Capítulo 19

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21 de diciembre 1913

Eleanor esperaba pacientemente en el lujoso restaurante del hotel Savoy, gracias a la astucia de Marian su asistente, discretamente se encargó de investigar el itinerario de la alta sociedad londinense.

Así fue como se enteró de que la gran mayoría de los asistentes a la fiesta navideña Grandchester, acudirían a almorzar a dicho hotel y por supuesto, el anfitrión en compañía de su familia no podía faltar a desear sus buenos deseos a sus amigos. También supo que ahí se encontraba hospedada Candy y su familia, pero lamentablemente no había podido encontrarse con la ahora prometida de su hijo.

Ataviada con aquel lujoso abrigo blanco de mink regalo de aquellos chiquillos que ahora sabía eran primos de Candy, vió como poco a poco el comedor se llenaba, pudo ver la sorpresa escrita en el rostro de Candy al verla ahí. Sin importarle el decoro, la joven rubia se acercó a su mesa.

-Señorita Baker, no sabe la alegría que me da el verla- expresó de manera dulce Candy-de verdad, no sabe cuánto lamento el haber sido la causante de que Terry se aleje nuevamente de usted.

Las lágrimas asomaban el rostro de la jovencita, inmediatamente Eleanor la invitó a sentarse a su lado, mientras algunas personas que reconocieron a la actriz, trataban de escuchar discretamente la plática entre ambas rubias.

-No tienes nada que disculparte pequeña, Richard de una u otra manera iba a intentar separarme nuevamente de mi hijo, pero esta vez no lo logrará- la tranquilizó suavemente Eleanor.

Mientras Eleanor palmeaba suavemente la mano de Candy, Richard Grandchester entró al comedor seguido de su familia, cuál sería su sorpresa al ver a su futura nuera en compañía de Eleanor. Terry, a diferencia de su padre, no pudo disimular su sorpresa al ver a su madre y Candy juntas.

-Que hace esa... Vulpeja* arribista aquí... Richard, has que la hechen- dijo entre dientes la duquesa, mientras se asía fuertemente del brazo de duque, con el rostro enrojecido dedicaba discretos saludos a las personas que ahí se encontraban.

-No son momentos para escándalos-el duque con su expresión desprovista de emoción se dirigió a su mesa.

Candy como lo dictaba la buena educación, se puso de pie dirigiéndose a saludar a su futura familia política, acompañada de Eleanor, ambas hicieron una reverencia.

-Su gracia- exclamó Candy en dirección al duque-Lady Grandchester, Lord Grandchester- Candy sonrió de medio lado al dirigirse de esa manera a Terry, mientras este reprimía una sonrisa- permítanme presentarles a la señorita Eleanor Baker.

-Es un placer, su gracia. Lady y Lord Grandchester- expresó Eleanor, haciendo nuevamente una reverencia, mientras sus penetrantes ojos azules retaban con la mirada al duque.

-Veo que tu familia aún no se reúne contigo Candice, ¿Por qué no toman asiento con nosotros mientras los esperas?-expresó el duque haciendo señas al personal para que acercaran un par de sillas más, mientras el rostro de la duquesa se tornaba aún más rojo debido a la rabia contenida.

-Gracias por la oferta pero no quisiéramos incomodar- dijo dulcemente Candy, mientras miraba nerviosa el rostro de la duquesa.

-No es ninguna molestia, ¿No es así... Madre?- Terry arrastró esa palabra mientras dedicaba una inocente sonrisa en dirección a la duquesa elevando una de sus cejas.

-Adelante, tomen asiento- dijo entre dientes la duquesa, pues podía advertir que la tensión que había entre todos ellos era percibida por el resto de los comensales.

Los 3 adultos ahí sentados se miraban fijamente, sus miradas iba de uno a otro, ninguno se atrevía a hablar.

-Señorita Baker ¿Cuál es el motivo de su visita?- preguntó finalmente el Duque, sin darle más vueltas al asunto.

-Eh venido a solucionar unos asuntos que dejé pendientes aquí, cuando apenas era un par de años mayor que la señorita Andrey- respondió Eleanor, elevando su mentón, retando al Duque.

La duquesa analizando lo dicho por la rubia, vió en ella su oportunidad para deshacerse de una vez por todas de Terry, pues desde que se enteró del compromiso de Terry era obvio que su hijo el que ella consideraba el legítimo heredero al ducado, nunca podría hacer uso de dicho título.  Y si sus sospechas eran ciertas, probablemente Eleanor venía por su hijo. Tal vez ante la sociedad se armaría un escándalo, pero sólo así su hijo sería reconocido como el auténtico futuro duque.

Notas de la autora: *vulpeja, una manera "elegante" de llamarla zorra. En inglés se usaría la palabra vixen.

La trampa fallida de ElisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora