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MALA PERSONA?

En el refinado vocabulario de Minhyuk no existía nada peor que <<mala persona>>, pero si por mí hubiese sido, los calificativos habrían variado desde <<imbécil>> hasta <<idiota>>, tirando por lo bajo y siendo amable.

Ni siquiera nos echaron en cara el hecho de que les estuviésemos espiando, tanto Hyolyn como Hyunwoo estaban totalmente fuera de juego, especialmente éste último, que permanecía sentado en el almohadón de la consulta, con los ojos clavados en Minhyuk.

—¡Y pensar que yo siempre te he defendido! ¡Incluso después de que Kihyun y tú rompieran! —prosiguió mi amigo. Le estiré del brazo, con la

intención de que parase, pero fue inútil—. ¿Sabes? ¡Eres como todos los demás! ¡Despreciable!

Vaya, ese adjetivo era nuevo. Y sonaba bastante bien. Se lo tenía merecido.

—Vale, chicos, no sé qué está ocurriendo aquí —intervino Hyolyn—, pero vamos a calmarnos. Ahora, todos a la vez, cerrad los ojos. Inspirad hondo y soltar el aire despacito... ¿notáis cómo el cuerpo se va relajando?

No, principalmente porque solo ella estaba realizando aquel ejercicio místico. Nosotros tres continuábamos mirándonos en silencio. Por suerte, la respiración de Minhyuk había dejado de ser tan sonora y ya no parecía que estuviese a punto de sufrir un infarto.

Cuando Hyolyn se dio cuenta de que no seguíamos sus indicaciones, frunció el ceño, pero guardó silencio en cuanto advirtió que Hyunwoo se levantaba y caminaba despacio hacia mi amiga. Él suspiró hondo, sin dejar de mirarlao fijamente a los ojos.

—Lo siento, ¿vale? Lo siento de verdad —se disculpó. Y era un poco raro, porque sonaba sincero—. No sabía que estaban... espiándonos. Pero, de todos modos, no debería haber dicho todo eso.

Minhyuk tenía los ojos acuosos. Me contuve por no abrazarlo, permitiendo que ambos aclarasen la situación.

—No sé qué decir —susurró el.

—Un <<te perdono>> me bastaría —la instó Hyunwoo, mostrándole su sonrisa más encantadora. Ahg, era odioso. Aunque, por otra parte, estaba tan guapo cuando se le marcaban los hoyuelos... no, no. Sacudí la cabeza, esforzándome por ignorar el efecto que su presencia física causaba en mí.

—Acepto tus disculpas —accedió Minhyuk con cierta distinción, como si fuese la Primera Dama—. Pero necesitaré tiempo para perdonarte. Sin más preámbulos, e ignorando la confusa mirada de Hyunwoo, pasó por, su lado y entró en la consulta de Hyolyn. Cuando Hyunwoo clavó sus ojos en mí, me encogí de hombros y, acto seguido, imité los pasos de mi amigo.

—Oye, espera. Si has aceptado mis disculpas eso significa que me perdonas —insistió Hyunwoo—. No puedes coger mis disculpas para utilizarlas, no sé, en cualquier otro momento que te plazca.

—Sí puedo —se empecinó Minhyuk —. Y de hecho, como puedo, lo estoy haciendo. Ya tengo tus disculpas. Te avisaré cuando decida perdonarte.

Hyunwoo puso los ojos en blanco.

—No tenía previsto hacer hoy una consulta grupal —comentó Hyolyn, mirándonos a ambos.

—Ni yo que me espiasen —añadió Hyunwoo con ironía.

—Pero podemos quedarnos, ¿verdad? —preguntó Minhyuk —. ¡Tenemos un problema grandísimo de vida o muerte! —miró a su alrededor—. ¿Dónde están las sillas?

—En ningún lugar —contestó Hyunwoo, disfrutando del momento. Sabía que, para Minhyuk, aquello sería un golpe muy duro—. ¡Toma tu silla! — agregó, segundos antes de lanzarle un almohadón azul que terminó golpeando a mi amigo en el pecho.

Otra vez tú _Adaptación -ShowkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora