Capítulo 1

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Elisa escuchaba y no podía dar crédito a lo que ambas monjas decían. Efectivamente, había visto llegar a Terry acompañado del Duque, imaginaba que seguramente se trataba de un intento de Terry valerse de la influencia que su padre poseía en el colegio para ayudar a Candy, pero en ningún momento imaginó que las cosas tomarían ese rumbo.

Toda la mañana la pasó pensando que podría hacer en caso de que la influencia del Duque lograra que la hermana Grey levantara el castigo a Candy. Durante el receso de sus clases matutinas, decidió ir a echar un vistazo a la oficina de la hermana Grey, y antes de dar vuelta al pasillo que la llevaría directamente a la oficina, escuchó claramente la plática que la hermana Louise y la hermana Margaret, sostenían.

—¿Le dijiste claramente las ordenes de la hermana Grey? —preguntó la hermana Louise.

—Si, después de llevar a Candy a su habitación, le dije claramente que la hermana Grey la quería ver en su oficina después de la hora del té, vestida y arreglada pulcramente, y Candy solo asintió en silencio—respondió la hermana Margaret, mientras el corazón de Elisa latía apresuradamente.

—¿y sabes para que Terry y el Duque se entrevistarán con ella?—preguntaba la hermana Louise en un tono que hacía notar su reprobación ante eso.

—tal vez quiera reparar el daño que hizo Terry al citar a Candy en el establo, pues si lo que dijo la señorita O'Brien es cierto, fue Terry quien la citó.

—de ser cierto eso, es lo menos que pueden hacer los Grandchester—respondió la hermana Louise después de meditarlo un tiempo—podrán tener mucho abolengo, pero no sería justo que la señorita Andrey fuese expulsada con su reputación manchada por acceder a las citas del hijo del duque.

Al comprender el significado de aquellas palabras, el rostro de Elisa se tornó pálido, mientras gruesas lágrimas de rabia empezaban a cubrir su rostro. Las hermanas siguieron su recorrido, cuando descubrieron a Elisa recargada en la pared, estaban a punto de retarla pero al verla tan pálida y llorosa se alarmaron.

—Elisa… Elisa… Elisa…—le llamaban ambas monjas son recibir respuesta alguna.

—Parece como si se fuera a desmayar—dijo la hermana Louise—anda llevémosla a la enfermería.

Elisa iba caminando como en un trance, todo su plan se había arruinado, lejos de lograr que Candy se alejara de Terry solo había logrado acercarlos más, mucho más de lo que jamás pensó; el decir ahora que ella había provocado aquel encuentro, solo la evidenciaría frente a todo el mundo provocando su inmediata expulsión y estaba segura que, nadie absolutamente nadie, intercedería por ella. Para llegar a la enfermería, tendrían que cruzar el patio principal y ahí se encontraban reunidos todos los alumnos, los chicos Cornwell al igual que Patty y Annie la divisaron, pero se voltearon indiferentes, ya que para ellos, lo que le pasase o dejara de pasar a Elisa, no les importaba en lo más mínimo y menos aun después de la discusión de la tarde anterior.

El único que corrió a su auxilio fue Neil, quien la miraba sorprendido, viendo como el cuerpo de su hermana se sacudía violentamente debido a los sollozos reprimidos, al no resistir más con aquella indiferencia de la que era su familia, desde que Candy había llegado a su vida, todo giró en torno a aquella huérfana, todos la preferían a ella, Archie, Stear, su querido Anthony, la tía abuela por un tiempo había caído bajo el encanto de Candy, y también sabía que su padre, su propio padre había llegado a apreciar a Candy, y ahora Terry. Tantas emociones encontradas provocaron que Elisa colapsara, cayendo desmayada frente al asombro de todo el colegio, mientras a lo lejos escuchaba a su hermano gritar su nombre.

La trampa fallida de ElisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora