CATORCE

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Viktoria

Comienzo a pensar que no ha sido buena idea pedirle a Alexander que se quede a dormir conmigo. Pero no quería estar sola después de todo el día de estrés que he tenido y su compañía siempre me ha gustado. Mucho menos debería haberle hablado para preguntarle la tontería que le iba a preguntar.

¿Cómo se me ocurre?

Pero verlo en bóxer y con esa erección, me ha dejado congelada y pensando en cosas que no debería. Echo la culpa a mi falta de sexo durante cinco meses. Pero Alexander me atrae tanto como el primer día. Mi centro está mojado por él. Puedo notar lo resbaladizo que está entre mis muslos. Y que él esté semidesnudo en mi cama no ayuda.

Leí que algunas mujeres, cuando están embarazadas, suelen tener mayor deseo sexual. Al principio de mi embarazo no tenía ganas, estaba más nauseabunda que excitada. Después de que las náuseas pasaron, el deseo sexual creció. Pude ayudarme con mis manos y mi consolador. Pero eso no menguaba mis ganas de contacto humano. Tener a un hombre entre mis piernas no tenía comparación.

Alexander sigue mirándome. Está esperando unas palabras de mi parte. Sin embargo, no estoy segura si debía hablar. En realidad, es una pregunta lo que tenía en mente y no sé si me gustará la respuesta que me dará.

-¿Tienes pensado hablar esta noche o después del parto?- pregunta molesto.

-Es que no sé si debería preguntarte esto.

-Viktoria- advierte.

-Está bien- respiro hondo antes de preguntar- Solo quería saber si has... si tú has...

-¿Si yo qué Viktoria?- pregunta perdiendo la paciencia.

-Si has tenido sexo con otra mujer durante estos meses- termino de hablar y oculto mi cara en la almohada.

-¿Eso es lo que querías saber?- responde apartando la almohada de mi cara.

-Sí- digo avergonzada.

Alexander se ríe, le doy un golpe flojo en el pecho. Me atrae hacia él pasando un brazo por debajo de mi cabeza dejándola apoyada en su pecho.

-¿Qué quieres oír?- pregunta.

-La verdad- digo trazando círculos con mi dedo en su abdomen.

-¿Y si no te gusta mi respuesta?

-No pasa nada, no es que seamos parejas ni nada de eso. Somos dos personas con un bebé en común.

-No he estado con nadie cariño.

Cariño. Hacía mucho tiempo que nadie me llamaba así.

-¿Y tú? ¿Has estado con alguien?- lo noto tensarse con su propia pregunta.

-¡No! ¿Cómo crees? Estoy embarazada.

-Eso no es impedimento para follar.

-Lo sé, pero es difícil ligar estando así.

-A Mark no parece importarle- me dice.

-Mark es diferente. Él no busca solo sexo.

Nos quedamos en silencio. Nuestras respiraciones son lo único que se escucha en la habitación.

-¿Quieres que follemos Viktoria?- pregunta Alexander rompiendo el silencio.

Mi respiración se acelera. Claro que quiero tener sexo. Llevo meses deseándolo. Pero tener sexo con él quizás complique las cosas. Además, está Mark. No estoy saliendo oficialmente con él, pero sería como engañarlo ¿no?

-También puedo darte placer solo a ti, si es lo que deseas. No tengas miedo ni vergüenza en pedírmelo. Estoy aquí para cuidarte.

Me incorporo y lo miro. Pongo una mano en su pecho y noto su corazón latiendo rápido. El mío acompaña al suyo en el ritmo. Él también lleva meses si sexo. Sería egoísta pedirle que me complazca solo a mí. Niego con la cabeza y vuelvo a apoyarme en su pecho.

Deteniendo el tiempo #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora