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Su reloj marcaba las 5:00 de la mañana en punto, se levantó lo pronto posible y corrió al baño para ducharse y poder comenzar con su día.

Lee Dong Min era un omega de tan solo 15 años que día con día lucha por seguir adelante. Se levanta temprano para hacerle el desayuno a su madre, cuando el reloj marca las 8 am, se va a la escuela y regresa hasta en la noche porque por las tardes, trabaja en una cafetería para ayudar con los gastos.

Lastimosamente, su madre no tienen el dinero suficiente para subsistir, así que él trata de ayudarle un poco.

Limpia la casa, hace todo al ritmo de la música que suena de su teléfono para poder despertarse un poco y cuando tiene todo hecho, llama a la mujer a la mesa, que aparece por el pasillo con su bolso en manos y ya arreglada.

-¡Buenos días, Mamá~!

-¡Bebé, buenos días!- besa a su hijo en la frente y se sienta en la mesa, viendo maravillada su desayuno. -¡Vaya! ¡Esto se mira delicioso!

-Como antes de que se enfríe- se sienta frente a ella y coge solo dos rebanadas de pan y un poco de mermelada de naranja.

-Minnie, come bien. No vas a durar nada así- el omega se queda pensativo y al final, asiente.

-Está bien, comeré algo de huevo, pero nada más.

Come en su madre entre plática y se asegura que la mujer coma lo suficiente. Lee Sang Hee es lo único que tiene, además que un primo que vive en las afuera de la ciudad, su padre falleció y aunque les dejó un gran dolor, han tratado de salir adelante, mas la fémina que vive día con día con el dolor de aquella amarillenta marca en su cuello que se rehúsa a abandonarla.

Dong Min trata de disfrutar cada día al lado de su madre y ser un buen hijo para no decepcionarla, la verdad odiaría convertirse en su vergüenza cuando ella ha dado todo por él.

-Vete, mamá, el autobús está por pasar. Yo me quedo lavando los trastes y me voy a clases.

-Pero no llegues tarde por estas cosas, bebé- Dong Min la abraza y niega.

-Nada de eso, vete, vete. Tranquila, te llamaré cuando pueda.

Despide a la mujer y mira el reloj, tiene 40 minutos para llegar. Es hora de terminar de una vez y ponerse el uniforme.

Sus clases como otro día terminan con bien, un poco y más, y termina siendo regañado por la hora en la que llegó a la escuela, pero el maestro no se encontraba en el salón y no tuvo problemas

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Sus clases como otro día terminan con bien, un poco y más, y termina siendo regañado por la hora en la que llegó a la escuela, pero el maestro no se encontraba en el salón y no tuvo problemas.

En ese momento, se dirigía a la cafetería, bajó del autobús y caminó las dos calles más hasta llegar a aquel lindo y cómodo lugar que se encontraba repleto de personas (mucho más de lo de costumbre) asi que se apresuró a tomar su lugar.

-Hyung- saludó al chico en la caja y este asintió sin perder la orden de lo que el cliente frente a él pedía.

Miró Dong Min la larga fila y riendo se metió a la cocina, la verdad es que el lugar era famoso por los frappé de galleta con chocolate y el pastel de naranja que hacía el hijo del dueño, mejor dicho, uno de sus mejores amigos, Park Jin Woo. Un alfa encantador que conoció en el colegio y que le llevaba unos 4 años, pero que lo acompañó junto a su pareja, Kim Myung Jun, en sus receso cuando estaba muy solo. Y agradecía mucho que la pareja lo apoyara cuando más necesitaba.

My Destiny |♡| Binwoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora