La trampa fallida de Elisa

Capítulo 3

—Candy te he traído tu cena—le dijo la hermana con una sonrisa en el rostro—anda, come que se enfriará.

—Gracias hermana—respondió Candy, mientras comía lentamente sus alimentos.

—realmente le agradas, Candy—exclamó repentinamente la hermana Margaret, provocando que Candy la mirara de manera interrogante—a Terry.

El rostro de Candy se tornó rojo, mientras reía nerviosamente.

—no lo creo hermana, el solo es un buen amigo.

—nunca antes había visto a Terry mirar de esa manera a una chica… y la manera en que tú lo miras… creo que ambos se agradan.

—le repito, se equivoca hermana Margaret. Tenemos tan poco en común que, ni él está interesado en mí, ni yo en él.

—lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza—dijo solemnemente la hermana Margaret, decidida a no atormentar más a Candy con lo que era evidente, decidió cambiar el tema—Candy, respóndeme con la verdad ¿Tú y Terry solían encontrarse con frecuencia en el establo?

—no hermana, la verdad es que me sorprendió el que Terry me haya enviado una carta citándome, a esas horas de la noche y en el establo.

—Y entonces ¿por qué acudiste a la cita? ¿Y cómo fue que llegó esa carta a tus manos?

Candy se encontraba bastante acongojada, pues si decía que la carta la había hallado Patty en su buzón secreto, metería en serios problemas a sus primos y a sus amigas.

—Puedes confiar en mi Candy, te aseguro que no revelaré más que lo que sea realmente importante—la sinceridad en las palabras de la hermana Margaret, provocaron que, Candy quisiera confiar en ella.

—verá… Stear hizo un buzón secreto al pie de un árbol, para que tanto él como Patty, así como Archie y Annie pudieran intercambiar cartas, y sucedió que, Patty me llevó una carta de Terry para mí, en la cual, me citaba en el establo, y también decía que debía romper la carta una vez terminara de leerla, y así lo hice. Y acudí a la cita ya que, pensé que debía de ser algo realmente importante, como alguna carta de Albert, para que no pudiera esperar a contármelo después.

—¿Dices que Patricia O'Brien estaba contigo cuando leíste la carta?

—así es hermana.

—bien, creo que hablaré con ella, espero aun esté despierta. Anda Candy te llevaré a tu habitación.

—p…ero si aún no me levantan el castigo—dijo Candy, bastante sorprendida.

—eso ya lo sé. De hecho, las instrucciones de la hermana Grey son, que mañana temprano te lleve a tu habitación, y que después de hablar con el duque, dará las instrucciones de lo que deberás hacer.

—¿no se meterá en problemas por llevarme en este momento a mi habitación?

—No lo creo, ya que a mí fue a quien me encargó dicha tarea, así que, no habrá problema alguno—respondió la hermana Margaret con un guiño—así que, andando Candy, que la primera ronda de la noche no tarda en empezar.

—Gracias hermana—dijo Candy una vez entró en su habitación.

—Que pases buena noche Candy. Descansa que mañana te espera un largo día.

Una vez aseada y con su pijama puesta, Candy reflexionó en lo dicho por la hermana Margaret, lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza… sacudió su cabeza tratando de desechar esa frase… pero… repentinamente… pequeños recuerdos de los momentos compartidos con Terry inundaron su cabeza y aquel beso robado, eclipsó por completo lo demás, provocando que su corazón latiera apresurado… tal vez… después de todo… Terry no le era tan indiferente.