Capítulo 5

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—Muy bien Terry, he cumplido mi parte—dijo el duque una vez llegaron a la privacidad de su habitación.

— ¿Y qué es lo que debo de hacer?—Terry preguntó sin rodeos.

—para empezar, asistirás a todas y cada una de tus clases, quiero las mejores calificaciones, y espero que, de ahora en adelante, te comportes con decoro, pero sobre todo, no quiero que vuelvas a tener contacto alguno con Eleanor.

Terry abrió enormemente los ojos, de todas las cosas que suponía el duque pediría, jamás pasó por su cabeza que le pidiera eso.

—Pero… ¡es mi madre! ¡No me puedes estar pidiendo eso, padre!—decía eufórico Terry.

—te recuerdo que yo cumplí con mi parte Terrence, así que, lo justo es que, tu cumplas con la tuya. Bueno, me retiro, que hoy ha sido un día bastante agotador. Por cierto, déjame felicitarte por tu buen gusto, estoy seguro que cuando la señorita Andrey madure, será una belleza digna de admirar.

Terry pudo ver, como todas sus ilusiones se venían abajo, tendría que escribirle a Eleanor explicándole aquella situación, aspirando el aire de media tarde, Terry recordaba lo linda que lucía Candy, y la tímida sonrisa que le dedicó, había hecho que su corazón latiera apresurado.

—Terry, Terry…—el susurro de su nombre, lo sacó de su ensoñación, mientras ponía los ojos en blanco, al reconocer al dueño de esa voz.

—que sucede Stear—dijo con fastidio al girarse al balcón vecino.

—solo quería agradecerte por lo que hiciste por Candy. Aunque, ¿no crees que un compromiso fue demasiado exagerado?

—lo siento, pero fue lo único que se le ocurrió a mi padre para sacarla de este embrollo, y por cierto ¿Quién te habló del compromiso?

—bueno, eso era algo que se especulaba, pero la tía abuela habló conmigo, para comunicarme lo que sucedió, y que esperaba que de ahora en adelante, nuestro comportamiento fuera decoroso—dijo con ironía Stear—y pensar que todo esto, pudo haberse evitado.

—¿A qué te refieres?—preguntó intrigado Terry, mientras se recargaba en el barandal.

—pues que, de no haber construido aquel buzón, Elisa no habría armado este espeluznante plan contra Candy.

—de cualquier manera, tarde o temprano hubiera ideado algo ¿no lo crees?—ante el silencio que siguió a Stear, Terry decidió hacer aquella pregunta que desde hacía tiempo atrás, daba vueltas por su cabeza—y a todo esto ¿Por qué Elisa odia tanto a Candy?

Stear se tomó su tiempo para responder, analizando todos los hechos, desde el instante en que Candy vivía con los Legan, hasta el presente.

—creo que, odia el que todos queramos a Candy. Incluso cuando trabajó en su casa, le hizo la vida imposible, pues no soportaba la idea de que todos, a excepción de su madre y Neil claro está, le demostraran afecto. Poco a poco fue empeorando cuando Archie, Anthony y yo, nos hicimos amigos de ella, incluso Neil y ella la acusaron de ladrona, para que la enviaran a trabajar a una hacienda de los Andrey en México, pero afortunadamente, el tío abuelo William hizo caso de nuestra petición y la adoptó. ¿Sabes Terry? Candy es una chica muy especial, diferente a cualquiera que haya conocido, no me malinterpretes, pero en cuanto su compromiso se haga público, la furia de Elisa y Neil, se dejará caer sobre Candy.

—No tienes nada de qué preocuparte Stear, que yo cuidaré de ella—prometió Terry, conmovido por el breve relato de todo el sufrimiento que había pasado Candy en su corta existencia, el alejarse de Eleanor era nada, comparado con eso.

— ¡por Dios! ¡De verdad cree que aun somos unos chiquillos!—se escuchaba la voz iracunda de Archie—oh aquí estas—dijo al acercarse al balcón, mientras entrecerraba los ojos al ver a Terry—mira que, me has ahorrado el viaje a tu recamara. Solo quiero advertirte que, te estaré vigilando de cerca.

—¡no sabes que atemorizado me encuentro!—respondió burlándose Terry.

—Bueno, basta chicos… mejor dime ¿Qué era lo que blasfemabas hermano?—dijo Stear, zanjando el tema.

—que el estúpido de Neil, le ha dicho a la tía abuela que, no corrimos en auxilio de Elisa, cuando se desmayó. Y como era de esperarse, la tía abuela me retó ante mi falta de caballerosidad para con una dama, entonces le dije que Elisa no era una dama, que era…

—¡oh, Archie! ¡No la abras llamado nuevamente…—preguntó horrorizado Stear, ante la mirada interrogante de Terry.

—¡sí! Le dije que era una zorra disfrazada de dama, y que después de todo, ese par ni siquiera llevaba nuestra sangre, como para que los llamara primos, que por mi parte, de ahora en adelante, eran un par de extraños—se escuchó la risa estrepitosa de Terry, sacando a Archie de su enojo.

—vaya, vaya, ni siquiera a mí se me hubiera ocurrido llamarla de esa manera, Archie—dijo Terry, mientras Archie lo miraba con una sonrisa de superioridad.

—¿Y qué te dijo la tía abuela?—preguntó preocupado Stear.

—que me olvide de que dé su autorización para salir cada quinto domingo, hasta que me arrepienta de mi actitud hacia Elisa y Neil, así que, creo que no saldré hasta mi graduación de este colegio.

—Archie, Archie, no sé qué podremos hacer, no podrás comprar tu disfraz para el baile de octubre.

—yo conozco unos cuantos trucos para huir de esta cárcel, así que, solo díganme el día que deseen salir, y con gusto los guiaré—se ofreció Terry.

—muy bien, tomaré tu palabra, Terry, pues no pienso retractarme de lo que he dicho.

—no tardará en empezar la primera ronda chicos, así que, lo mejor es que, las monjas no nos vean, ya nos hemos metido en suficientes problemas.

—¡Esperen!—los llamó Terry—creo que, tenemos que cobrarles algo a los Legan ¿no lo creen?

—Cuenta conmigo—dijo de inmediato Archie.

—creo que, lo hablaremos mañana chicos, no quiero que nos pongamos a su nivel, que pases buena noche Terry—expresó Stear, pues él sabía que los Legan necesitaban un escarmiento, pero conociendo a Terry y a Archie, seguramente se irían a los extremos.

Una vez en la tranquilidad de su habitación, Terry fue trazando su plan, sabia cuando lo llevaría a cabo, en el baile de Halloween, ese par lo pensará dos veces antes de intentar algo en contra de mi Candy, Terry se sorprendió al llamarla suya, pero después de todo, era su prometida, se dijo. Inexplicablemente, le asaltaron deseos de saber todo sobre Candy, pues los pequeños detalles que le dio Stear, lejos de aplacar esos deseos, solo los incrementaron más, tendré muchas tardes para averiguarlos, pensaba, mientras caía en un profundo sueño.

La trampa fallida de ElisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora