Capítulo 2

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Fragmento tomado del diario de Terrence Grandchester

Londres, Inglaterra 28 de Septiembre de 1913

Al menos, puedo decir que, por una vez en mi vida, hice algo realmente bueno.

Por un instante, mientras miraba a mi padre jugar despreocupadamente croquet, la sangre comenzó a hervirme, su indiferencia y la poca importancia que le dio a esa pequeña petición, provocaron que mis ojos comenzaran a picar, por las lágrimas de frustración que querían salir, así que empuñé mis manos, en un intento de reprimirlas, con la mayor dignidad que me fue posible, di la media vuelta, cuando, repentinamente su llamado me detuvo.

"Terrence, ¿Qué estarías dispuesto a hacer a cambio de que yo intercediera por esa señorita?" al escuchar aquella pregunta, "cualquier cosa", respondí sin pensar, mientras en mi interior trazaba mi plan, eco de la petición que seguramente haría el duque; asistiría diariamente a clases, sería el mejor de mi clase, cualquier cosa con tal de que ayudara a Candy, pensaba.

"¿estas completamente seguro de tu respuesta? Piénsalo muy bien, porque una vez que me des tu palabra, no hay marcha atrás" ya me estaba exasperando con sus preguntas, así que, le grité que sí, que estaba totalmente seguro de mi respuesta, que yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que fuera al colegio a interceder por Candy, pues el tiempo se agotaba.

"siendo de esa manera, acompáñame"

Lo seguí hasta el castillo, para mi alivio, la señora cara de cerdo no se encontraba en casa, así que, acompañé a mi padre hasta su despacho, se sentó en su sillón de cuero, mientras tomaba su pluma fuente y redactaba una larga y extensa carta, una vez finalizada y la tinta seca, dobló cuidadosamente el grueso papel, para después, dejar caer unas cuantas gotas de cera roja, y estampar sobre ella, el anillo con el escudo Grandchester. "toma, entrega esta carta a la hermana Grey, dile que iré mañana a primera hora, así que Terrence, mañana temprano pasaré por ti a tu habitación, espero que, una vez hecha mi parte del trato tu cumplas con la tuya" dijo extendiendo su mano en mi dirección, la cual estreché, pensando que, literalmente, le había vendido mi alma al diablo.

Llegué al colegio al anochecer, corrí lo más rápido que me lo permitían mis piernas, entré al despacho de la hermana Grey, extendiéndole la carta del duque, vi para mi regocijo, como el rostro de la hermana palidecía, mientras que con manos temblorosas, abría aquella carta. "muy bien Terrence, ve a tu habitación, mañana esto se hablara con calma" "¿Qué pasará con Candy?" pregunté con el alma en un hilo. "eso lo sabrás mañana, así que, te sugiero vayas a tu habitación"

En lugar de eso, me dirigí al abominable lugar en el que tenían encerrada a Candy, sus dulces palabras se quedarán grabadas para siempre en mi memoria, después de decirle brevemente la plática que sostuve con mi padre, un largo silencio siguió a mis palabras "Candy… ¿sigues despierta?" "p…or supuesto, Terry" tenía la voz entrecortada, seguramente estaba llorando, "¿Por qué lloras Candy?" pregunté "lloro de felicidad Terry, gr..acias, no sabes cuánto te agradezco tu ayuda" "no tienes nada que agradecer, Tarzán pecosa" dije en un intento de tomarle el pelo, ya que, el sentimiento con el que expresó su agradecimiento provocaron extrañas sensaciones en mi interior "ya verás Terry, cuando salga de aquí, verás de lo que soy capaz" ambos reíamos sin parar, cuando repentinamente, unos pasos hicieron que me alertara.

"Terry" era la voz de la hermana Margaret, quien me miraba asombrada, mientras sonreía ligeramente, y yo, me quedaba ahí de pie, como el idiota que era, seguramente si la hermana Grey se enteraba de que, en lugar de dirigirme a mi habitación, fui a ver a Candy, dificultaría mi plan de ayuda.

"anda, ve a tu habitación, y no te preocupes que no le diré a la hermana Grey que estabas aquí, vete antes de que me arrepienta" mientras corría hacia los dormitorios, escuché el grito de buenas noches que exclamaba Candy, mientras todo mi pecho, se llenaba de una inexplicable felicidad.

La trampa fallida de ElisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora