de aire cuando vio a Kakashi, y se cubrió la boca con la mano para evitar soltar una carcajada.

Kakashi se volvió a aclarar la garganta, sonando ligeramente molesto por lo obvio que era Sasuke, pero él no podía tomarse en serio tal amenaza cuando el pelo canoso del ninja ahora brillaba en un bonito tono verde... neón.

Terminó por soltarlo todo cuando Naruto se dio la vuelta y vio el enorme hueco en la parte trasera de la cabeza. Sakura abrió mucho los ojos y lució nerviosa cuando el rubio se volteó con una mirada confundida.

—T-tu cabello... quedó eh... ¡excelente!

Sasuke se apoyó en el hombro de la chica, mientras intentaba recuperar la respiración.

—Te ves increíble, deberías enseñarle a Hinata tu nuevo estilo— él le dio un pulgar arriba.

—Sasuke—le advirtió Kakashi.

—Bueno, eso fue todo— Sasuke se enderezó y se sacudió las manos. Él miró a Sakura por unos segundos y le dio una palmadita en la cabeza. —... Fue una experiencia agradable.

Miró a Kakashi, ignorando la interrogante ceja alzada del mayor, y le dio un asentimiento antes de irse en la dirección del parque. No fue hasta que estuvo lo suficientemente lejos que se puso a observar su propia apariencia.

«Era un chico muy agradable y educado, la señorita Izumi también. Aún me sorprende que las mismas manos que solía cuidar aquí, fueron las que terminaron con todo un clan...»

—¿Eso es esmalte de uñas?

—Efectivamente—le respondió, alzando la mirada y sonriendo a Shikamaru. Soltó una de sus manos de las cadenas del columpio y le mostró la pintura. —Sakura nos llevó a un salón de belleza. Jamás había tenido las manos tan suaves.

La mirada de Shikamaru se detuvo por unos segundos en la punta de sus dedos y luego procedió a sentarse en el otro columpio.

—Estás siendo vanidoso, de nuevo—le señaló.

—¿Cómo no serlo con el rostro que tengo?

Un pequeño tic apareció en la ceja del Nara, seguido de mirada en blanco. —Lo que te hace falta es un poco de humildad y sentido común.

—Esta cara me da el derecho de ser tan pretencioso y arrogante como quiera—se jactó con una sonrisa. Sus ojos notaron el pequeño rubor en las mejillas del otro niño, aunque no fue hasta que el mismo Nara lo empujó.

—¿Y por qué de color negro?

—Porque soy un ser oscuro.

A pesar de seriedad en su rostro, su sonrisa y tono de voz lo delataron. El intercambio era tan ridículo, no era propio de él, pero por alguna razón tuvo un efecto similar a lo que Sasuke había previsto. El efecto Naruto, hacer el ridículo frente a una persona que... —Olvida eso, olvídalo— se apresuró a decir Sasuke cuando recordó el efecto de la torpeza de Naruto en Hinata.