Luego, caminó fuera del lugar, el extraño encuentro le dejó instalada una sensación extraña, pero no tenía la certeza si era haber conocido a la chica, o si era la extraña desaparición de su esposa, estaban celebrando juntas el nuevo curso que su unión tomaba, pero de repente ya no estaba a su lado, no quería apresurarse a tener pensamiento fuera de lugar, pero cada vez su cabeza pareciera hacer eco esos pensamientos, haciendo que en su corazón se filtrara esa posibilidad.
El temblor de su cuerpo fue instantáneo al salir fuera de la calidez del palacio, las flores plantadas en el jardín danzaban al compás de la melodía del viento, creando un ambiente tenso y frívolo, el viento susurraba a su oídos palabras incomprensibles, pero al filtrarse en su mente las comprendía, el viento le gritaba que regresara a la calidez y confort del palacio, pero, aquella imaginaria advertencia sólo era un impulso más.
Bajo la luz plateada de la luna, el jardín del palacio se convertía en un escenario de sombras y secretos. Se movía con cautela entre los setos y las estatuas, como un espectro en busca de respuestas.
Su corazón latía con fuerza cuando alcanzó una fuente donde las rosas blancas perfumaban el aire. Desde aquel escondite, observó la escena que nunca habría imaginado presenciar. La princesa, estaba allí, bajo la luz de la luna, junto a una mujer que no alcanzaba a divisar.
Aunque no era necesario observar con claridad aquel rostro, pues sabía a la perfección de quien se trataba.
Las palabras que intercambiaban llegaban a ella como una daga, pero el tono de complicidad no podía pasar desapercibido.
Pero, ¿por qué se sorprendía?, si la historia que creyó concluida nunca lo estuvo, simplemente tuvo una pausa, una pausa que no duró mucho.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, y su vestido temblaba en la brisa nocturna como un testigo mudo de su angustia. ¿Cómo podía haber sido tan ingenua?, su cuento de hadas ahora parecía un laberinto de engaños y desilusiones, pero, ¿realmente alguna vez no lo estuvo?
Se cuestionaba si debía enfrentar la verdad o si era mejor regresar y encerrar la amarga realidad en el rincón más oscuro de su corazón.
Decidida a ocultar su dolor detrás de la máscara de la realeza, retrocedió en silencio, dejando que la oscuridad abrazara su figura desgarrada. Así comenzó todo, con Jennie observando desde las sombras el comienzo del fin.
La escena en la que comenzaba el punto de partida del fin.
Las palabras dichas por su propia esposa, comenzaban a cobrar otro sentido. ¿Que pretendía al decir eso como si lo sintiera realmente?, ahora lo sabía, más que mentiras, aquella palabras eran única y sencillamente una sola cosa.
Manipulación.
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E
n un rincón apartado, fuera del foco principal de la celebración, se encontraba la pelinegra, buscando con la mirada a su amiga, desde su llegada no había podido ni tan solo acercarse a su amiga, cuanto lo intentaba una orda se le acercaba, quería tan solo acercarse y felicitar a su amiga y poder irse, no se sentía cómoda estando en un lugar tan...ostentoso, en un lugar que no tenía cabida.
