CAPÍTULO 9
Sesshomaru caminó con calma rumbo a la aldea donde su Kagome esperaba por él.
Él había pedido a la anciana que preparara para la joven un almuerzo pues estarían hasta tarde fuera de la aldea y ella no debía saltarse sus comidas y él no estaba dispuesto a irse a cazar y dejar a la miko sola y desprotegida así que optó por recurrir a la anciana sacerdotisa.
Caminó con calma hasta que llegó a la aldea y se dirigió a la cabaña de Kaede.
-Kagome, he vuelto- Dijo el platinado corriendo la cortina de la entrada.
-Bienvenido de regreso- Respondió la azabache en cuanto su amado se asomó en la entrada.
-Es hora de irnos- Dijo mirándola de forma dulce a lo que ella asintió tímidamente.
Estaba completamente intrigada de a dónde la llevaría pero no preguntó nada.
-Toma, mi niña- Kaede se acercó con una pequeña bolsa algo cargada. -Es tu almuerzo y una merienda por si regresan tarde, puedas comer-
Kagome se sonrojó y asintió mirando a la anciana con ternura.
-Gracias por cuidarme, abuela Kaede- Dijo mientras la mayor sonreía.
Sesshomaru miró a su medio hermano que estaba sentado junto a Kagome y aunque no le hacía muy feliz la cercanía no iba a provocar una estúpida discusión.
-Ven con nosotros, Inuyasha, Kagome va a necesitar tu ayuda un momento- Se limitó a decir mientras tomaba a su amada en brazos y se dirigían a la entrada de la aldea bajo la mirada curiosa del resto del grupo que se asomó afuera.
El hanyou siguió a su medio hermano y a su amiga y amada algo intrigado.
Justo en las afueras el Lord se detuvo y le entregó a Kagome para así poder tomar su forma demoníaca, el Gran perro blanco, Yako.
Los amigos de la joven miraron con sorpresa y se preguntaban el porque de la transformación pues no sentían ningún peligro.
Yako se acostó sobre su pecho y abdomen indicándole a su amada que subiera, ahí fue que Inuyasha entendió el porqué Kagome lo necesitaría.
Se acercaron y antes de subir, Kagome acarició la mejilla de Yako y puso la suya sobre la de él.
-Hola, Yako- Saludó con dulzura al demonio de tamaño colosal para luego sujetarse de Inuyasha y subir al lomo del gran perro.
Inuyasha dejó a Kagome en el lomo, cerca de la cruz y se aseguró de que ella se aferrara fuertemente al pelaje de la bestia para luego bajar de este.
-Gracias, Inuyasha- La joven le dio una pequeña sonrisa lo que provocó el sonrojo del menor de los Taisho pues desde que la rescataron ella no había sonreído más.
Después de agradecer y despedirse, Yako alzó vuelo, si todo iba sin contratiempo según Sesshomaru el viaje sería de una hora volando.
Kagome cerró los ojos y dejó que la brisa fresca golpeara su rostro, la bestia iba a una velocidad considerable. Rápido sin llegar a poner en riesgo a Kagome.
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Tal como había calculado el Señor del Oeste, el viaje tardó una hora.
Kagome sintió como Yako descendía lentamente para que ella no cayera. En cuanto el enorme demonio perro puso sus patas en el suelo, este comenzó a volver a su forma humanoide dando lugar a Sesshomaru qué sostenía a Kagome entre sus brazos.
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Pureza Robada
FanfictionKagome Higurashi, el ser humano con el corazón y alma más puros del Sengoku. Alegre, fuerte, decidida y dispuesta a ayudar a quien lo necesite. Está enamorada de un poderoso e imponente Daiyoukai. Pero la vida le dará la peor de las pruebas para dem...