OCHO

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Viktoria

Me despierto por la mañana con los ojos hinchados y el estómago rugiendo. Anoche no cené. Lo siento pequeña, no pensé en nada. Mierda. Ahora me siento culpable. Mi hija pasó hambre por mi culpa. Me levanto rápidamente para ir a la cocina. Saco la leche, los cereales de chocolate, un tazón y una cuchara. Preparo un vaso con zumo y una fruta. Espero que compense no haber cenado anoche. Me siento en la esquina de la barra de la cocina y empiezo a comer. Me acaricio el vientre mientras como. Luke y Marcia salen de su habitación unos minutos después. Ella ni siquiera me mira, se marcha para ir a trabajar. Se me hace un nudo en el estómago y dejo la cuchara con los cereales que me iba a tragar.

-Come- ordena Luke sin mirarme.

Obedezco por el bien de mi bebé y porque no quiero más discusiones. Termino de desayunar, friego los trastes que usé. Luke está desayunando en la barra de la cocina cerca de donde yo estoy.

-De verdad que lo siento- susurro terminando de lavar el vaso del zumo.

-Déjalo Vik- espeta Luke.

-No puedo dejarlo, Marcia y tú sois mi familia.

-Se nota.

-Luke- digo girándome- esto no tiene nada que ver con vosotros. Necesito un espacio para la niña y para mí. ¿Crees que voy a estar toda la vida viviendo con vosotros? ¿Y si en un futuro queréis tener hijos?

-Eso aún no ha sucedido.

-Pero sucederá, vamos Luke. Nunca te he visto comportarte así con una chica, Marcia es especial para ti.

Lo miro, él no contesta. Se levanta y deja en el fregadero el plato donde había tenido su sándwich.

-Entiendo que quieras tener tu propia casa Vik- por fin me mira- Pero nos duele, sobre todo a Marcia. Ella creía que estaríais siempre juntas.

-¡Por dios! ¡Que me marcho dos calles más arriba no a China!

-¿Qué?

-¿Es que no me escuchasteis ayer? Os lo dije.

-Estaba tan enfadado que no oí eso. Pensé que con lo del cabrón de Edevane te irías de la ciudad. Y dudo que Marcia te haya escuchado. Joder. Lo siento Vik- dice apoyándose en la encimera.

-Marcia y tú sois imbéciles- digo mirando al techo- Pero aún os quiero.

-Todo lo que te dijimos...

-No importa. Lo entiendo ¿sabes? Estabais dolidos y creísteis que me iba a otra ciudad.

-Importa. Te dijimos cosas muy crueles.

-En serio, da igual.

-Ven aquí- dice tirando de mi muñeca para abrazarme- Lo siento mucho Vik. Hablaré con Marcia en cuanto pueda.

-Gracias.

Luke me suelta y se marcha a trabajar. Voy a mi habitación y me meto en la ducha. Acabo rápido, ya que, no me he mojado el pelo. Me visto con unos pantalones vaqueros premamá, unas botas negras de tacón bajo, una camisa negra de licra ajustada y un jersey oversize color verde oscuro. Me hago un moño despeinado en el pelo. Agarro mi bolso y mi parka y me marcho a trabajar. Quince minutos después llego al laboratorio. George me saluda como cada mañana. Le pregunto por su esposa y por sus hijos. Es un buen tipo. Siempre me cuenta que está deseando jubilarse para poder viajar con su mujer por Europa. La relación que tienen George y Harriet es la ideal. Se conocen desde hace más de cuarenta años y llevan treinta casados. Tienen dos hijas, Amy y Meghan, ambas ya casadas y una esperando su primer hijo. George también está deseando conocer a su nieto, así que no tengo claro qué desea más, si el nieto o el viaje. Me despido de él y pongo rumbo a mi laboratorio. Mark está allí trabajando. Siempre es el primero en llegar, quizás tenga que ver que es el jefe de planta y debe dar ejemplo. Me sonríe en cuanto me ve entrar por la puerta y camina hacia a mí. Me da un casto beso en los labios.

Deteniendo el tiempo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora