Capítulo 22

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Los días, antes grises y desapegados, ahora se teñían de una extraña calidez. Su esposa, que rara vez mostraba interés o preocupación, se encontraba de repente más atenta. Se ofrecía para hacer llevarle las comidas, le ayudaba a hacer cosas que por su estado no podía hacer, lo extraño era, que para eso se le había asignado un grupo de doncellas, de la misma manera preguntaba sobre su día y le proporcionaba pequeños gestos de cariño.

Sin embargo, no podía evitar cuestionarse este repentino cambio. ¿Acaso su esposa finalmente había despertado a la realidad de la importancia de su relación? ¿O era simplemente una respuesta condicionada a la del bebé que esperaban?

Con cautela, aceptaba las atenciones de Lisa, aunque una sombra de duda se aferraba a su corazón. La semilla de la sospecha crecía mientras ella preparaba una taza de té caliente y le ofrecía masajes en los pies cansados.

—Solo quiero asegurarme de que estés bien  —murmuró la pelinegra, su mirada fija en el vientre de Jennie.

Sin embargo, la castaña no podía evitar preguntarse si ese cambio se dirigía a ella o al pequeño ser que llevaba dentro.

Jugueteaba con la cucharita en su taza de café, observando el vapor danzar en el aire antes de romper el silencio

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Jugueteaba con la cucharita en su taza de café, observando el vapor danzar en el aire antes de romper el silencio. La inesperada visita de sus suegros las había tomado por sorpresa, su suegra y reina, había llegado a su habitación, y sin poder dar una excusa, ahora estaba en la terraza tomando té con la mujer.

—¿Has notado algo diferente en Lisa últimamente? —preguntó la reina, su mirada buscando la mirada de su nuera.

La castaña frunció el ceño, tratando de descifrar el significado detrás de la pregunta. 

—Bueno, ha estado bastante centrada en el trabajo últimamente, pero eso no es algo nuevo —suspiró, buscando las palabras adecuadas y no decir algo que pudiera delatar su inseguridad—. Pero, no es el trabajo. Es como si... como si de repente se preocupara más por mí. Está más atenta, más cariñosa. No estoy segura de qué pensar al respecto, suegra —confesó, sintiendo una sensación de alivio al poder decirlo.

La reina dejó la cucharita sobre el platillo y tomó la mano de la castaña con ternura. 

—Quizás está dándose cuenta de lo afortunada que es al tenerte a su lado. Tal vez finalmente se da cuenta de lo que tiene —la reina parecía afirmar tal cosa, ¿pero realmente eso era así como lo decía la mujer?

Jennie sonrió con nostalgia. 

—O tal vez es solo una fase. La gente cambia por un tiempo y luego todo vuelve a ser como antes —la mujer acarició su mano con suavidad, negando con suavidad. 

—Lo importante es disfrutar del presente, Jennie. Apreciar los pequeños momentos de felicidad, sin preocuparnos demasiado por el futuro.

 Apreciar los pequeños momentos de felicidad, sin preocuparnos demasiado por el futuro

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