06 A Salvo

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CAPÍTULO 6



Avanzaron rumbo a la aldea de la abuela Kaede hasta caída la noche donde decidieron acampar, gracias a que decidieron ir por aire habían logrado alejarse lo suficiente del lugar donde habían encontrado a la azabache.

Sango tomó de la mochila de su amiga su saco para dormir donde Sesshomaru la posó con mucho cuidado y besó su frente. Shippo y Rin fueron a su lado y la abrazaron, la castaña mayor se dispuso a preparar la cena para su amiga y luego para los demás ya que creía que lo mejor para Kagome sería algo ligero como una sopa.

Inuyasha tomó de la mochila el botiquín con las medicinas y se acercó a su amiga y se lo ofreció así ella podría tomar la que mejor sería para ese momento.

-Gracias, amigos...- Susurró pero fue escuchada por todos.

-No tienes que agradecernos, señorita Kagome. Es algo que harías por nosotros- Habló Miroku pues era verdad, ella haría eso y ha hecho mucho por ellos y es lo mínimo que podían hacer según el monje; protegerla.

Luego de un rato de silencio Kagome decidió que lo mejor era contarle a sus amigos lo ocurrido y el cómo logró escapar con ayuda de Kagura pues no había entrado en detalles desde que la encontraron.

Con cada palabra de su relato el corazón de sus amigos y su pareja se rompía, había sido un infierno para ella todo ese mes siendo sometida por ese asqueroso ser.

-Cómo es que ese maldito se atrevió a tanto?- Gruñó Inuyasha con rabia.

-Según sus palabras... Lo hizo porque me ama...- Soltó ella y se estremeció de miedo al recordar que siempre le decía cuánto la amaba y deseaba. -Incluso se atrevió a decirme que me marcaría como su mujer pero que no era el momento y agradezco que no lo haya hecho...- Dijo con un nudo en la garganta.

El Lord se acercó a ella y la abrazó, la abrazó con fuerza pero también podía sentir el miedo invadir su ser por primera vez en sus siglos de vida.

-Lo siento, Sesshomaru. Ya no soy digna de ser tu compañera...- Jadeó con un dolor en su pecho que le hacía difícil el respirar.

-No vuelvas a decir eso- Sentenció en respuesta el mayor. -No hablaremos de ese tema ahora, no es momento para hacerlo pero debes saber que jamás te consideraré indigna y que nunca te menospreciaría por lo que pasó.

Sango se acercó con el tazón de la sopa a su amiga y se lo ofreció a lo que la ojiazul lo aceptó gustosa pues moría de hambre.

-Gracias, querida Sango- Musitó mientras sus manos temblaban.

-Te ayudaré- Su macho habló y tomó el tazón para ayudarla a alimentarse.

Ninguno del grupo daba crédito a lo que sus ojos veían, el gran Sesshomaru Lord de las tierras del Oeste estaba alimentando a su prometida que es ni más ni menos que una humana y además una sacerdotisa.

Kagome comía en silencio y completamente avergonzada y aunque agradecía el gesto que tenía Sesshomaru con ella en cuidarla, ella creía que no merecía seguir al lado de tal espécimen sobrenatural, él era simplemente perfecto y ella ya no podía y tampoco podía aspirar a estar a su altura. Ella jamás creyó verse en esa situación en la que millones de mujeres eran víctimas en todo el mundo, ahora entendía ese sentimiento de rechazo a ella misma y a sus sentimientos por el peli plata que no los creía dignos.

Terminó de comer su sopa y comenzó a tener sueño, Sesshomaru le ayudó a acostarse de nuevo y él estaría a su lado para velar su sueño.


Pureza RobadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora